Recomiendo:
0

Obama, llegó el cambio… de cárcel

Fuentes: Rebelión

Cuando aún continuaban las celebraciones de la investidura presidencial de Barack Obama, la Fiscalía militar de Estados Unidos pidió suspender durante cuatro meses los juicios a las personas retenidas en la prisión de la base militar de Guantánamo. Con este reclamo publicitario se ha querido dar un golpe propagandístico, pero sobrepasada la positiva impresión inicial […]


Cuando aún continuaban las celebraciones de la investidura presidencial de Barack Obama, la Fiscalía militar de Estados Unidos pidió suspender durante cuatro meses los juicios a las personas retenidas en la prisión de la base militar de Guantánamo. Con este reclamo publicitario se ha querido dar un golpe propagandístico, pero sobrepasada la positiva impresión inicial surge la terca realidad de que nada ha cambiado y las cosas están peor.

En primer lugar, es una decisión sin efecto alguno: una suspensión por cuatro meses. Esto no es un cierre, no es un reconocimiento de la violación de los derechos humanos, ni una reparación a las víctimas inocentes de los secuestros de las rendiciones extraordinarias. La nueva Administración estudia el traslado de los presos.

En segundo lugar, el carácter propagandístico que ha rodeado los pronunciamientos de Obama sobre Guantánamo resulta evidente si nos preguntamos por qué sólo se pronuncia sobre esta prisión. Y a renglón seguido: ¿por qué Barack Obama desea restaurar solamente en Guantánamo los principios humanitarios violados por Estados Unidos?

Debemos recordar que hay prisiones repartidas por todo el mundo. Desde 2003 bajó la población reclusa de Guantánamo. De más de 700 prisioneros ha pasado a los actuales 250. ¿A dónde se han ido los otros 450? Los han trasladado por aire y por mar a Bagram y a la isla Diego García, cuyos barracones han crecido como setas. Véanlos:

De estas otras prisiones no habla Obama, ¿por qué? Porque no son tan famosas como Guantánamo y todo lo que rodea estos pronunciamientos es solamente propaganda. Los presos de Guantánamo han pasado de ser víctimas de tortura a convertirse en señuelo publicitario. Serán trasladados exactamente igual que durante estos años, de esa a otras prisiones menos conocidas por el público.

¿Alguien con sentido común puede llamar a esto «cambio»? Sí, cambio de cárcel.

En tercer lugar es necesario hablar de dimensiones del horror y de la conducta que Obama y Biden ya han mostrado desde la vistoria en las elecciones. En Guantánamo hay 250 presos. En Gaza han muerto cerca de 1.500 personas y unas 5.500 resultaron heridas.

El alto el fuego unilateral de Israel y el propio planteamiento de la retirada de la Franja coincidiendo con el día de la investidura presidencial prueba que la operación militar israelí fue negociada con Esatados Unidos y con el propio presidente electo. Preparada durante los tres últimos meses de 2008, con traslados de munición norteamericana de última generación ya en diciembre, es imposible que Obama no fuera participado de la decisión. De hecho, la retirada israelí viene a probar que Obama dio su visto bueno a la agresión de Gaza condicionándolo a que acabara antes del primer día de su presidencia. De nuevo, la publicidad y la propaganda, y no los derechos humanos, son la prioridad de la nueva Administración.

El jueves 6 de noviembre, el director de la CIA citó a Obama y Biden para una sesión informativa de asuntos de inteligencia y el mismo día el presidente electo nombró Jefe de Gabinete al judío sionista Rahm Emanuel. «Los funcionarios compartieron con Obama información reservada sobre temas delicados a los que no tuvo acceso como senador», indicaban los teletipos. El lunes siguiente, Obama se reunió con George Bush para abordar «la grave crisis económica, las guerras abiertas en Iraq y Afganistán y el terrorismo».

¿Quién puede creer que Obama, Biden y Emanuel no fueron informados de la inminente crisis bélica que Israel iba a abrir en Gaza con apoyo de Estados Unidos?

Luego entonces, ¿qué queda por decir? Obama se muestra preocupado por 250 presos de Guantánamo, pero sólo suspende los juicios y solo prepara su traslado, mientras continúan las violaciones de derechos humanos en Bagram y Diego García, cárceles de las que Obama no dice nada, a donde ya ha sido conducida la mayoría de los prisioneros de Guantánamo.

Tras las elecciones, Obama se apresura a nombrar Jefe de Gabinete a un interlocutor sionista, es informado por la CIA y el Gobierno de George Bush de la operación israelí en Gaza y da su visto bueno siempre y cuando acabe antes de que él asuma la presidencia.

En Gaza, con munición norteamericana, la operación militar acaba matando a cerca de 1.500 personas, la mitad de ellas menores de 18 años. Pero muchas más morirán por las secuelas de las heridas, la falta de recursos sanitarios y la contaminación de uranio y tungsteno (a razón de 30 kilogramos por bomba).

El 20 de enero, Obama inicia la andadura de su presidencia, como si nada fuera con él. «A partir de hoy -proclama- debemos levantarnos, sacudirnos el polvo y comenzar de nuevo el trabajo de rehacer Estados Unidos».

Cuidado con el polvo, que tiene uranio.