Una serie de informes recientes dan cuenta de la terrible situación de los menores detenidos en cárceles de EE.UU. A pesar de que la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional la cadena perpetua para menores de edad, 29 de los 50 estados aun la mantienen vigente y asciende a 2500 el número de jóvenes en esta situación.
En la actualidad, en los Estados Unidos se encuentran cumpliendo cadena perpetua sin posibilidad de excarcelación casi 2.500 menores. 79 de ellos tienen menos de 14 años, según cifras de Human Rights Watch. A su vez, casi dos tercios de estos menores son de origen afroamericano o latinos y varios llevan más de media vida encerrados. El número se completa con que 175 son niñas.
En mayo de este año la Corte Suprema de EE.UU. declaró inconstitucional la cadena perpetua a menores de edad. Esta es la tercera decisión sobre esta materia que toma el grupo de nueve magistrados en los últimos años, avanzando así en una legislación diferente para el trato de menores en situación de delito. La Corte abolió en 2005 la pena de muerte como sanción posible para los jóvenes que delinquen, salvando a 50 niños a los que se había aplicado esa pena y, en 2010, declaró inválida la cadena perpetua para 130 menores sin delitos de sangre.
A pesar de estos fallos, actualmente 29 de los 50 estados que componen la Unión Americana mantienen vigentes leyes que habilitan a condenar a los menores de edad a cadena perpetua. Estos distritos no diferencian entre homicidas adultos y menores, allí la ley todavía establece la cadena perpetua para el homicidio, con independencia de la edad del criminal.
Esto es y puede seguir siendo así porque el alto tribunal se pronunció solo respecto al caso concreto de dos menores de 14 años, Evan Miller y Kuntrell Jackson. Sin embargo, este tipo de sentencias sientan jurisprudencia a futuro. «Espero que la mayoría de los convictos tengan nuevas sentencias y admito que esta nueva decisión puede hacer que los Estados cambien las condenas por su cuenta o modifiquen sus leyes», sostuvo Bryan Stevenson, abogado de ambos menores.
Estadísticas que no acompañan
Estados Unidos es, según Amnistía Internacional, el único país que aplica la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional a los menores de edad. Varios tratados internacionales prohíben precisamente la imposición de estas condenas, como el artículo 37 de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño de 1989, ratificada por todos los países salvo EE.UU. y Somalía. Por otro lado, la Convención Internacional de Derechos Civiles de 1966, que también regula sobre estos temas, fue firmada por EEUU a cambio de incluir una excepción a la prohibición para condenar a menores en «circunstancias excepcionales».
A esto hay que sumarle que los menores con cadena perpetua en EE.UU. se han multiplicado por seis desde 1966. Entonces había 400 menores en esa situación, un número muy inferior a los 2.500 actuales.
Aislados en prisión
Hace algunas semanas la ONU solicitó al gobierno de EE.UU. ingresar a sus cárceles ante denuncias de violaciones a los Derechos Humanos. Tal como explicó Marcha entonces «se acusa a las autoridades carcelarias de aplicar el aislamiento prolongado de reos en violación de los acuerdos internacionales». En ese contexto los detenidos iniciaron «una huelga de hambre en 28 cárceles del Estado californiano el 8 de julio. La misma se extendió durante dos meses y según reconoció el propio Departamento de Correccionales y Rehabilitación de California (CDCR) 12.421 internos de la llevaron adelante. Sin embargo, activistas y familiares aseguran que fueron más 30 mil».
Teniendo en cuenta que en EE.UU. los menores detenidos son recluidos en cárceles de adultos, esta situación también los afecta. Así lo denuncia un informe de Human Rights Watch (HRW) y la Unión para las Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés) de junio de este año. El informe Growing Up Locked Down (Crecer en confinamiento) describe la situación en cárceles y prisiones de los Estados de Colorado, Florida, Michigan, Nueva York y Pennsylvania, entre otros, y se basa en entrevistas y correspondencia con más de 127 jóvenes sujetos a aislamiento y autoridades penitenciarias.
«Poner a niños en confinamiento solitario con escaso o ningún contacto con otras personas es cruel, innecesario y peligroso», sostuvo Ian Kysel, becario de HRW y de la ACLU y autor del informe. De los 127 jóvenes investigados, 49 reportaron haber pasado entre uno y seis meses en aislamiento antes de cumplir 18 años, mientras 29 dijeron haber pasado más tiempo en esas condiciones.
Estudios psiquiátricos citados por el informe muestran que el aislamiento prolongado tiene consecuencias graves y destructivas, que van desde enfermedades mentales hasta problemas de salud física, además de socavar el proceso de rehabilitación de un adolescente e incluso elevar los riesgos de suicidio tal como reconocieron varios de los entrevistados.
Cabe aclarar que mientras están en aislamiento a los jóvenes se les niega sistemáticamente la visita de sus padres, así como el acceso a tratamiento, servicios básicos y programas educativos para hacer frente a sus necesidades sociales, médicas y psicológicas.
El informe de 141 páginas sostiene que el uso de cualquier aislamiento breve debe ser una muy rara excepción. Más aun, recluir a jóvenes en instalaciones correccionales diseñadas para adultos debe estar estrictamente prohibido. «En la última década, la Corte Suprema de Estados Unidos reconoció reiteradas veces que en el ambiente del sistema penal, los jóvenes tienen derecho a protecciones constitucionales más amplias que los adultos», recuerda el informe.
Si bien «no hay actualmente un caso sobre el confinamiento solitario de adolescentes ante la Corte Suprema», en procesos de los últimos años, «el máximo tribunal estableció que para los fines de delitos y penas, los niños son diferentes y su juventud debe ser tomada en cuenta», concluyó Kysel.
Fuente: http://www.marcha.org.ar/1/index.php/elmundo/123-estados-unidos/4649-para-la-carcel-no-hay-edad