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Obama va cogiendo el ritmo

Fuentes: ALAI AMLATINA

La figura de Obama, que en un momento resultó esperanzadora para los que pensaban que en Estados Unidos podía realizarse un «cambio», como éste había prometido, se está deteriorando como un castillo de arena batido por olas que cada vez son más fuertes. Recientes estadísticas han demostrado que la situación social y económica de los […]

La figura de Obama, que en un momento resultó esperanzadora para los que pensaban que en Estados Unidos podía realizarse un «cambio», como éste había prometido, se está deteriorando como un castillo de arena batido por olas que cada vez son más fuertes.

Recientes estadísticas han demostrado que la situación social y económica de los negros y los latinos residentes en Estados Unidos ha empeorado en relación con la que ya sufrían antes de que Obama fuera elegido presidente.

Hace pocos días, más de 80,000 manifestantes, entre los que predominaban negros y latinos, realizaron una marcha en Washington, la capital del país, en la que expresaron su descontento con la actual administración. Muchos de los carteles pedían lo que Obama les había prometido y todavía no ha cumplido, otros le recordaban que gracias a ellos ahora ocupaba la presidencia, también había carteles que recordaba se acercaban las próximas elecciones y necesitaba lo apoyaran.

La nueva Ley de Cuidados Médicos, que aún continúa teniendo dificultades para ser aprobada, a pesar de la aprobación en la Cámara de Representantes, ha sido impugnada por algunos estados que no cuentan con presupuesto suficiente para cumplirla con la amplitud que la misma establece y plantean que tendrán que aumentar los impuestos para poder hacerla efectiva.

Algunas de las cláusulas de ley establecen la posibilidad de que las Compañías de Seguro puedan negarse a emitir la póliza correspondiente, o al menos demorar esta mientras deciden si aseguran o no. Cerca de 23 millones de personas continuarán sin poder asegurarse durante un término de nueva años a partir de la aprobación de la ley.

La ley establece la obligatoriedad de comprar una póliza de seguro para estos menesteres, a lo que una familia promedio deberá destinar cerca del 10 por ciento de sus ingresos para solamente tener cubierto el 70 por ciento de los gastos de salud.

Algunas familias de bajos ingresos han planteado que las pólizas son extremadamente caras y no podrán suscribir las mismas, lo que los dejará casi totalmente desamparados. En resumen, los grandes beneficiaros de la nueva ley, si en definitiva se aprueba, no serán los ciudadanos estadounidenses sino las Compañías de Seguro.

En política exterior tampoco se percibe el «CAMBIO», o más bien pudiera decirse que de existir alguno ha sido para llevar las posiciones hacia la derecha, para incrementar el hegemonismo, la prepotencia y el injerencismo.

Las guerras en el medio oriente continúan y puede decirse que las mismas han incrementado sus acciones, el personal de Estados Unidos que participa en ellas y los muertos que están originando, sobre todo porque además de Irak y Afganistán, la administración Obama incrementó sustancialmente la injerencia estadounidense en Pakistán.

La utilización de los aviones teledirigidos contra el pueblo Pakistaní ha causado miles de muertos, que no son de Bush, que son de Obama.

En época de Bush no se dio un golpe de estado como el que sufrió Honduras. No fue precisamente Bush el que incrementó las bases militares estadounidenses en América Latina y fortaleció la flota destinada a la región. Los planes agresivos de la administración Bush contra Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua han continuado durante la administración Obama y puede decirse que se han incrementado en número y contenido de las acciones.

En cuanto a Cuba, la administración Obama selló su pacto con el exilio cubano cuando planteó que este sería el mejor embajador para llevar a Cuba las ideas de la libertad y la libre empresa. El discurso de Obama en cuanto a las posiciones que debe adoptar Cuba sobre lo que Estados Unidos considera «presos políticos», «derechos humanos», «sociedad civil» y «elecciones libres» no difiere en lo más mínimo con lo que Bush planteaba.

La más reciente diatriba del Premio Nobel de la Paz en relación con Cuba la lanzó el 24 de marzo en Los Ángeles, California.

Allí mencionó «la trágica muerte de Orlando Zapata Tamayo», que no hubiera muerto si el propio Obama le hubiera pedido que no continuara con su propósito. Lo que él llama «represión contra Las Damas de Blanco» cuando lo que han hecho las autoridades es protegerlas, para que el pueblo enardecido por la conducta de estas no las agreda.

Si Obama quiere ver escenas de verdadera represión puede observar algunos videos que reflejan la forma en que las autoridades estadounidenses y de otros países que él considera sus aliados han actuado contra manifestantes. También pudiera ver otros recientes en que se muestra el trato que la policía de distintas ciudades de Estados Unidos ha dispensado a negros y latinos que reclamaban sus derechos.

¡ Eso si es represión ¡

Obama dice en sus declaraciones que «une su voz con los cubanos y con el creciente coro que alrededor del mundo clama por el fin de la represión». Si ese es verdaderamente su propósito, tiene una magnífica oportunidad de comenzar por su propia casa, dando el ejemplo, eliminando la represión en Estados Unidos contra negros, latinos, mujeres y todo aquel que reclama sus derechos o protesta por las acciones del gobierno estadounidense contrarias a los derechos humanos, la constitución y las leyes. No siga propugnando el famoso dicho de «Haz lo que yo digo y no lo que yo hago».

El propio Obama plantea sus esfuerzos para «establecer contacto con el pueblo cubano» y dar una señal de su deseo de establecer una nueva era «entre los gobiernos de Estados Unidos y Cuba».

Aquí podemos decirle que va en dirección equivocada. Primero debe contactar al gobierno de Cuba, resolver los problemas existentes entre ambos, en un ambiente de respeto mutuo y posteriormente entrar en contacto con el pueblo.

Al hacerlo de esta forma, nadie puede pensar que está tratando de intervenir en los asuntos internos de Cuba, para que no digan que tiene una actitud injerencista como la han tenido otras administraciones. Este es un consejo sano, lleno de buenas intenciones, que pudiera permitirle marcar una nueva era en las relaciones entre ambas naciones.

El otro pronunciamiento tiene sabor a hegemonismo además de ser contradictorio. Plantea que «apoya el simple deseo del pueblo de Cuba de determinar libremente su futuro y disfrutar los derechos y libertades que ofrece el sistema Americano».

La contradicción reside en que plantea apoyar la libre determinación del pueblo de Cuba «para disfrutar los derechos y libertades que ofrece el sistema Americano». ¿Y si esa libre determinación fuera para disfrutar del Socialismo? ¿Obama continuaría apoyando la libre determinación del pueblo cubano, o nos mandaría los Marines? El planteamiento del Premio Nobel de la Paz es inconsistente.

El sabor hegemónico reside precisamente en señalar que sea «el sistema Americano». Tiene que ser su sistema, la doctrina del Destino Manifiesto vuelve a imperar. ¿Dónde está el cambio?

Lo que se evidencia es que Obama está cogiendo el ritmo. Todavía no lo dejan dirigir la orquesta, pero está demostrando que tiene aptitudes y se está esforzando por cumplir sus deberes como presidente de Estados Unidos, defendiendo la injerencia, la hegemonía, la prepotencia imperial y los intereses de la clase dominante estadounidense.

– Dr. Néstor García Iturbe es editor del Boletín Informativo El Heraldo, Cuba.

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