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Políticos y medios de comunicación denuncian que los responsables del Servicio de Emergencias no tenían experiencia y fueron elegidos por participar en la campaña electoral de Bush

Fuentes: AFP, DPA Y REUTERS/La Jornada

En un intento de calmar el escándalo desatado por las operaciones de ayuda en la región golpeada por Katrina, el director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias de Estados Unidos (FEMA, por sus siglas en inglés), Michael Brown, fue relevado hoy de sus funciones y sustituido por un militar, convirtiéndose en la primera […]

En un intento de calmar el escándalo desatado por las operaciones de ayuda en la región golpeada por Katrina, el director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias de Estados Unidos (FEMA, por sus siglas en inglés), Michael Brown, fue relevado hoy de sus funciones y sustituido por un militar, convirtiéndose en la primera víctima política del devastador ciclón.

Criticado por su tardía reacción a la tormenta, pese a que el 2 de septiembre el presidente George W. Bush lo felicitó por su trabajo, Brown fue enviado a Washington a coordinar la respuesta oficial a otros posibles desastres y fue sustituido en la región por el vicealmirante Thad Allen, jefe de gabinete de la Guardia Costera.

Al anunciar la destitución del jefe de la FEMA, el secretario de Seguridad Interior, Michael Chertoff, afirmó que se trata de dar una visión más amplia a la situación de crisis que dejó Katrina.

Sin embargo, para varios legisladores de la oposición demócrata la medida gubernamental fue insuficiente y solicitaron la «dimisión inmediata» de Brown como director de la FEMA.

«No es suficiente con retirar a Brown del terreno de la catástrofe -decía una carta abierta a Bush firmada por varios legisladores-. Los eventos de los últimos 10 días muestran que acumuló errores de juicio y falló en sus responsabilidades básicas. Su continuidad en este puesto esencial pone en riesgo el éxito de los esfuerzos de ayuda en curso».

El presidente Bush es acusado también de elegir aliados políticos en lugar de expertos en desastres para dirigir la FEMA.

Los tres líderes de la agencia, incluso Brown, amigo del presidente, participaron en la campaña presidencial de Bush en 2000 o en el equipo de la Casa Blanca que organiza los viajes presidenciales.

En medio del escándalo político, la revista Time afirmó hoy que Brown carecía de experiencia en gestión de emergencias antes de llegar a la FEMA.

Contrariamente a lo que indica su biografía oficial en el sitio de Internet de la institución, no supervisó servicios de emergencia cuando trabajó para Edmond, Oklahoma, entre 1975 y 1978.

Por su parte, el diario The Washington Post aseguró que cinco de ocho altos funcionario de FEMA llegaron a sus cargos sin experiencia en el manejo de desastres.

Las críticas por la ayuda brindada en la región vinieron también de Colin Powell, quien fue secretario de Estado durante la primera administración de Bush.

«Creo que hubo muchas fallas en muchos niveles, local, estatal y federal», dijo Powell en un programa de la cadena ABC que se trasmitirá hoy por la tarde.

El vicealmirante Allen es jefe del Estado Mayor de los guardacostas en Washington desde 2002; se encarga de las operaciones de planificación, administración del personal y presupuesto.

Asimismo, coordinó la respuesta de los guardacostas a los atentados suicidas terroristas del 11 de septiembre de 2001.

Por otra parte, el secretario del Tesoro, John Snow, declaró a la cadena de televisión CNBC que el gobierno estadunidense deberá gastar mucho más de los 60 mil millones de dólares ya previstos tras el paso del huracán.

Katrina generará gastos no previstos en el presupuesto y eso «muy claramente tendrá un efecto negativo en el déficit en 2006», admitió Snow. Agregó que la destrucción que provocó el huracán afectará la economía de Estados Unidos en su conjunto, pero que ésta pronto se recuperará.

El Congreso de Estados Unidos aprobó el jueves anterior un paquete presupuestario de 51 mil 800 millones de dólares reclamado por la Casa Blanca para cubrir los gastos de emergencia causados por Katrina, que se suman a los 10 mil 500 millones de dólares aprobados la semana pasada.

En este contexto, el presidente de la Comisión de Finanzas del Senado, el republicano Charles Grassley, estimó que podría llegar a 150 mil millones de dólares, y aseguró que «Estados Unidos ha superado desafíos antes».

Mientras, Bush anunció que el domingo próximo visitará nuevamente la zona devastada, y el vicepresidente Dick Cheney hará lo mismo este sábado.

El balance provisorio de muertos se elevó a 329, distribuidos en 204 en Mississippi, 118 en Luisiana y siete en Florida, informaron fuentes oficiales de los servicios de emergencia.

Mientras tanto, la esperanza creció en Nueva Orleáns al saberse que la cifra de muertos no sería tan catastrófica como se previó.

En este contexto, tras finalizar el desalojo de Nueva Orleáns, la policía sacará, si es necesario por la fuerza, a las personas que se niegan a abandonar la ciudad.

Muchos de los afectados anunciaron que se resistirán. Un indignado habitante declaró a la cadena de noticias CNN que sólo sobre su «cadáver» lo sacarían; está armado y se defenderá, amenazó.

Sin embargo, las enfermedades empiezan a afectar a quienes se rehúsan a irse de la ciudad. Algunos tienen ampollas y el color de la piel ha cambiado.

En tanto, los militares y la policía continúan el macabro proceso de recuperar cadáveres hinchados de las aguas, que se retiran lentamente, informó Terry Ebbert, director de seguridad interna de Nueva Orleáns.

El ejército prohibirá a periodistas y fotógrafos documentar la recuperación de cuerpos, pues se pretende evitar que la gente que huyó de Nueva Orleáns vea por televisión a sus familiares fallecidos, informó el teniente general Russel Honore, comandante de la operación de rescate.

Se aleja Ofelia de EU

Por otra parte, casi dos tercios de la brigada 256 de la Guardia Nacional de Luisiana que regresará de Irak no participarán en las tareas de auxilio en la zona devastada porque desean recuperar cuanto antes su «vida privada», dijo hoy su comandante, el general John Basilica.

De los 2 mil 500 soldados de esta brigada, sólo unos 800 dijeron que se quedarían en la zona del desastre en su estado.

En videoconferencia desde Irak, Basilica aseguró que «no hay connotaciones negativas por la elección» de los brigadistas.

«Como guardias nacionales, estos soldados en muchos casos provienen de pequeñas empresas, de entornos laborales que se han mantenido apenas hasta que estos soldados vuelvan. Por lo tanto no están presionados para seguir en servicio», dijo.

Basilica dijo que unos 500 de sus soldados habían resultado directamente afectados por el ciclón, y son los primeros que volverán de Irak.

En otro orden, la tormenta tropical Ofelia se aleja lentamente de las costas estadunidenses, pero podría convertirse de nuevo en huracán entre el viernes y el sábado y acercarse en cuatro días a las costas de Georgia y Carolina del Sur, según el Centro Nacional de Huracanes con sede en Miami.

Pronosticar el movimiento de Ofelia ha sido difícil para los meteorólogos, pues tras varios días de estar estacionada ahora se mueve lentamente frente a la costa oriental de Florida sin claros indicios sobre su próximo paso.