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Para oponerse a Trump, los judíos deben unirse a la lucha contra el fascismo y el sionismo

Fuentes: Mondoweiss

Traducido por J. M.

En lo que puede ser el mayor golpe jamás ejecutado Donald Trump -un magnate multimillonario de bienes raíces y una celebridad de programas de espectáculos de la realidad en televisión- ascendió a la posición más poderosa en el mundo, la presidencia de los Estados Unidos de América. A lo largo de su campaña electoral y desde su toma de posesión, Trump ha mostrado una retórica autoritaria y tendencias que plantean la siguiente pregunta, ¿es el nuevo régimen republicano una forma de fascismo?

Para determinar si un régimen o un político son de carácter fascista, es útil examinar el ensayo de Umberto Eco «Ur-Fascismo». En él Eco construye una lista de 14 características típicas del fascismo. Afirma:

«Estas características no pueden ser organizadas en un sistema; muchas de ellas se contradicen entre sí y también son típicas de otros tipos de despotismo o fanatismo. Pero es suficiente que una de ellas esté presente para permitir que el fascismo coagule alrededor de ella».

La retórica de Trump y los actos de su administración hasta ahora extrañamente benefician y encuadran en estas categorías, incluyendo el miedo a la diferencia,- que hace eco en una clase media frustrada – y a la práctica de lo que George Orwell llamó «neo lengua», entre otras.

La administración de Trump y el antisemitismo

Desde el surgimiento de Trump se ha producido un aumento de incidentes de antisemitismo y una fuerte escalada de amenazas de bomba destinadas a centros judíos. En un caso reciente que recibió la atención de los medios una familia judía fue atacada por ciudadanos blancos y neonazis en Whitefish, Montana, la ciudad natal de Richard Spencer, un ideólogo de la «alt-derecha». Es importante destacar que el antisemitismo es una directriz principal de la teoría racial que guía a la supremacía blanca y a la «alt-derecha».*

La propia y matizada historia racista de Trump está bien documentada; su campaña recibió apoyos de los supremacistas blancos famosos y miembros del Ku Klux Klan, y se ha rodeado de gente como Steve Bannon, el ex presidente ejecutivo de noticias de Breitbart, un refugio de la «alt-derecha».

En lo que muchos ven como una pantalla atroz para el antisemitismo e incluso la negación del Holocausto, en el comunicado de Trump en el Día Internacional de la Memoria del Holocausto se omitió tratar específicamente el sufrimiento de los judíos a manos de los nazis, a pesar de la lucha racial y la focalización en los judíos como un conjunto de grupo étnico a ser exterminado: es decir, (la « Solución final «) estaban en el núcleo de la ideología nazi.

Judíos, anti-semitas e Israel

Cabría esperar que, lógicamente, la comunidad judía estadounidense se una a la oposición en torno a la ruidosa resistencia y como respuesta a las tendencias fascistas y los lazos de la nueva administración republicana con los nacionalistas blancos y neonazis. Aunque algunos rabinos han salido en protesta por la prohibición de ingreso [en EEUU] para los musulmanes por parte de Trump, la respuesta de la comunidad judía estadounidense a la nueva administración ha sido débil y dividida por una razón principal: Israel. Trump y su banda han sacado provecho de la contradicción inherente entre los valores liberales cosmopolitas judíos y un énfasis ético sobre los derechos humanos y las políticas nacionalistas injustas de Israel hacia los palestinos originarios.

Esta contradicción se puso de relieve en un reciente debate entre el rabino Matt Rosenberg y Richard Spencer en el que éste justificó la creación de un «etno-Estado» que implemente la ideología y las prácticas del Estado sionista de Israel en forma excluyente. El rabino se quedó sin palabras. En consecuencia, el término « sionismo blanco » se ha utilizado para describir la ideología «alt-derecha».

En línea con el apoyo generalizado a Trump en Israel, el primer ministro Benjamin «Bibi» Netanyahu ha visto como muy favorables, incluso felices, las perspectivas de la nueva administración republicana. Con Donald Trump como su adalid, el Tea Party representa las actitudes tribales, misóginas y nacionalistas que defienden los sionistas de derecha judíos como Netanyahu. De hecho, la propia idea de la «alt-derecha» en el sitio web de noticias Breitbart se concibió en Israel y ha servido fielmente como salida para las agendas antisemitas y sionistas en el Tea Party. En el plano personal, Trump y Netanyahu son imágenes especulares entre sí en su corrupción, la extravagancia y el talento en la manipulación de la prensa.

Pero esto no es nada nuevo. Sionistas y antisemitas han compartido históricamente intereses mutuos. Mientras que los antisemitas han querido deshacerse de los judíos, los sionistas han concentrado sus esfuerzos en atraerlos a las costas de Israel, es decir, la judaización de Israel como un medio para combatir la «amenaza demográfica» planteada por los palestinos nativos.

Los colaboradores judíos y los falsos amigos

Con el fin de garantizar el apoyo de la comunidad judía estadounidense a Israel, que se manifiesta en el apoyo diplomático y financiero sin precedentes del gobierno de Estados Unidos, figuras prominentes dentro de la comunidad judía estadounidense han lavado la cara y trivializado la contradicción entre los valores liberales de los judíos estadounidenses y las políticas discriminatorias en Israel. Cualquier persona, pero especialmente los judíos, que critica ruidosamente las injusticias perpetuadas por Israel contra los palestinos u otros no judíos está marginada y es atacada brutalmente por organizaciones sionistas y sus miembros.

Como era de esperar, algunos de estos mismos apologistas ahora protegen a la nueva administración Trump. Un ejemplo de ello es el abogado Alan Dershowitz . Durante años Dershowitz usó descuidadamente el peyorativo término de «antisemita» para describir a cualquier crítico u oponente al sionismo y al Estado de Israel, incluyendo a Estudiantes por la Justicia en Palestina y el movimiento no violento del BDS – boicot, desinversiones y sanciones- En referencia a Steve Bannon, sin embargo, afirmó que «no se debe tirar esa frase en el entorno casualmente» y «no es legítimo llamar a alguien antisemita, porque no esté de acuerdo con sus políticas «. Dershowitz, el llamado guardián de las libertades civiles, también salió en defensa del mismo Trump después de la reciente debacle en la que el presidente irrespetuosamente habló en twitter del juez James L. ROBART como « alguien llamado juez «. Dershowitz se mantuvo fiel a su Trumpofilia indicando que el presidente «muestra respeto por la independencia del poder judicial«.

Algunos afirman que es imposible que los judíos o los gentiles que tienen amigos o familiares judíos (igual que en la frase ‘algunos de mis mejores amigos son negros’) sean antisemitas. Además, de acuerdo con Dershowitz y sus semejantes, los que apoyan los objetivos del sionismo y al gobierno israelí son automáticamente amigos del pueblo judío.

Se emplea esta lógica para explicar cualquier cosa hedionda que emerge del antisemitismo de la administración de Trump: por ejemplo, la hija del presidente, Ivanka Trump, está casada con un hombre judío, Jared Kushner. Su familia son miembros del movimiento jasídico Jabad, la ortodoxia política de derecha, y el presidente tiene ‘bellos’ nietos judíos. Lo que es más, David Friedman, el nuevo embajador de Israel, designado por Trump, es un judío ortodoxo y acérrimo sionista que suscribe la fantasía del Gran Israel. Este mismo tipo de razonamiento lo emplea el colaborador e ideólogo de Breitbart de la «alt-derecha» Milo Yiannopoulos, que tiene herencia judía y es abiertamente homosexual (otra comunidad perseguida por los nazis).

Estas anécdotas demuestran que las versiones excluyentes del sionismo que Israel ha adoptado desde su inicio son contradictorias con una expresión del judaísmo como una tradición ética no unida por la raza o un Estado nación. En cambio, la política judía sionista se desarrolló como una ideología laica, con tintes nacionalistas y mesiánicos inspirados por y procedentes del sionismo cristiano (que es anterior a la versión judía) y el más contemporáneo judío de extrema derecha. Como tal, está directamente alineado con (fascistas) puntos de vista racistas que promueven una forma de apartheid global, ahora defendida por Trump y su nueva administración republicana.

Contra el fascismo, la supremacía blanca y el sionismo

Israel se inspiró en el aspecto de la ideología sionista que argumentó la necesidad de un refugio y una patria seguros para el pueblo judío que habían sufrido la persecución y el trauma. El sionismo ha llevado a logros notables: Israel ha servido como modelo para la construcción nacional y los israelíes han logrado revitalizar el hebreo antiguo en un lenguaje moderno y vibrante. El sionismo ayudó a crear una imagen de un/a nuevo judío que trabaja la tierra, pelea en todas las dimensiones por sus derechos y levanta su cabeza alto y orgulloso.

Sin embargo, como con todos los colonialismos y proyectos exclusivistas, la población indígena ha pagado el precio. Como resultado de las políticas sionistas e israelíes, los palestinos han sido sometidos a un proceso de limpieza étnica y a un genocidio para hacer sitio a los colonos judíos no nativos.

A medida que la relación entre la administración Trump y los políticos israelíes y apologistas de espectáculos florece, comparte muchos atributos con el carácter etnocéntrico de Israel, y ha sido una fuente de inspiración para el nacionalismo blanco estadounidense, ahora encarnado en la administración de Trump.

Con el fin de combatir eficazmente esta nueva administración y proteger a miembros de la comunidad contra la creciente ola de antisemitismo, los judíos estadounidenses tienen que reconocer estas semejanzas, llegar a un acuerdo con el fracaso del sionismo político y renunciar a colaboradores como Alan Dershowitz y David Friedman.

Para oponerse a Trump es esencial que los judíos estadounidenses luchen contra todas las fuerzas exclusivistas etnocéntricas, incluidos el fascismo, la supremacía blanca y el sionismo. La larga historia de trauma y persecución debe guiar a los judíos en un intento de vencer a estas fuerzas por igual, hacia una visión de la justicia, la libertad y la igualdad para todos.

Nota

*Alt , en alemán, vieja. (N del T)

Fuente: http://mondoweiss.net/2017/02/against-fascism-zionism/