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ONU- Derechos Humanos : Examen de la conducta de Estados Unidos

Fuentes: Rebelión

El ámbito multilateral es muy importante. Hay organismos donde se busca amarrar el futuro económico de la humanidad, como en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual – OMPI, la Organización Mundial del Comercio – OMC, etc.. En otros se gestan fechorías a corto plazo, como cuando la Organización Mundial de la Salud – OMS […]

El ámbito multilateral es muy importante. Hay organismos donde se busca amarrar el futuro económico de la humanidad, como en la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual – OMPI, la Organización Mundial del Comercio – OMC, etc.. En otros se gestan fechorías a corto plazo, como cuando la Organización Mundial de la Salud – OMS modificó normas para declarar pandemia a la gripe porcina (A/H1N1) y enriquecer más a los carteles farmacéuticos. Sin duda, el organismo más conocido es la ONU, donde hay muchos temas: económicos, sociales y legales. Entre ellos están los Derechos Humanos, que tienen poca consecuencia real, pero su gran importancia moral los hace trascendentes para la imagen y el prestigio.

Antes los Derechos Humanos se manejaban en una Comisión de Derechos Humanos, que sólo incluía algunos miembros y que se desprestigió porque los acusados eran siempre los mismos y siempre del Tercer Mundo. En su lugar se creó en 2006 el Consejo de Derechos Humanos,  que lo conforma una rotación de 47 países. En su seno se aprobó la idea del Examen Periódico Universal – EPU; un mecanismo de la ONU para revisar la conducta de todos los países en cuanto al respeto de los Derechos Humanos. Este mecanismo permite que países pequeños o periféricos puedan, por fin, señalar las faltas de los grandes.

El procedimiento del EPU es que Consejo en pleno analiza durante dos semanas la conducta de tres grupos de países cada año.  El orden de presentación se decidió en un sorteo y el ciclo concluirá el año próximo. Para cada examen de país se nombra, siempre por sorteo, una troika que analiza los hechos e inquietudes surgidos de las exposiciones y presenta su informe.

Estados Unidos está entre los últimos países de la lista y este otoño le toco su turno, junto con Liberia, Malawi, Mongolia, Panamá, Islas Maldivas, Andorra, Bulgaria, Honduras, Islas Marshall, Croacia, Jamaica, Libia, Micronesia, Libano y Mauritania. Como es de esperar, su examen se siguió con mucha atención. Se trata del país más poderoso, que tiene un continuo sermón moralizante y que se propone como el ejemplo a imitar para el resto del mundo, pero que viola el Derecho Internacional con bloqueos, invasiones y agresiones bélicas sin causa, protege a terroristas convictos y ordena oficialmente torturas, secuestros y asesinatos.

El examen es interactivo y tiene una duración de tres horas: una hora para el país que es examinado y dos horas para los países que se inscribieron en la lista para intervenir. El tiempo en que interviene uno u otro se ajusta al deseo del país que es examinado. En este caso, la delegación de Estados Unidos gastó en una exposición los quince minutos iniciales y cedió la palabra a los demás para sus intervenciones. Luego de un rato, el Presidente del Consejo – el embajador de Tailandia – detenía las intervenciones de las otras delegaciones y regresaba la palabra a la de Estados Unidos, para que respondiese preguntas y comentase sobre lo dicho por otros países o sobre temas que prefiriera resaltar. De esa forma el reloj consumió la hora de Estados Unidos y las dos horas de los otros países.

En el caso de Estados Unidos, la troika de trabajo esta compuesta por Camerún, Francia y Japón. Su tarea es procesar la información que durante el examen recopiló la secretaria del Consejo de Derechos Humanos. Esa misma troika presentará un informe en marzo del 2011, que será sometido a un debate para su aprobación. Ese último debate tiene poco espacio de tiempo: 20 minutos para el país examinado, 20 minutos para los otros países y 20 minutos para las ONGs, que en ocasión de esos informes si son tomadas en cuenta.

La lista

El país que responde tiene una hora para hacer su exposición y los todos los demás tienen sólo dos horas, con un máximo de dos minutos por país. Como es lógico esas dos horas apenas alcanzan para que digan lo suyo sólo unos 60 países. Para eso se abre una lista de inscripciones y los países hablan según el orden en que se inscribieron en la lista, hasta cumplidas las dos horas. El que no habló, calló para siempre o … hasta el próximo examen.

Hasta el año pasado, las inscripciones de los países en la lista se hacían temprano en la mañana; pero llegó el examen de Irán y como en la ONU aún se hace lo que quiere Israel o Estados Unidos, el año pasado se cambiaron las reglas porque Israel se inscribió por sorpresa la noche anterior. Hubo murmullos y como la maniobra era muy truculenta, Israel luego le cedió su primer lugar a Argelia, para disimular, pero quedó de segundo.

En un caso tan relevante y jugoso como el de Estados Unidos, las maniobras para inscribirse entre los primeros 55 de esa lista comenzaron temprano. Unos para tener ocasión de acusar y otros para quitar espacio a quienes acusan. Como el tiempo es tan limitado, las intervenciones no pierden tiempo y van directamente a las recomendaciones, que es lo que retendrá el informe final.

La lista se inició el jueves 28 de octubre y hubo un madrugonazo del ALBA. La lista quedó encabezada por Cuba, seguida por Venezuela, Rusia, Iran y el resto del ALBA entre los diez primeros. Los Estados Unidos asombrados, presionaron – llamémoslo «lobby»- para tratar de romper la lista o crear algún incidente que llevara a modificar el orden establecido, porque era obvio que los minutos iniciales se concentrarían en críticas directas a EEUU.

Los de ALBA pasaron noches en el estacionamiento, velando para cuidar la lista e impedir un golpe de mano y en efecto hubo amagos de anular la lista y abrir una nueva, pero no tuvieron éxito. Hubo en cambio países que al parecer cedieron al «lobby», porque no regresaron para confirmar su puesto en la lista o cedieron su lugar. Se desconocen las razones, pero sucedió con Sudáfrica, Pakistán, Jordania, Siria y Líbano, que cedió su puesto a Suiza.

Las recomendaciones

EEUU recibió 228 «recomendaciones», la cifra más alta de las recibida por algún país entre todos los que se han examinado. Traducido del lenguaje diplomático, son 228 acusaciones por su conducta en Derechos Humanos, más aún que Israel.

Varios países europeos «sugirieron» la necesidad de cerrar el famoso centro de tortura en Guantánamo. La reiteración de ellos y la respuesta – que fue leída – del representante norteamericano, deja claro que fue algo acordado previamente para que los europeos no parezcan indiferentes ante esa notoria y escandalosa violación no sólo de los Derechos Humanos, sino de todos los códigos de conducta humana civilizada.

Parece que a ciertos países europeos les preocupa la persistencia de los centros de detención y tortura norteamericanos, los conocidos y los secretos, porque ya comienza a conocerse su criminal complicidad. Hace pocos días (15 noviembre) la BBC anunció una compensación millonaria a los antiguos prisioneros británicos de Guantánamo para que no demanden al Servicio de Inteligencia de Su Majestad (M15 y M16) por la colaboración prestada para su secuestro y durante sus torturas allí.

Relacionado con ese tema anterior, hubo reiteradas peticiones de que se procese y se castigue a los responsables de los secuestros, torturas y ejecuciones extrajudiciales ejecutadas por órganos del gobierno norteamericano, como el Comando de Operaciones Especiales y la CIA

Un tema de las críticas fue la resistencia de Estados Unidos a ratificar una lista de convenios internacionales que protegen a sectores vulnerables. Se mencionó los de Desapariciones Forzadas, Corte Penal Internacional, Organización Internacional del Trabajo, Convenio Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Eliminación de Discriminación contra la Mujer, Derechos del Niño, Trabajadores Migrantes, Declaración de Pueblos Indígenas y más aún.

Se mencionó la responsabilidad de Estados Unidos en el deterioro de la economía global con su conducta irresponsable que promueve burbujas que al explotar se traducen en desempleo, hambre e inseguridad y deterioran más aún las condiciones de pobreza.

Un tema recurrente fue el criminal bloqueo de Cuba, porque el bloqueo es considerado en Derecho Internacional como un acto de guerra, que tiene intento genocida y que además viola los derechos de terceros estados.

Se denunció la comisión diaria de crímenes de guerra por las tropas de Estados Unidos en el países invadidos y durante sus acciones en otros territorios.

Se le acusó de injusto encarcelamiento de personas por razones políticas y se mencionaron los nombres de los famosos cinco cubanos, de Leonard Peltier y Mumia Abu-Jamal

Varios países pidieron que Estados Unidos permita la extradición del notorio terrorista cubano Luis Posada Carriles, prófugo de una cárcel venezolana. Es curioso que Venezuela, que la reclama también, no reclamara el refugio dado en Estados Unidos a los terroristas Raúl Díaz Peña, José Antonio Colina y Germán Varela, venezolanos convictos por atentados contra sedes diplomáticas extranjeras en Caracas y prófugos en Miami.

También se habló de la violación de los derechos de los pueblos indígenas, de la violencia y discriminación contra migrantes, del enjuiciamiento de menores y enfermos mentales, de la discriminación racial y de los atentados norteamericanos contra el medio ambiente.

Comentario

La escasa educación humanística, típica de la enseñaza en los Estados Unidos, no favorece el desarrollo de ese nivel cultural alto que facilita la tolerancia. Esa carencia también hace que sus masas sean muy influenciables por los medios, cuya propiedad está concentrada.

En otros países, con mejor nivel humanístico, hay más sentido crítico y los crímenes de sus gobiernos deben negarse o repudiarse. En Estados Unidos, cuando llegan a conocerse, hay mucha gente que aprueba. Eso hace difícil políticamente juzgar a los altos responsables de los crímenes cometidos en nombre de Estados Unidos o corregir ese rumbo.

Es una sociedad a la que Hollywood ha inculcado el sentido justiciero del cow boy más rápido y cuyos gobiernos, sectas y medios desinforman para fomentar el miedo. Miedo que luego se manipula en nombre de la seguridad para acostumbrar a sus ciudadanos a controles vejatorios y fomentar el odio y desprecio hacia lo que sea diferente.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.