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Obama, con poder para permitir viajes de estadunidenses a Cuba

Fuentes: La Jornada

Los cubanos que viven en Estados Unidos visitaron su país de origen en 2009 como nunca antes en medio siglo, y este año lo harán más todavía, mientras que un aumento de los viajes de los estadunidenses a Cuba quedó en manos del presidente Barack Obama, a falta de una decisión del Congreso, estimaron fuentes […]

Los cubanos que viven en Estados Unidos visitaron su país de origen en 2009 como nunca antes en medio siglo, y este año lo harán más todavía, mientras que un aumento de los viajes de los estadunidenses a Cuba quedó en manos del presidente Barack Obama, a falta de una decisión del Congreso, estimaron fuentes que siguen el proceso de cerca.

El año pasado vinieron desde Estados Unidos 202 mil cubanos, informó a La Jornada Armando García, presidente de la empresa Marazul, con sede en Miami, que cubre la ruta con aviones fletados (charters). Hasta el 30 de septiembre último llegaron 239 mil y la proyección es de 300 mil a 310 mil para el final de 2010, agregó el ejecutivo, considerando sólo los cerca de 50 vuelos semanales directos entre los dos países.

Comparados esos resultados con los reportes de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), los cubanos residentes en Estados Unidos fueron el año pasado 8.31 por ciento de los visitantes del exterior y 12.55 por ciento en los primeros nueve meses de 2010.

En contraste, la opción de que una ley permita a los estadunidenses venir a la isla virtualmente ha desaparecido. «Es casi imposible imaginar que se apruebe en ambas cámaras y se mande al presidente para su firma» antes de que termine 2010, pero Obama todavía puede tomar una decisión ejecutiva en esa dirección, dijo a este diario Phil Peters, vicepresidente del Instituto Lexington (think tank independiente) y asesor del Comité de Trabajo sobre Cuba en el Capitolio.

Francisco G. Aruca, presidente del Consejo de Marazul y comentarista radial de Miami, opinó que, después de las elecciones legislativas del 2 de noviembre, Obama puede ampliar los viajes, como lo hizo Bill Clinton con su plan pueblo a pueblo. «Sería inteligente hacerlo y con poco costo inmediato».

La liberación de los viajes de los estadunidenses sería decisiva para desfondar el bloqueo económico de Washington contra la isla, porque de golpe pondría sobre la mesa la urgencia de definiciones ante asuntos como vuelos regulares, desplazamiento de yates, reconocimiento de cheques y tarjetas de crédito, telefonía celular y compra de bienes y servicios en la isla, entre otros.

El mes pasado, el canciller cubano Bruno Rodríguez sugirió que, sin esperar acciones del Congreso, Obama use sus privilegios presidenciales para disponer excepciones al bloqueo, como flexibilizar el uso del dólar, el empleo de tarjetas y cheques de bancos estadunidenses, la compra de medicamentos producidos en Cuba y la libertad de viajes para los estadunidenses. El mandatario tiene «prerrogativas suficientes» y consenso popular para actuar en esa forma, añadió el ministro.

En abril de 2009, Obama liberó las remesas familiares y los viajes a la isla de los cubanos residentes en Estados Unidos, desmantelando así las prohibiciones endurecidas por su antecesor, George W. Bush. Pero, al mismo tiempo, mantiene para sus propios ciudadanos la prohibición de visitar a Cuba.

La vía legislativa para liberar los viajes de los estadunidenses se abrió con el proyecto HR4645, del presidente del Comité de Agricultura de la Cámara de Representantes, el demócrata Collin Peterson, y 32 de sus colegas. La iniciativa también prevé facilidades para el pago de las compras agrícolas que realiza la isla a empresas estadunidenses, bajo una legislación de hace 10 años.

El proyecto siguió trámite legislativo este año, pero a fines de septiembre el demócrata Howard Berman, veterano partidario de la libertad de viajes a la isla, pospuso la discusión final en el comité de la Cámara que preside, el de Asuntos Exteriores, en espera de un mejor momento para el «debate sólido y continuo que merece este importante asunto».

Pero el Congreso entró en receso y los legisladores se enfrentan ahora al final de campaña para las elecciones de noviembre, señaló Peters. Al menos 180 representantes y más de 40 senadores habían firmado la iniciativa como patrocinadores. Partidarios y adversarios del proyecto parecían optimistas de una votación, «pero lo que cuenta ahora es el calendario y el calendario sin duda favorece a los opositores», añadió el analista.

El Congreso estadunidense trabajará dos semanas en diciembre y la iniciativa podría pasar por el Comité de Exteriores, pero «en ese lapso tan corto es casi imposible imaginar que se apruebe en ambas cámaras y se mande al presidente para su firma» este año, subrayó Peters.

unque antes han surgido iniciativas similares, la de Peterson logró apoyo político y social sin precedente dentro y fuera del Capitolio, que incluyó a militares retirados, grupos de derechos humanos, agroexportadores, la industria turística, organizaciones no gubernamentales y académicos.

Obama ofreció reaccionar ante «cambios positivos» en Cuba, recordó Peters. «Ahora vemos excarcelaciones de presos políticos y reformas económicas importantes. Si no hay respuesta para esos pasos, las palabras del presidente se quedarían sin sentido. Por eso creo que veremos una acción ejecutiva, tal vez una liberalización de regulaciones para ampliar los viajes no turísticos, después de las elecciones».

Aruca conjeturó que Berman pospuso el debate por un solo voto. Una votación en el pleno antes de enero -cuando tomarán posesión los nuevos congresistas- tendría que decidirla la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi. «No sé si lo hará, y si lo hace tengo serias dudas de que se apruebe. Con el dinero que han puesto a rodar contra esa ley, y que seguirá rodando después de las elecciones, creo que será difícil».

A esto se agregan los pronósticos favorables a los republicanos. Por eso Obama y los demócratas del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara están evitando declaraciones «que parezcan controversiales» antes de las elecciones, concluyó Aruca.

El actual flujo de cubanos que viaja a la isla en un año desde Estados Unidos no tiene precedente desde la década de los años 60. En 2009 fueron el segundo mayor grupo de visitantes a la isla, después de los canadienses (914 mil 884, según la ONE).

La ONE no reporta a los viajeros provenientes de Estados Unidos, pero en su informe de 2009 el renglón de «otros» tenía 584 mil 103, equivalente a 41.2 por ciento del total.

http://www.jornada.unam.mx/2010/10/23/index.php?section=mundo&article=025r1mun