Un hombre condenado a muerte por cometer un doble crimen murió el martes en Ohio por una inyección letal, pero no hasta después de que una de sus venas colapsara, provocando que el hombre se sentara y dijera a sus ejecutores: «No está funcionando», afirmaron funcionarios. El Departamento Correccional de Ohio informó que Joseph Clark, […]
Un hombre condenado a muerte por cometer un doble crimen murió el martes en Ohio por una inyección letal, pero no hasta después de que una de sus venas colapsara, provocando que el hombre se sentara y dijera a sus ejecutores: «No está funcionando», afirmaron funcionarios.
El Departamento Correccional de Ohio informó que Joseph Clark, de 57 años, fue declarado muerto luego de recibir una inyección letal de sustancias químicas en la Institución Penal de Lucasville en el sur de Ohio.
La portavoz Andrea Dean indicó que la ejecución fue retrasada unos 90 minutos porque los técnicos inicialmente tuvieron problemas para encontrar una vena en el brazo de Clark para aplicar la inyección intravenosa con las sustancias químicas.
Luego, cuando se suponía que el veneno estaba llegando a su cuerpo, Clark se sentó y dijo: «No está funcionando, no está funcionando», según relató la portavoz.
Las autoridades determinaron que una vena había colapsado.
A continuación cerraron las cortinas para impedir que los testigos pudieran observar lo que estaba ocurriendo, hasta que los técnicos encontraron una vena en el otro brazo del recluso. Entonces pudieron ver morir a Clark.