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No se olviden de Zimbabwe

Fuentes: IPS

Para el presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, no todo fue grato en la cumbre de África austral en la capital de Lesotho: algunos compatriotas suyos aprovecharon la ocasión para protestar contra su gobierno autoritario. «Queremos mostrarle al mundo que las cosas no están bien en Zimbabwe y que Mugabe no es querido», dijo el obispo […]

Para el presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, no todo fue grato en la cumbre de África austral en la capital de Lesotho: algunos compatriotas suyos aprovecharon la ocasión para protestar contra su gobierno autoritario.

«Queremos mostrarle al mundo que las cosas no están bien en Zimbabwe y que Mugabe no es querido», dijo el obispo Shumba quien llevaba una pancarta que decía «Defender la buena gobernanza en Zimbabwe»

Shumba, integrante de la organización Foro del Exilio de Zimbabwe en el exilio en Johannesburgo, se trasladó hasta Maseru junto a otros 24 exiliados para denunciar los problemas de su país.

Los activistas responsabilizaron al gobierno de las dificultades políticas y económicas de su país ante los pares de Mugabe, reunidos en Maseru con motivo de la cumbre anual de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), iniciada el jueves y concluida este viernes.

El serio declive económico que vive Zimbabwe desde 2000 se atribuye en parte a una controvertida reforma agraria y al costo de la participación en la guerra civil de la República Democrática del Congo.

Además, escasean las divisas extranjeras y el combustible, y la inflación se disparó a más de 1.000 por ciento.

Alrededor de un millón de los 11,7 millones de habitantes reciben asistencia del Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de las Naciones Unidas.

La ocupación de haciendas expropiadas a terratenientes blancos por parte de campesinos pertenecientes a la mayoría negra, sumada a la sequía y al sida, golpearon duro a la agricultura, y en consecuencia, cayó la disponibilidad de alimentos.

En el plano político, varias elecciones realizadas en el país desde 2002 quedaron signadas por irregularidades y abusos a los derechos humanos.

Al igual que Shumba, millones de zimbabwenses huyeron del país por razones económicas o para escapar de la persecución. Muchos emigraron a los países vecinos o a Gran Bretaña.

«La situación en Zimbabwe es complicada. Mugabe se impone a la población mediante elecciones fraudulentas y se aferra al poder», sostuvo Shumba, mientras los manifestantes gritaban frente al complejo donde se desarrollaba la cumbre y la policía les impedía el ingreso.

«Puedo decirles que los líderes serán sinceros en las sesiones a puertas cerradas», dijo el miércoles el ministro de Finanzas de Lesotho y presidente del Consejo de Ministros de la SADC, Timothy Thahane. Luego, se supo que la situación de Zimbabwe figuraría en la agenda.

El bloque regional está integrado por Angola, Botswana, Lesotho, Madagascar, Malawi, Mauricio, Mozambique, Namibia, Sudáfrica, Swazilandia, República Democrática del Congo, Tanzania, Zambia y Zimbabwe.

«Sabíamos que Mugabe contaría con la protección de sus pares. Por eso vinimos aquí a denunciar la crisis de Zimbabwe», dijo otro manifestante, Sam Tapera.

«La gente en Zimbabwe no tiene voz. No pueden organizar una manifestación como esta. Viven en una dictadura», dijo a IPS.

De todos modos, la crisis en Zimbabwe no figuró en el orden del día de una conferencia de la sociedad civil que transcurrió paralela a la cumbre.

«No estaba en nuestra agenda. Consideramos que hay procesos internos de diálogo en Zimbabwe», explicó Ted Nandolo, presidente del Consejo de Organizaciones No Gubernamentales de Malawi.

«No vemos razones para culpar a Zimbabwe», explicó.

La silenciosa política que el presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki, practica con Harare para restaurar la estabilidad del país ha sido objeto de numerosas críticasa.

Mugabe suele responsabiliza de los problemas del país a Gran Bretaña, que fue la potencia colonial británica de Zimbabwe hasta 1980, a la que acusa de debilitar al país en respuesta a la ocupación de las haciendas de la población blanca llevada a cabo en 2000.

Pero Shumba dijo: «Mugabe sólo está utilizando al primer ministro británico Tony Blair como chivo expiatorio. El problema es Mugabe, no Blair».

El gobierno de Zimbabwe calificó inicialmente la confiscación de haciendas como un intento espontáneo de los veteranos de la guerra de independencia de los años 70 de corregir los desequilibrios raciales en la posesión de la tierra heredados de la época colonial.

Pero la oposición consideró que la reforma agraria fue una estratagema para ganar las elecciones parlamentarias de 2000.

Mugabe, quien ocupa el cargo de presidente desde la independencia de Gran Bretaña en 1980, llegó a Lesotho el miércoles.

Los únicos jefes de Estado o de gobierno que no participan en la cumbre de la SADC son el presidente de Angola, José Eduardo dos Santos, su par de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, quien aguarda el resultado de las históricas elecciones del mes pasado, y el rey de Swazilandia Mswati III.

Pero en su lugar viajaron altos funcionarios de gobierno.

Swazilandia también concentrara la atención de las sesiones del viernes en la que también se discutirá la situación de Zimbabwe.

Los partidos políticos están proscriptos en Swazilandia, la última monarquía absoluta de África. El rey Mswati enfurece a los activistas de derechos humanos por llevar un estilo de vida extravagante cuando dos tercios de los habitantes del país, devastado por el sida, viven con menos de un dólar diario.

Swazilandia cuenta con la mayor prevalencia de VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) a escala mundial, con un promedio de 33,4 por ciento de personas infectadas con el virus.