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Algunas frases de Uri Avnery

¿Palestina es una provincia de ese engendro mal llamado Israel?

Fuentes: Rebelión

En una reciente nota titulada «La moral del hotentote» Uri Avnery hace algunas apreciaciones asombrosas. La más sorprendente es la que afirma: «Desde mi punto de vista, existe un sencillo principio y es aplicable a todos: cada provincia que quiera separarse de cualquier país tiene derecho a hacerlo. Para mí, a este respecto, no hay […]


En una reciente nota titulada «La moral del hotentote» Uri Avnery hace algunas apreciaciones asombrosas.

La más sorprendente es la que afirma: «Desde mi punto de vista, existe un sencillo principio y es aplicable a todos: cada provincia que quiera separarse de cualquier país tiene derecho a hacerlo. Para mí, a este respecto, no hay ninguna diferencia entre kosovares, abjasios, vascos, escoceses y palestinos. Una regla para todos».

Para Ury Avnery, los palestinos sólo son pobladores de una provincia del Estado invasor y ocupante de Palestina, cuando sostiene que tienen derecho a independizarse, como lo reclamarían, respectivamente, kosovares, abjasios, vascos y escoceses.

El Sr. Avnery falta a la verdad histórica.

Porque, en todo caso y si aceptamos su teoría, -discutible por cierto- lo que sí podría tolerarse es que los judíos que vivían en Palestina -antes de 1947- tuvieran derecho a independizarse, quedándose en una pequeña porción de esa región.

Pero de ninguna manera su teoría justifica la entrega de la mitad de Palestina a los sionistas, su posterior invasión por judíos de la Diáspora y la extendida y sistemática rapiña de tierras palestinas efectuada por los sionistas con su política del «Eretz Israel».

Si aceptamos la teoría de Uri Avnery y la aplicamos en el reino de España, los vascos -si obtuvieran el apoyo irrestricto de una gran potencia- tendrían derecho a apropiarse de toda España, expulsando por la violencia, el terrorismo y la limpieza étnica al resto de sus habitantes e invitando a los descendientes de vascos dispersos por todo el mundo a retornar, ya no al país vasco, sino a la totalidad de la península.

Y, en la teoría de Avnery, esos recién retornados descendientes de vascos también tendrían derecho a establecer colonias o asentamientos en todo el territorio español reprimiendo con la mayor violencia a aquellos castellanos, gallegos, andaluces, valencianos, catalanes, asturianos y demás pobladores de las comunidades autónomas de España que se opusieran a semejante despojo.

Otra frase lamentable de Uri Avnery, que oculta la verdad histórica, es la que afirma: «Yugoslavia se ha desintegrado y cada una de sus partes pertenecerá en el futuro a la Unión Europea».

Cualquiera que no esté atento a lo que desde hace mucho tiempo ocurre en los Balcanes, podría entender que la desintegración de Yugoslavia ha sido un fenómeno natural, como un terremoto o un tsunami, en la que la mano del hombre -en realidad la mano de los países imperialistas- nada tiene que ver.

La realidad es muy diferente.

Los Balcanes -de los que la ex Yugoslavia formaba parte- han sido desde antiguo una región estratégica para los imperios centrales y sus cíclicos desmembramientos, en función de los intereses imperiales de turno, dieron origen al término «balcanización» (1).

Esto debe tenerse en cuenta desde la perspectiva latinoamericana, si se tiene presente que el actual embajador estadounidense en Bolivia, Philip Goldberg, tuvo una activa gestión en la independencia de Kosovo (2). Según la información disponible, el embajador Goldberg es hoy el motor detrás del separatismo que pretende dividir a Bolivia para que las regiones más ricas -en gas y petróleo- queden en manos de las oligarquías de la Media Luna boliviana (departamentos de Santa Cruz, Tarija, Beni y Pando) buscando que esa riqueza la pierdan todos los bolivianos, para beneficio de las transnacionales de los hidrocarburos.

Este intento de «balcanizar» América Latina en aquellos países que no son dóciles al imperialismo yanqui, que busca apropiarse de sus riquezas naturales, se extiende a Venezuela (donde se fomenta el separatismo de Zulia) y Ecuador, (donde se provocan también referendos autonómicos, interesándose especialmente en Guayaquil).

Por todo ello -independientemente de las buenas intenciones que pudiera tener Uri Avnery- es extremadamente llamativo que considere a Palestina como una simple provincia del Estado sionista y que, en su análisis, omita las auténticas razones de la desintegración de Yugoslavia.

Notas

  1. La compleja historia de la península balcánica (que incluye a Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Grecia, Macedonia, Montenegro, Serbia, Kosovo y la porción europea de Turquía) está caracterizada por las constantes particiones y subdivisiones verificadas en esa región desde la segunda mitad del siglo XIX. Esta trágica historia ha costado cientos de miles de muertos y ha dado origen al término «balcanización», aplicado hoy a territorios muy distantes de los Balcanes. Balcanización es sinónimo de la división violenta y artificial -impulsada por potencias extranjeras- de los países que integran una región, exacerbando conflictos políticos, étnicos o religiosos, para que algunos de esos países, productos de presuntas guerras de independencia, se conviertan en peones del imperio de turno.

  1. El último cargo del embajador Goldberg, antes de ocupar la embajada estadounidense en Bolivia, fue el de Jefe de Misión en Prístina, Kosovo (2004-2006).

Jorge Aldao pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Este artículo se puede reproducir libremente a condición de mencionar al autor y la fuente.