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No creo que NOSOTROS hayamos ganado algo con el debate

Mister Grande y Mister Chico

Fuentes:

Traducido para Rebelión por Germán Leyens

Nuestro presidente hablando al público que presenciaba el debate: «No se puede dirigir si se envían minsajes ambevilantes». Por cierto espero que no sea así.

Pero fue exactamente lo que nos ofrecieron. Uno ve a nuestro presidente, ocultando nervioso sus manos, acariciando compulsivamente su vaso de agua con una mirada angustiada de ojalá-tuviera-un-whiskey, y piensa: «Dios mío, éste es el tipo que nos va a salvar de al Qaeda».

¿Y cómo vamos a ganar la Guerra contra el Terror, mister presidente? «Ante todo, yo sé que Osama bin Laden nos atacó. Yo lo sé,» dijo. Bueno, supongo que es un buen comienzo.

Pero las cosas no tienen que quedarse como están. Esto es EE.UU., la patria de los valientes donde, me recuerdo del tiempo en que iba a la escuela, podíamos votar por un presidente y contaban los votos. Así que miramos hacia el individuo más alto que estaba a su lado para que nos mostrara la salida.

En Irak: «No tenemos bastante tropas allá», dijo el hombre grande. ¿De verdad, senador? ¿Deberíamos enviar MÁS? No exactamente: Mister Grande tiene un plan para sacar a nuestras tropas. Tendrá una gran reunión de «aliados», y después que hable con ellos, todos se levantarán de un salto y se ofrecerán a enviar a SUS muchachos a Faluya. Francia e Indonesia y Kuwait están ansiosos de enviar soldados y bolsas de plástico para los cadáveres. Te amamos, John, pero no hay una banda de Hobbits que vaya a venir a salvarnos – eso pasa en las películas.

Bueno, se veía bastante «presidencial». Pero esa rueda incluye a Nixon, Ford y a los dos Bushes, no tiene gracia.

Lo siento. Sé que debiera levantarme y vitorear porque a John Kerry no lo Goreizaron. En realidad, si uno ve los debates presidenciales tal como los presentan los medios, como algo parecido al patinaje artístico en los Juegos Olímpicos, donde reciben puntos por el estilo del competidor, se podría decir que Kerry ganó.

Pero no creo que NOSOTROS hayamos ganado algo.

Quiero decir que, cuando Jim Lehrer preguntó cómo los candidatos harían que EE.UU. estuviera seguro contra terroristas, Mr. Grande dijo que contrataría más bomberos. Y más policías. Tal vez pensó que era candidato a alcalde.

Fue una desilusión, pero la respuesta de Mr. Pequeño fue redomadamente aterradora. Tenemos «que seguir a la ofensiva», y «seguir a la ofensiva», y «repito, seguir a la ofensiva». No cabe duda de que Mr. Pequeño puede ser extraordinariamente ofensivo, pero él tampoco puede hacer llegar todo lo ofensivo que es a los malvados si no sabe dónde están. Y de eso no tiene la menor idea.

Yo tenía la esperanza de que Mr. Grande pronunciaría dos palabras: «Saudí» y «Arabia». Imagínenselo, si no se hubiera andado con rodeos: «Los terroristas no pagaron los secuestros con una tarjeta de crédito, señor presidente. Sus patrocinadores saudíes están engordando con el precio inflado del petróleo gracias a la guerra. Pero usted no puede tocar a sus compinches ricos del Golfo, ¿verdad?, señor presidente. Como comandante en jefe, yo les daría duro en los grifos, comenzando con el uso de petróleo de nuestra Reserva Estratégica de Petróleo. Y luego me quedaría con sus gruesos activos en EE.UU. para compensar a las víctimas de los ataques terroristas.»

Cuando le preguntaron a Mr. Grande qué barbaridades nos había contado el presidente, seguramente hubo algo un poco más memorable que el que Mr. Pequeño no haya logrado ganar aliados para su demencial cruzada.

Y lo que Mr. Grande dijo… en mis sueños:

· «Desde marzo de 2001, su administración inició una serie de reuniones con ejecutivos de las compañías petroleras para preparar la conquista de Irak y de su petróleo, un plan que sería pagado con sangre por los estadounidenses. Usted llamó originalmente este plan: ‘Operación Liberación Iraquí» – PETRÓLEO. No apreciamos su chistecito, Mr. Pequeño.»

· «Un mes después de la captura de Bagdad usted despidió al general Jay Garner, el hombre al que usted puso a cargo de Irak, después de que llamó a que se realizaran elecciones rápidas en Nayaf; después que se negó a imponer sus planes para vender los campos petrolíferos de Irak. En Nayaf, los ciudadanos a los que se les negaban los votos, eligieron las balas. Y entonces, como lo había predicho el general Garner, la captura de las riquezas de Irak resultó en el tipo de guerra que se podía esperar – cuando se trata de imponer el control colonial.»

· «Mr. Pequeño, usted pretende que hemos sacrificado mil vidas para llevar la democracia a Medio Oriente. Pero hasta ahora, su democracia, Mr. Pequeño, se limita a un primer ministro títere que hemos instalado en Irak y a un gobierno títere, que los saudíes han instalado en Washington.»

OK, no puedo esperar tanto de un debate presidencial, en el que el mensaje tiene que pasar por un tubo. Pero a pesar de todo, Mr. Grande podría haber conquistado mi voto con dos palabras. Es la respuesta en dos palabras que John Kerry dio hace tres decenios cuando le hicieron la misma pregunta – «¿Cómo podemos sacar a nuestros soldados de esta desastrosa guerra?»

Entonces, el joven grande, de mente clara, dijo: «En barcos.»



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