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Convención Demócrata

Mucho show con un final «ya cocinado»

Fuentes: La Jornada

Este lunes arranca aquí la Convención Nacional Demócrata, un ejercicio de cada cuatro años en el que el Partido Demócrata (como será el caso la próxima semana para el Partido Republicano en Minneapolis) reúne a su cúpula y decenas de miles de representantes de sus bases durante cuatro días, culminando con la coronación de su […]

Este lunes arranca aquí la Convención Nacional Demócrata, un ejercicio de cada cuatro años en el que el Partido Demócrata (como será el caso la próxima semana para el Partido Republicano en Minneapolis) reúne a su cúpula y decenas de miles de representantes de sus bases durante cuatro días, culminando con la coronación de su candidato presidencial.

Hace mucho estas convenciones estaban llenas de intriga, maniobras, suspenso y hasta golpes, o sea, era donde el partido nacional se congregaba para negociar el poder interno, pero ya se han transformado en espectáculos coreografiados a tal extremo que el propósito es evitar cualquier incidente no programado. O sea, como toda buena obra, la idea es pretender que es espontáneo y «en vivo», pero es algo ensayado para justo evitar cualquier sorpresa fuera del guión. Aquí ya todo está cocinado y esto es sólo un enorme teatro donde ya se sabe cómo concluye la obra, y casi lo único que se comenta es qué tan bien desempeñaron sus papeles todos los participantes.

En esta convención la palabra más común será «histórica». En el cuarto y último día, después de sesionar los primeros tres en la arena «Pepsi Center» ante unos 20 mil participantes, el show será trasladado al estadio INVESCO (donde juega el equipo de futbol americano los Broncos), y donde frente a 75 mil personas será coronado Barack Obama como el primer candidato presidencial afroestadunidense de uno de los dos partidos nacionales. Esa ceremonia será realizada justo el día que marca el 45 aniversario del discurso histórico del reverendo Martin Luther King Jr. en Washington, recordado como el de «Yo tengo un sueño» (I have a dream).

Formalizar la nominación

El talento retórico de Obama tendrá un auditorio mundial, y ya todos los críticos profesionales del espectáculo político han declarado que «será la actuación más importante de su carrera», o sea, la superestrella saldrá al escenario y ante los reflectores del planeta, todos estarán a la expectativa sobre si logra o no comprobar su arte verbal. Ahí aceptará de manera formal la nominación de su partido después de que, un poco antes, los delegados estatales de todo el país -representando el voto de las elecciones primarias- junto con los superdelegados emitan sus preferencias, estado por estado, hasta llegar al resultado ya conocido: el número de votos superará lo necesario para coronar a Obama.

Pero hay un acto, que aunque secundario, también ya está marcado como «histórico». Hillary Clinton, la primera mujer precandidata presidencial de uno de los dos partidos nacionales, tendrá su momento ante el público mundial el martes por la noche. Su nombre se someterá también a la votación de los delegados para registrar de manera formal su «histórica» campaña. Pero todo esto será simbólico -aunque el ejercicio es formal- y fue parte de la negociación intensa entre los dos precandidatos. Clinton y su esposo, el ex presidente Bill Clinton, quien será orador principal el martes, necesitan su momento de gloria (algunos dicen que aún no pueden creer que perdieron) y serán gran tema sobre cómo y de qué manera, y con qué tanta gracia, finalmente ceden el escenario político donde durante 16 años han sido las figuras estelares de este partido.

También hay otros aspectos «históricos». Es la primera vez que se transmitirá toda la convención tanto en inglés como en español. También se anunció que cada noche habrá «voces comunes», de ciudadanos que subirán al podio para compartir sus preocupaciones y sus vidas y por qué apoyan a Obama. El partido anunció que también esta convención será la «más diversa» en la historia con 44.3 de los delegados representando minorías, 50.1 por ciento mujeres y 31.4 por ciento son de la tercera edad o jóvenes.

Las cadenas nacionales de televisión sólo ofrecerán unas pocas horas cada día mas allá de sus noticieros (aunque algunos canales de cablevisión transmitirán todo el día). Cada vez reducen más su cobertura de lo que se dice es uno de los eventos nacionales más importantes del país, aparentemente porque no hay suficiente interés entre los televidentes. Al parecer, las Olimpiadas -otro evento cuadrienal- es más interesante (¿y quién podrá competir con esa inauguración en China?) y por supuesto no faltarán las analogías a las competencias deportivas en las descripciones de esta contienda.

Al mismo tiempo, las convenciones nacionales sí son el único momento y lugar donde una vez cada cuatro años los dos partidos nacionales reúnen a todos sus integrantes, desde sus cúpulas a las direcciones de varias de sus corrientes y bases locales.

Pero sobre todo sí es una de las pocas oportunidades en las que durante cuatro días cada partido capta la atención casi total de los medios. Por lo tanto, lo clave es diseñar con enorme cuidado el mensaje que se transmitirá al mundo, y no hay detalle que se deje al azar. Aquí se enmarcará «el mensaje» con «la imagen» que se elabora para lanzar formalmente la gran contienda de las elecciones generales, y en ese sentido es un momento clave en la estrategia para conquistar la Casa Blanca.

Es común que después de una convención se registre «un rebote» en las encuestas de entre 5 y 10 puntos, tal vez más. Para Obama y los demócratas eso urge en este momento, cuando las encuestas más recientes registran un empate virtual.

Aquí también se congregarán las diversas organizaciones y sectores de la llamada coalición demócrata: los sindicatos, organizaciones de mujeres, de afroestadunidenses, latinos, gays, religiosos, empresarios, ambientalistas y más que buscan presionar desde adentro la dirección del partido, y que son parte del coro.

Afuera habrá todo un arco iris de agrupaciones que buscan presionar al partido y su dirigencia, incluyendo organizaciones contra la guerra que denuncian que el partido no ha cumplido con su promesa de concluir la guerra en Irak, agrupaciones pro derechos de inmigrantes que demandan una reforma integral y el fin de las redadas, otros que denuncian la política de tortura, y todo tipo de «izquierdistas». Estos se han quejado de que los organizadores de la convención y las autoridades locales establecieron una «zona de protesta» a demasiada distancia de la entrada a la sede de la convención donde los delegados no alcanzarán a oírlos ni verlos y que la policía de Denver ya está amenazando con usar tácticas agresivas -y que ya estableció una cárcel especial- contra todos que intenten provocar algún desorden.

El telón está por levantarse.