Traducido para Rebelión por Lucía Alba Martínez
Es por eso por lo que Israel es uno de los pocos lugares del planeta que lamenta la próxima marcha de George Bush de la Casa Blanca. El primer ministro israelí Ehud Olmert le ha contado a la prensa con mal disimulado orgullo cómo manejaba a su voluntad al jefe del país mas poderoso del mundo. Mientras el miércoles pasado el Consejo de Seguridad de la ONU estaba ocupado redactando y después votando una resolución que pidiera el cese inmediato del fuego sobre Gaza, el primer ministro israelí fue informado por su embajador en el palacio de cristal de que la secretaria de estado de EEUU, Condoleezza Rice, a la cual se debía en gran medida el texto preparado (y por lo tanto no desequilibrado en sentido anti-israelí), iba a votar sí unánimemente con los otros 14 miembros del consejo. Entonces, dice Olmert, «busqué al presidente Bush y me dijeron que estaba pronunciando un discurso en Philadelphia. «No importa», dije yo, «quiero hablar inmediatamente con él». ¿Bush era o no «un amigo sin igual»? Dicho y hecho: «lo arrancaron de la tribuna donde estaba hablando, lo llevaron a otra habitación y hablé con él. Le dije: «Yo me fío de ti. No podéis votar a favor de la resolución». El me contesto: «Mira, no se de qué estás hablando, no la he visto y no estoy al corriente del texto». No sabía de qué se estaba hablando en ese momento en el Consejo de seguridad, no importaba si estaba ocupándose de todo en persona su fiel Condoleezza: «Bush – dice Olmert – dio la orden a la secretaria de estado y ella no votó a favor de una resolución que ella misma había estudiado, redactado, organizado y pilotado. Rice – concluye Olmert, con la satisfacción de constatar su poder sobre el amigo George – se sintió bastante humillada y al final se abstuvo». Después de que todos los anteriores borradores de la resolución hubieran sido bloqueados por EEUU, se llegó a la ridícula situación de que la resolución 1860, rechazada más tarde tanto por Israel como por Hamas, fuera aprobada el jueves pasado por 14 de los 15 miembros del consejo de seguridad con el texto preparado por Rice pero con la única abstención… precisamente de Rice.