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Juramentos de lealtad israelíes

Nueva ordenanza municipal en una ciudad israelí hecha para excluir a una pareja árabe

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

En Misgav.

Una comunidad en el norte de Israel ha cambiado sus ordenanzas municipales para exigir que nuevos residentes prometan apoyo al «sionismo, el patrimonio judío y el asentamiento del país» en un intento apenas disimulado de bloquear la admisión de peticionarios nuevos.

Los críticos califican la ordenanza, adoptada por Manof, residencia de 170 familias judías en Galilea, un «juramento de lealtad» local similar a un sistema nacional recientemente propuesto por el partido de extrema derecha del ministro del gobierno Avigdor Lieberman.

Otras comunidades judías en Galilea central – que entran dentro del dominio de un consejo regional conocido como Misgav – preparan estatutos municipales similares como reacción ante una petición legal presentada por una pareja árabe que espera construir una casa en Misgav.

«Parece ser algo que está siendo coordinado por el consejo de Misgav en un intento de impedir la decisión judicial,» dijo Ronin Ben Ari, oponente del cambio de estatutos y residente de otra comunidad de Misgav, Mikhmanim.

La acción de Manof sucede después de esfuerzos de Ahmed y Fatina Zbeidat, quienes viven en la vecina ciudad árabe de Sakhnin, para ser admitidos en la comunidad de Misgav, Rakafet.

Tradicionalmente, unas 700 comunidades rurales en Israel, incluidas 30 en Misgav, han expurgado a solicitantes árabes emitiendo rechazos automáticos por comités especiales de examen. Los ciudadanos árabes representan un quinto de la población del país.

Según un grupo de derechos legales, las comunidades rurales, que albergan a sólo un cinco por ciento de la población, pero controlan cerca de cuatro quintos del campo, han sido consideradas por el Estado como un bastión de la obtención de acceso por los árabes a lo que se llama «tierras nacionales.»

Sin embargo, el sistema de examen ha estado amenazado desde un dictamen judicial en 2000 que exige que las comunidades consideren a peticionarios árabes y justifiquen sus decisiones.

Siguiendo ese dictamen, los Zbeidat exigieron su derecho a pasar un test de idoneidad cuando su solicitud fue rechazada en 2006. Los calificadores consideraron que Fatina era demasiado «individualista» para vivir en una pequeña comunidad y que su esposo carecía de «conocimientos de relaciones interpersonales sofisticadas.»

Los Zbeidat luego presentaron una petición a los tribunales contra la intervención de comités de revisión, diciendo que imponen «una flagrante discriminación» contra peticionarios árabes.

A comienzos de año, en una indicación de que el tribunal se preparaba a respaldarlos, solicitó que el fiscal general explique el motivo por el cual los comités de revisión deben seguir existiendo.

«Cabe poca duda de que muchos residentes de Misgav están alarmados por el caso judicial,» dijo el señor Ben Ari, quien dirige un pequeño grupo disidente llamado Voz Alternativa en Galilea.

Agregó que Ron Shani, quien fue elegido alcalde de Misgav a fines del año pasado, convirtió la oposición al intento de los Zbeidat de vivir en Rakafet en una plataforma importante de su campaña.

Shani defendió el cambio de estatuto la semana pasada ante los medios israelíes: «La posición del consejo es que es apropiado fortalecer el carácter de la comunidad – una comunidad en la cual los valores sionistas y el patrimonio judío se encuentran en el corazón de su forma de vida. No lo vemos de ninguna manera como racismo.»

El señor Ben Ari dijo: «Existe un sentimiento generalizado en Misgav de que el cambio de los estatutos es una manera legítima para que la minoría judía en Galilea se defienda contra un peligro árabe e islámico.

«Los residentes locales no son tipos derechistas como Lieberman. Se consideran liberales y de hecho se sienten muy incómodos al ser comparados con Lieberman.»

Una ley propuesta por el partido Yisrael Beiteinu de Lieberman sobre la declaración de la lealtad al Estado judío fue rechazada por un comité ministerial la semana pasada. El señor Lieberman hizo campaña en la elección general de febrero sobre la base de una plataforma de «Sin lealtad, no hay ciudadanía.»

Es una actitud muy generalizada, según los sondeos. Una encuesta realizada en 2006 estableció que un 68% de los judíos israelíes se negaría a vivir junto a un árabe y un 46% no permitiría que un árabe visitara su casa.

El estatuto, aceptado por abrumadora mayoría en Manof, estipula que los solicitantes deben compartir «los valores del movimiento sionista, el patrimonio judío, el asentamiento de la Tierra de Israel… y la observancia de los festivos judíos.»

También propone que se aliente a los niños de la localidad a que se unan al movimiento juvenil sionista y al ejército israelí.

Una propuesta en términos semejantes será presentada este mes a otra comunidad de Misgav, Yuvalim.

Un residente opuesto al cambio, Arik Kirschenbaum, dijo al periódico liberal Haaretz la semana pasada: «Repentinamente parece como si estuviéramos aprobando estatutos de los asentamientos.»

Residentes de Manof han sido citados por los medios israelíes criticando las acusaciones de racismo.

«Es desagradable e incluso ofensivo despertarse por la mañana y descubrir que uno se ha convertido en Lieberman,» dijo Alon Mayer, señalando que Yisrael Beiteinu obtuvo sólo un 2,5 por ciento de los votos en Manof en la elección general de febrero.

Se ha informado que varios residentes temen que la vida junto a árabes pueda conducir a tensiones étnicas y a violencia sectaria.

Suhad Bishara, abogado del grupo de derechos legales Adalah, quien representa a los Zbeidat, dijo: «No hay nada único o especial en el modo de vida de esa comunidades como para justificar este tipo de restricción de las admisiones.

«Más bien, el propósito del sistema de selección es asegurar que un 80% del territorio dentro de Israel no sea accesible a árabes, que el control de los recursos públicos permanezca exclusivamente en manos judías.»

La solicitud de los Zbeidat fue presentada después de que no pudieron encontrar un sitio para construir en Sakhnin. Las jóvenes parejas de la localidad enfrentan crecientes dificultades para construir casas, después que gran parte de la tierra de Sakhnin fue entregada a la jurisdicción de Misgav.

Los funcionarios de Sakhnin señalan que sus 25.000 habitantes tienen sólo un veinteavo de la tierra disponible para los 20.000 residentes de las 30 comunidades de Misgav. Una apelación de Sakhnin para que se le otorgue parte de la tierra de Misgav fue rechazada por una comisión fronteriza en 2005.

Misgav se publicita, a través de su sitio en Internet, como modelo de «pluralismo étnico» porque incluye a 5.000 beduinos.

Sin embargo, los críticos señalan que los beduinos de Misgav viven en un puñado de comunidades separadas privadas de la tierra disponible a las comunidades judías.

A los habitantes beduinos se les niegan generalmente servicios básicos como agua y electricidad, así como escuelas y clínicas médicas. En una, Arab al Naim, se obliga a los habitantes a vivir en chabolas de hojalata porque las estructuras permanentes son demolidas por el Estado.

La semana pasada, tres miembros del parlamento israelí presentaron una ley estipulando que los comités de revisión deben evaluar «la idoneidad de los candidatos para el modo de vida y el tejido social de la comunidad.» Los legisladores dijeron que la ley ayudará a «mantener la visión sionista.»

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Jonathan Cook es escritor y periodista. Vive en Nazaret, Israel. Sus libros más recientes son «Israel and the Clash of Civilisations: Iraq, Iran and the Plan to Remake the Middle East» (Pluto Press) y «Disappearing Palestine: Israel’s Experiments in Human Despair» (Zed Books). Su página en Internet es: www.jkcook.net.

Una versión de este artículo apareció originalmente en The National (www.thenational.ae), publicado en Abu Dhabi.

http://www.counterpunch.org/cook06082009.html