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Política y cine en la Mostra de València

Fuentes: Rebelión

La Mostra de València-Cinema del Mediterrani se celebrará del 19 al 29 de octubre y, con el estreno de Marina, unplugged, vuelve a apostar, una edición más, por dar protagonismo al cine valenciano en su inauguración.

Marina, unplugged, dirigida por Alfonso Amador y Jorge Picó, es un falso documental,  una adaptación de la propia obra teatral de Amador que aborda el auge de la extrema derecha. Se trata de una reflexión sobre el actual dominio de los discursos populistas y competirá por la Palmera de Oro en la 38 edición de este certamen.

El film, ambientado en València, está rodado en blanco y negro y, en opinión  de la dirección del certamen, el guión es «una propuesta formal de riesgo, una ficción en la que la audiencia acompaña a la líder de un partido ultraderechista en el proceso de preparación de un monólogo, a través del cual dará a conocer su ideario a sus seguidores». El guión trata de desenmascarar las «falacias» del discurso populista.

Alfonso Amador es, a la vez que codirector de la película, su guionista y montador, y aclara que no ha tratado de ocultar el origen teatral del texto, sino potenciarlo: «Por un lado, es una propuesta muy brechtiana; por otro, nos han inspirado las películas del direct cinema, como Primary, donde Robert Drew seguía a Kennedy en una campaña electoral en los años 60. Y el blanco y negro buscaba crear un efecto de distanciamiento».

La actriz y dramaturga Claudia Faci ocupa la práctica totalidad de los planos.  «Claudia tiene un aspecto frágil, pero también puede parecer muy dura, y nadie dice el texto como ella», afirma el director. La protagonista elabora un discurso intenso y complejo, en el que incluso intercala citas de pensadores de otros espectros ideológicos, como Marx, pero en el que también abundan el engaño y la mentira, señala Amador.  Para lograr la versión final del texto, los directores bucearon en las fuentes ideológicas y económicas de la ultraderecha.

Argumento. En el escenario de un teatro, una política está acompaña por un director teatral que moldea su actuación para que resulte más convincente y que su discurso penetre mejor en la posible audiencia.

Es una producción modesta en el plano económico, aunque ambiciosa en el intelectual y artístico. «Queríamos presentar al personaje a partir de lo que dice y que el espectador construya su propia opinión», puntualiza Amador, que pretende que la protagonista se retrate a sí misma con sus afirmaciones, ya que, partiendo de una premisa humanista, acaba cuestionando los derechos humanos de los inmigrantes, justificando los ataques machistas contra la ministra de Igualdad que proliferan en las redes o el pasado franquista de algunos de sus correligionarios.

Marina, unplugged comparte la Sección Oficial del certamen con las películas A House in Jerusalem, palestina; Toni, en Famille, francesa; Deserts, marroquí; Fireworks, italiana; y The Wedding Parade, kurda, entre otras.

La Mostra, organizada por el Ayuntamiento de València, estuvo programada por el anterior equipo cultural de la institución, hasta hace unos meses gobernado por la izquierda, y en la actualidad dirigido por el Partido Popular en colaboración con VOX, un partido de extrema derecha.

Ya veremos cómo se programa la próxima Mostra, ya que desde el partido Vox sostienen que el festival debería desaparecer por ser «un chiringuito» de la izquierda.

Vicente Barrera, de VOX, vicepresidente y Conseller de Cultura de la Generalitat Valenciana, un empresario que carece de experiencia política aunque con anterioridad ha coqueteado con varios partidos derechistas, no es una persona del mundo de la cultura, más allá de su corta y reseñable carrera como matador de toros, actividad que abandonó hace años. Es partidario de potenciar la caza, las corridas toros y los bous al carrer –el toreo espontáneo y el acoso y punción con lanzas artesanales de becerros y vaquillas por las calles de los pueblos-, así como del retorno de los festejos del bou embolat, donde un toro corre por la trama urbana de algunos pueblos, portando sobre la punta de sus cuernos un herraje sobre el que se colocan estopas engrasadas o bolas de alquitrán a las que se les prende fuego-. Barrera, durante la reciente campaña electoral, llegó a proponer que se organizaran unos bous al carrer por las calles del centro histórico de la capital valenciana, que cuenta con 800.000 habitantes y donde nunca había existido esa tradición.

De esos polvos, esos lodos.

Tráiler de Marina, unplugged:

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