James D. Cockcroft, historiador, escritor y analista estadounidense advierte sobre los alcances políticos, sociales y militares que un posible triunfo del candidato demócrata Barack Obama podría tener, tanto para Estados Unidos como para América Latina. En entrevista exclusiva con TeleSUR, el destacado intelectual estadounidense James D. Cockcroft dio su opinión sobre los alcances políticos, sociales […]
James D. Cockcroft, historiador, escritor y analista estadounidense advierte sobre los alcances políticos, sociales y militares que un posible triunfo del candidato demócrata Barack Obama podría tener, tanto para Estados Unidos como para América Latina.
En entrevista exclusiva con TeleSUR, el destacado intelectual estadounidense James D. Cockcroft dio su opinión sobre los alcances políticos, sociales y militares que un posible triunfo del candidato demócrata Barack Obama podría tener en Estados Unidos y el impacto de su política para América Latina.
Además, Cockcroft alertó sobre la política guerrerista de Washington y cómo el candidato demócrata Barack Obama asume posiciones incluso más derechistas que el propio presidente Bush, en temas relacionados a la defensa de Israel.
La derrota de la candidata demócrata Hillary Clinton y la victoria de Barack Obama han puesto al descubierto leves cambios en la política estadounidense. Al respecto, ¿cómo evalúa usted este triunfo y qué diferencias, si las hay, de carácter más progresista postula Obama?
Es un triunfo de un individuo rico, como cualquier otro triunfo electoral estadounidense. Es también un triunfo de las y los jóvenes que trabajaban en su campaña. Lamentablemente, no hay diferencias significativas entre Obama y otros candidatos de los dos partidos «oficiales».
En la política exterior, él ofrece hablar con líderes de «Estados enemigos» como Irán y Cuba, pero siempre los presidentes o sus diplomáticos, o sus personas designadas, y o sus generales han hablado con tales líderes, a veces secretamente como en el caso de Bush.
En todo caso, hablar no es cambiar la política imperialista. Además, el primer acto de Obama, después de asegurarse la nominación, fue prometer al «lobby» sionista la defensa de Israel «por todos los medios», y su apoyo al control de toda Jerusalén por el Estado israelí (una posición a la derecha de Bush). Y ya Obama se ha movido «hacia el centro», es decir la derecha, en todo, incluso su política doméstica, donde sí hay una diferencia en las propuestas económicas, pero otra vez no muy significativa.
¿Cree usted que la política de «golpe de Estado» silencioso y con ello la eliminación de las bases de la democracia en Estados Unidos, se sigan desarrollando con un eventual triunfo de Obama?
Ya no existen «bases de la democracia en Estados Unidos». El mismo presidente fue elegido por un voto del Tribunal Supremo y el sistema electoral sigue bastante corrompido. El triunfo de Obama en noviembre podría cambiar el proceso de lo que he llamado «un golpe de Estado por etapas o por fases», lo que he definido como una eliminación de las tres bases de una democracia limitada y burguesa: derechos democráticos como la libertad de expresión; elecciones relativamente democráticas; y la capacidad de la opinión pública de influir las políticas del Estado.
Debido a la criminalización de actos de protesta, es casi imposible organizar grandes manifestaciones en las calles. ¡Adiós democracia! Pero, ¿cómo será el cambio del proceso del golpe? No sabemos porque ahora, sea quién sea el ganador de la elección presidencial, cualquier cosa es posible. ¿Por qué? Porque la situación se hace más explosiva cada día en términos de la crisis económica y el peligro de grandes «shocks» del sistema global, como el derretir del Ártico o un ataque a Irán.
Hay un descontento creciente entre, no solamente las minorías sociales y los jóvenes estadounidenses, sino también los obreros blancos y los ancianos, y un «shock» podría cambiar toda la dinámica. Sin duda, vivimos en los tiempos más peligrosos de la historia para la humanidad y el planeta.
Respecto a la política guerrerista del Gobierno de Estados Unidos, ¿piensa usted que el candidato conservador Obama mantendrá la misma línea que la administración Bush?
No importa si las palabras «candidato conservador» refieren a Obama o a McCain, porque ambos son guerreristas y ambos partidos han votado año tras año por los presupuestos militares e invasiones contra otras naciones desde el comienzo del imperialismo en las guerras de exterminación contra los pueblos originarios de Estados Unidos.
La «línea» retórica puede cambiar y algunas veces Obama usa un lenguaje más suave y menos bélico que el de Bush, Cheney, y McCain (y otras veces no). Un retiro gradual o rápido de las tropas estadounidenses de Irak y Afganistán es posible no porque uno u otro candidato lo promete, pero porque no hay ninguna otra alternativa realista, aún después de más «surgimientos» («surges» en inglés) del número de tropas.
Las guerras «permanentes» conducidas por Washington debilitan la economía, crean un descontento entre militares y jóvenes, y aceleran el declive del imperio. Grandes empresas del capital financiero de Wall Street ya, finalmente, entienden eso y dan más dinero a la campaña de Obama que a la de McCain.
Obama ha realizado parte de su campaña aludiendo a mejoras para los latinos en Estados Unidos (pensiones), ¿cree usted que estos planteamientos son posibles considerando la política reductora de los beneficios sociales especialmente en pensiones y salud?
No es posible, porque Obama no representa un cambio en la política terrorista contra todos los inmigrantes que afecta forzosamente a las comunidades latinas, árabes, africanas, asiáticas, etc. Además, la crisis económica y el incremento del presupuesto militar prometido por ambos candidatos presidenciales reforzarán la política reductora de los beneficios sociales.
Barack Obama ha planteado estar dispuesto a reunirse con los líderes de Cuba y Venezuela. ¿Cree usted que es posible con Obama terminar el bloqueo a Cuba y abrir un camino de no agresión contra Venezuela?
Sí, es posible con Obama terminar el bloqueo a Cuba. Es posible también con McCain, porque lo que terminará el bloqueo no es un individuo sino los intereses de sectores económicos, como en la agro-industria.
Por eso votó el Congreso del estado conservador de Mississippi de terminar el bloqueo y cada vez hay más diputados y senadores en Washington que votan contra el bloqueo. Una mayoría creciente de gente en Estados Unidos y otras partes del mundo se percata de que la política estadounidense hacia Cuba es hipócrita, injusta, contraproducente y carente de un futuro viable.
La política estadounidense de agresión contra Venezuela seguirá en todos los niveles, con un intento desde luego de ocultarlo con palabras de «cooperación» – porque hay petróleo, ¿no es verdad? – o «apoyo a la democracia» porque esa palabrería es uno de los niveles de la agresión. No hace falta un millón de dólares ni una mayoría de un voto en el Tribunal Supremo para ganar unas elecciones «libres» en Venezuela o Cuba.
La política militarista y para-militarista estadounidense en Colombia y otras partes de América Latina tiene en la mira principalmente a Venezuela pero también a otras naciones con líderes democráticamente elegidos. Es que la única libertad que el Gobierno estadounidense apoya en serio es la libertad de hacer lucro.
Todos los otros pronunciamientos de los grandes poderes imperialistas del mundo (derechos humanos, antiterrorismo, paz, etc.) son para lograr esa meta, ninguna otra. Por eso hay tanta guerra («permanente» y con toda la alta tecnología incluyendo los medios de comunicación) en el nombre, por supuesto, de «libertad», los «derechos humanos» y la «democracia».
¿Cree usted que el candidato demócrata, de ganar las elecciones, seguirá impulsando la política de injerencia de estadounidense en América Latina?
Claro que sí, aunque podría ser con una máscara de «ayuda», como siempre ha sido, incluso en el caso de la Alianza para el Progreso de John F. Kennedy hace casi medio siglo.
¿Cómo es actualmente la situación de los candidatos no mediáticos en Estados Unidos, Cynthia McKinney o Ralph Nader?, y ¿cuál ha sido el tratamiento que los medios le han dado a estos dos candidatos de corte independiente?
No sé bien porque vivo en Canadá. Pero se dice que no hay nada sobre McKinney y casi nada sobre Nader, normalmente con el mensaje de que él es un «spoiler» que puede impedir que Obama gane.
El programa de la distinguida africana-americana McKinney es más progresista y anti-imperialista que el de Nader. Cuando todavía fue congresista del Partido Demócrata en Washington, ella asistió al IV Encuentro Internacional de Artistas e Intelectuales en Defensa de la Humanidad en Caracas, en el año 2004. Después, la ultra-derecha la derrotó en una elección y ella se movió hacia la izquierda, siendo hoy la candidata presidencial de la coalición «Poder al Pueblo».
Hace poco, el Green Party nombro McKinney su candidata presidencial. Los Greens están inscritos en casi 40 estados.
¿Cree usted que en el actual panorama estadounidense, Obama puede ganar las elecciones presidenciales en Estados Unidos y por qué?
Es posible, porque hay un rechazo popular al Partido Republicano. Sin embargo, yo lo dudo por varias razones, incluso la posibilidad de un «shock» o una sorpresa de octubre («October surprise», una táctica electoral casi tradicional del partido en la Casa Blanca).
Hay muchos factores que reducen el chance de una victoria de Obama. Él no es blanco. Es elitista. Hay una tradición de compra de votos, de computadoras que se manipulan fácilmente, de una injusta tabulación de votos en estados sin ganadores claros como Ohio y Florida, de no permitir que voten miles de personas «de color»; y de un sistema judicial que favorece la agenda conservadora y hasta decide quién es elegido presidente.
En comparación con Venezuela o Cuba, poca gente vota en Estados Unidos, y entre ellos hay un gran número de gente vieja y de personas creyentes en un cristianismo fundamentalista. Potencialmente los latinos constituyen una décima parte de los votantes, pero es difícil para muchos de ellos llegar a los lugares de votación y hay mucha desconfianza entre latinos y africano-americanos. Se dice que más de un medio millón de las aplicaciones para la ciudadanía de inmigrantes no estarán procesados a tiempo para la elección.
Más de 20 estados ya requieren papeles de identificación que millones de personas, incluso jóvenes, no tienen. Todo esto favorece a votantes más ricos, blancos y conservadores.
La única esperanza para cambios reales en las políticas de los gobiernos de Estados Unidos está en los relativamente débiles movimientos antiguerra, antirracista y antisexista, incluso en el de inmigrantes. Muy significativo es el creciente movimiento antiguerra de soldados y veteranos de Irak y sus familias, que no recibe ninguna publicidad en los medios. La otra esperanza, desde luego, es que la juventud que se moviliza hoy por «el cambio» que promete Obama aprenda de las lecciones de su falta de cumplir sus promesas y de la inutilidad del Partido Demócrata y se movilice por un cambio real.
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DR. JAMES COCKCROFT es autor galardonado de 40 libros sobre Estados Unidos, América Latina y asuntos internacionales. Es poeta bilingüe. Como inmigrante canadiense, es miembro del Consejo Mundial del Proyecto José Martí de Solidaridad Mundial y Redactor Honorario de Latin American Perspectives. Participa en la Coordinadora Internacional de Redes en Defensa de la Humanidad, el Comité Internacional por la Libertad de los Cinco Héroes Cubanos, la Coalición Venezuela Estamos Contigo; y la Table de Concertation de Solidarité Québec-Cuba. Su página multilingüe es www.jamescockcroft.com.
http://www.telesurtv.net/noticias/entrev-reportajes/index.php?ckl=48