La magistrado del Distrito Oeste de Texas, en El Paso, Kathleen Cardone, denegó la solicitud de libertad bajo fianza al connotado terrorista Luis Posada Carriles, en un cuestionado proceso judicial en que solo se le juzga por cargos de haber mentido a las autoridades de inmigración norteamericanas sobre su ingreso ilegal a los Estados Unidos, […]
La magistrado del Distrito Oeste de Texas, en El Paso, Kathleen Cardone, denegó la solicitud de libertad bajo fianza al connotado terrorista Luis Posada Carriles, en un cuestionado proceso judicial en que solo se le juzga por cargos de haber mentido a las autoridades de inmigración norteamericanas sobre su ingreso ilegal a los Estados Unidos, lo que suma siete cargos por fraude migratorio y falso testimonio. La sorpresiva decisión de la jueza, apenas 24 horas de que dejara en suspenso su decisión de otorgarle la libertad condicional o no, coloca al acusado en un compás de espera hasta el próximo 11 de mayo, ocasión en que se efectuará el juicio en su contra.
La decisión de Cardone introduce un elemento nuevo en el proceso que se le sigue a Posada Carriles: el reconocimiento de que el criminal pueda evadirse de la justicia como lo ha realizado en varias oportunidades con anterioridad, lo que constituye un duro golpe a las pretensiones de la defensa de buscar a toda costa su libertad condicional. De «anciano inofensivo», como quiso presentarlo el abogado Arturo Hernández, tanto la jueza Cardone como el fiscal federal, Paul Ahern, lo presentaron como un posible evasor de la justicia, reconociendo tácitamente sus acciones pasadas y su fuga de un penal venezolano.
Al respecto, ante los diferentes esfuerzos de la defensa de procurar la libertad bajo fianza, que fueron desde ofrecer una propiedad comercial en Miami, valorada en más de dos millones de dólares y una cantidad suplementaria de casi 100 000 dólares, así como la referencia al estado de salud del acusado, de quien dicen sufre varias enfermedades tales como cáncer, diabetes, presión arterial alta y artritis, la jueza se mantuvo incólume.
Se llegó, incluso, a sugerir por parte de le defensa que se aceptara el arresto domiciliario de Posada Carriles bajo la condición de que usara un dispositivo electrónico u otra medida de control. La jueza Cardone, cansada aparentemente de la reticencia del defensor, le respondió: «¿Cómo puede convencerme de que una vivienda particular será más segura que una cárcel en Venezuela?!»
El aparente nuevo giro que ha impuesto al proceso la decisión de Cardone, abre diversas expectativas sobre su suerte, aunque todavía sigue siendo cuestionable que no se le juzgue por los principales delitos que ha cometido en su vida criminal: sus reiteradas actividades terroristas.
La participación de Posada Carriles en los macabros planes de terror y represión en América Latina al servicio de la CIA y de administraciones norteamericanas, así como su involucramiento en la guerra sucia de Estados Unidos contra Cuba, colocan a este criminal como un potencial peligro para quienes fueron sus jefes en muchas acciones condenables.
Para muchos ha sido cuestionable el apoyo dado a Posada Carriles por el gobierno norteamericano, el que indudablemente se ve chantajeado por la posibilidad de que oscuras maquinaciones, trapos sucios y un pasado macabro puedan salir a la luz. Esto ha llevado a las autoridades norteamericanas a buscar un pálido castigo para Posada Carriles y sus cómplices Santiago Álvarez y Osvaldo Mitat.
Por su parte, no dejan de ser sorprendentes las desesperadas apariciones públicas relacionadas con el proceso de El Paso, de muchos connotados terroristas como Félix Rodriguez Mendigutía (El Gato), Huber Matos, Rodolfo Frómeta, Orlando Bosch, Reinaldo Aquit y Ernesto Díaz Rodríguez, quienes ofrecen su apoyo a su cómplice de fechorías y, sin lugar a dudas, ya habían cocinado tras bambalinas una nueva evasión de Posada.
Mucho hay que esperar para que Posada Carriles pague por sus crímenes y reivindicar el justo reclamo de justicia de quienes han sufrido directamente a causa de sus atrocidades. Podrá ser condenado en El Paso por delitos secundarios, pero la justicia y la verdad aún esperan ser tenidas en cuenta de una vez por todas.