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«Nosotros, los defensores del Mavi Marmara, somos el ejemplo moderno de la esencia de Gandhi»

Fuentes: pulsemedia.org

Desde hace muchos años, tengo entendido que nosotros, la gente con conciencia, somos los verdaderos titulares del poder en este mundo. Sin embargo, es frustrante haber renunciado en gran medida a este poder y el no haber podido desarrollar todo nuestro potencial, el potencial de crear un mundo mejor, un mundo justo. No obstante, he […]

Desde hace muchos años, tengo entendido que nosotros, la gente con conciencia, somos los verdaderos titulares del poder en este mundo. Sin embargo, es frustrante haber renunciado en gran medida a este poder y el no haber podido desarrollar todo nuestro potencial, el potencial de crear un mundo mejor, un mundo justo. No obstante, he conspirado con otros que tienen el mismo pensamiento con el fin de descubrir y ejercitar nuestro auténtico poder. En 2002 inicié la TJP Human Shield Action (n.d.t.: acción escudos humanos) en Irak, porque sabía que la invasión de Irak había sido planeada con mucha antelación, que era parte de una agenda de «Dominio del Espectro Global» según lo establecido en el Proyecto para un Nuevo Siglo Americano.

Sabía que las protestas no tenían ninguna posibilidad de detener la invasión, y que en gran medida estas protestas fueron sólo una manera de hacernos sentir mejor sobre el inminente asesinato en masa y para poder decir que protestamos en contra de ella. Con ese entendimiento sostuve que la única forma viable para detener la invasión era llevar a cabo una migración masiva a Irak. Una migración en la que personas de todo el mundo, especialmente ciudadanos occidentales, se posicionaran en lugares de Irak supuestamente protegidos por el derecho internacional, lugares que son sistemáticamente bombardeados cuando en ellos sólo hay iraquíes, palestinos y, por lo general, gentes no blancas que serán asesinadas. Pensé que 10.000 personas podrían detener la invasión, o, al menos, mostrar lo que la invasión fue desde un principio, a saber un acto de agresión internacional, un crimen de guerra y un crimen contra la humanidad.

Cuando nuestros autobuses de dos pisos viajaron de Londres a Bagdad a través de Turquía, sentimos claramente que el pueblo turco también sentían el poder de esta acción, y ellos fueron los principales participantes en ella. Al final no conseguimos reunir el número suficiente de personas para detener la guerra, en la que murieron como mínimo un millón de iraquíes, pero sigo convencido de que el impedir la invasión estuvo a nuestro alcance. Personalmente, considero que fue una gran oportunidad perdida.

En 2007 me uní al Movimiento Free Gaza, cuyo objetivo era desafiar el bloqueo viajando a Gaza por mar. Desde el momento en que me enteré de ese plan, supe que podía tener éxito, de modo que en el primer intento serví a la causa como capitán. El gobierno israelí dijo que viendo nuestra preparación nosotros no éramos mejores que los piratas, y que nos iban a tratar como tales. Dejaron claro que no llegaríamos a Gaza. Sin embargo, yo sabía que podríamos tener éxito. Y lo tuvimos. El 23 de agosto 2008, dos embarcaciones con 46 pasajeros de varios países lograron llegar hasta Gaza, por primera vez en 41 años. La verdad es que el bloqueo de Gaza tiene mucho más de tres años, pero, nosotros, un pequeño grupo de gente con conciencia consiguió desafiar a la máquina israelí, celebrando nuestra llegada junto a decenas de miles de habitantes de Gaza. Demostramos que se puede hacer. Demostramos que un plan inteligente y una hábil manipulación de los medios de comunicación es capaz de inutilizar todo el poder de la armada israelí. Y entonces supe que esto sólo era la punta del iceberg.

Para mí, participar en la Flotilla de la Libertad es como una reunión de familia. Es esta familia hace mucho tiempo perdida, cuya conciencia es su guía, la que ha conseguido disipar el miedo actuando con humanidad. Pero yo estaba especialmente orgulloso de unirme a IHH y a los miembros turcos de la flotilla. Admiro profundamente la fuerza y el carácter del pueblo turco, a pesar de que su historia contiene manchas de injusticia, al igual que todas las naciones, desde el ciudadano medio hasta el primer ministro, actualmente los turcos se encuentran entre los líderes de la lucha por la humanidad y la justicia.

Recuerdo que durante la TJP Human Shield Action en Irak me preguntaron si yo era un pacifista. Respondí con unas palabras de Gandhi, que decía que él no era pasivo en nada. Al contrario: yo creo al 100% en la acción y la autodefensa, sin reservas. Sería incapaz de permanecer impasible mientras un tirano asesina a mi familia, y el ataque contra el Mavi Marmara fue como un ataque a mi familia palestina. Me siento orgulloso de haber estado hombro a hombro con los que se negaron a permitir que unos pícaro militares israelíes impusieran su voluntad sin lucha. Así que luchamos.

Cuando me preguntaron si en caso de un ataque israelí contra el Mavi Marmara yo utilizaría la cámara o defendería el barco, respondí sin titubear que defendería el barco. Soy un gran defensor de la no violencia, y creo que la no violencia siempre debe ser la primera opción. Sin embargo, me uní a la defensa del Mavi Marmara sabiendo que podrían utilizar la violencia contra nosotros y que estaríamos obligados a recurrir a la violencia en defensa propia.

Lo he dicho directamente a los agentes israelíes, probablemente del Mossad o Shin Bet, y lo repito ahora: el día del ataque yo estuve directamente involucrado en el desarme de dos comandos israelíes. Fue quitarle las armas a la fuerza, sin negociación previa, a dos comandos que habían asesinado a dos hermanos, uno de ellos con una bala en plena frente, como si hubiera sido ejecutado. Yo sabía que estos comandos eran asesinos cuando le quité a uno de ellos una pistola de 9 mm. Tenía la pistola en mis manos, y como ex marine americano con formación en el uso de armas de fuego yo podía haber utilizado el arma contra el comando que había asesinado a uno de mis hermanos. Pero ni yo ni ningún otro defensor de la nave hicimos tal cosa. Retiré las balas ¡de plomo!, y escondí el arma. Hice esto en la esperanza de que lograríamos repeler el ataque y presentaríamos esta arma como prueba ante un juicio contra las autoridades israelíes por asesinato en masa.

También ayudé a arrebatarle a un comando su rifle de asalto, que al parecer otro hermano arrojó al mar. Yo y otros cientos de personas conocemos la verdad, que parece una burla de los tan «valientes y moralistas» militares israelíes. Tres comandos completamente desarmados e indefensos estaban completamente en nuestro poder. Estos muchachos estaban a nuestra merced, fuera del alcance de sus compañeros asesinos, en interior del barco y rodeados por más de cien hombres. Miré a los ojos de los tres chicos, y puedo afirmar que tenían el temor de Dios en ellos. Nos miraban como si nosotros fuésemos ellos, y no tengo ninguna duda de que estaban convencidos de que no iban a sobrevivir ese día. Parecían niños asustados ante un padre colérico.

Pero ellos no se enfrentan a un enemigo tan implacable como ellos. Al contrario. Las mujeres les dispensaron los primeros auxilios básicos, y finalmente fueron liberados, aunque maltratados y magullados, pero vivos. Capaces de seguir viviendo. Capaces de sentir el sol en la cabeza y el abrazo de sus seres queridos. A diferencia de aquellos que asesinaron. A pesar del luto por la pérdida de nuestros hermanos y la rabia contra estos niños, los dejamos ir. Las prostitutas de la propaganda israelí puede arrojar toda su repugnante bilis, pero los comandos son los asesinos y nosotros los defensores, y sin embargo hemos luchado. Luchanos no sólo por nuestras vidas, no sólo por la carga de nuestro barco, no sólo por el pueblo de Palestina, sino en nombre de la justicia y de la humanidad. Teníamos el derecho a ello, en todos los sentidos.

Mientras estaba bajo custodia israelí fui, junto con todos los demás, víctima de infinidad de abusos y flagrantes faltas de respeto. Mujeres y ancianos fueron físicamente y psicológicamente asaltados. Nos denegaron alimentos y agua y el acceso a los lavabos. Utilizaron perros contra nosotros, mientras nos trataban como si fuésemos perros. Fuimos expuestos a pleno sol en posiciones estresantes, mientras en nuestras manos esposadas la sangre apenas podía circular. Mentían incesantemente. De hecho, estoy impresionado por la rutina y facilidad con la que mienten. Es realmente notable. Fuimos maltratados en prácticamente todas las formas imaginables y yo mismo fui golpeado y estrangulado hasta el punto de perder el conocimiento … y me golpearon de nuevo cuando ya estaba en mi celda.

En todo esto, lo más destacable es que eran unos cobardes … y sin embargo, también veo en ellos a mis hermanos. Porque independientemente de la vileza y la falta de razón de los agentes y del gobierno israelíes, siguen siendo mis hermanos y hermanas, y por el momento sólo tengo compasión con ellos. Porque están renunciando lo más preciado que un ser humano puede tener, su humanidad.

En conclusión, me gustaría retar a todos los seguidores de Gandhi, a toda persona que piensa que lo ha entendido, que lo reconoce como una de las grandes almas de nuestro tiempo (que son casi todos los líderes occidentales), retándolos con una pregunta: Por favor, explíquennos por qué nosotros, los defensores del Mavi Marmara , acaso no somos el ejemplo moderno de la esencia de Gandhi. Pero lean primero las palabras del mismo Gandhi:

Creo que, cuando sólo hay una elección entre la cobardía y la violencia, yo recomendaría la violencia …. Preferiría una India levantada en armas para defender su honor a una India convertida o continuando siendo, en un modo cobarde, en un testigo impotente a su propia deshonra. – Gandhi

Y por último, un reto más. Reto a cualquier crítico de mérito a debatir públicamente conmigo sobre un grande escenario nuestras acciones que tuvieron lugar ese día. En especial me encantaría debatir ese tema con cualquier líder israelí que nos acusa de mala conducta, el cara a cara me daría un tremendo placer. Todo lo que vi en Israel fueron cobardes con armas de fuego, de modo que estoy impaciente para verle a usted en un nuevo contexto. Quiero debatir con usted sobre el escenario más grande posible. Tómeselo como un desafío abierto y veamos hasta qué punto los dirigentes israelíes son tan valientes.

Ken O’Keefe es uno de los miembros del Movimiento Free Gaza que viajó en el Mavi Marmara

Traducido por Manel Franquesa

Lecturado por Luis Jorba

http://pulsemedia.org/2010/06/06/ken-okeefe-we-the-defenders-of-the-mavi-marmara/