Un grupo de cubanos extremistas residentes en EEUU. trituró una veintena de discos del cantautor Pablo Milanés con una aplanadora, martillos y piedras, como preámbulo de lo que anuncian como una «masiva manifestación» contra el concierto que el músico ofrecerá por primera vez en Miami este sábado. Los integrantes de Vigilia Mambisa destruyeron los discos […]
Un grupo de cubanos extremistas residentes en EEUU. trituró una veintena de discos del cantautor Pablo Milanés con una aplanadora, martillos y piedras, como preámbulo de lo que anuncian como una «masiva manifestación» contra el concierto que el músico ofrecerá por primera vez en Miami este sábado.
Los integrantes de Vigilia Mambisa destruyeron los discos del intérprete de «Yolanda» por considerar que es uno de los trovadores de la «dictadura castrista».
«Esta manifestación es para mandarle un mensaje a los castristas que vienen aquí para buscar dinero para el régimen de La Habana, dinero que es usado para criminalizar a nuestros familiares», dijo Miguel Saavedra, presidente de esa organización.
Junto a Silvio Rodríguez, Milanés ha sido una de las figuras importantes de la nueva trova cubana, movimiento musical que surgió a fines de los años 60.
«Que se vayan, nos los queremos en Miami. Son sinvergüenzas y mal cubanos los músicos castristas», declaró el militante extremista.
La destrucción de los discos fue una muestra de como los ánimos se han caldeado debido a que el concierto no fue cancelado, a pesar de los esfuerzos de una parte de los grupos de origen cubano en Miami.
Una coalición de 43 grupos informó hoy a Efe de que está lista para movilizarse hacia el American Airlines Arena (AAA), donde Milanés se presentará como parte de su gira por Estados Unidos.
Emilio Izquierdo, coordinador general de Cuban American Patriots and Friends, detalló que esperan la participación de «cientos de manifestantes» que se ubicarán en frente al estadio, en la llamada Torre de la Libertad, que tiene capacidad para «unas 2.000 personas».
La Torre de la Libertad es un edificio emblemático en Miami donde las autoridades tramitaron la entrada a EE.UU. de casi medio millón de cubanos en las décadas de los años 60 y 70.
«Creemos que el concierto es una traición de la administración del presidente Barack Obama, de la Gobernación de Florida y de los alcaldes de Miami-Dade y Miami, porque una comunidad como la cubana no se merece un artista y un promotor (Hugo Cancio) que son enviados de un régimen que patrocina al terrorismo internacional», expresó uno de los que machacaron con la aplanadora los discos de Pablo Milanés.
El concierto, aseguró Izquierdo, es una «afrenta para las organizaciones más representativas y combativas del exilio» y para el «presidio político cubano».
«Traer a este hombre acá es una falta de respeto a esas víctimas. Queremos que esas voces se oigan», enfatizó.
Milanés dijo esta semana en una entrevista con Efe, en Washington, que las protestas para impedir su concierto son «actitudes» que «ya son obsoletas» y que él vino a «cantar con todo el amor del mundo».
Semanas antes del concierto esos grupos trataron de ejercer presión para que el evento fuera suspendido y tildaron a las autoridades locales, en su mayoría de origen cubano, de «traidoras».
Un calificativo que rechazó el alcalde de Miami-Dade, Carlos Giménez, al asegurar que en el pasado se negó al uso de los fondos del condado para apoyar un «intercambio con el régimen castrista, bien fuera cultural o de otra naturaleza».
«Mi objeción personal permanece sin cambios. Sin embargo, el abogado del condado confirmó que el (estadio) AAA es operado por una entidad privada que es la única autorizada para decidir los eventos que serán presentados», dijo a Efe en un mensaje por correo electrónico.
El Departamento de Policía de Miami, por su parte, informó de que implementarán medidas de seguridad que incluyen un mayor número de agentes y zonas especiales para los manifestantes y los periodistas.
«Tendremos un número de personas que quieren manifestarse así que hemos solicitado tener policías adicionales en la zona», informó a Efe la detective Keandra Simmons.