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Por ética y estética

Fuentes: Rebelión

Puede que mi provincianismo cateto -elevado a la enésima potencia al estar excluido de los mentideros de la Villa y Corte donde se parte el bacalao político- me juegue tal faena que termine equivocando todo el artículo por partir de un prejuicio «apriorístico». Pero resulta que (a riesgo de simplificar hasta el absurdo) sigo creyendo […]

Puede que mi provincianismo cateto -elevado a la enésima potencia al estar excluido de los mentideros de la Villa y Corte donde se parte el bacalao político- me juegue tal faena que termine equivocando todo el artículo por partir de un prejuicio «apriorístico».

Pero resulta que (a riesgo de simplificar hasta el absurdo) sigo creyendo a día de hoy que la mitosis donde se partió la Izquierda de la Comunidad y Ayuntamiento de Madrid en varias listas tuvo un origen y epicentro muy concreto. Ahora, mayo de 2019, lo reconocemos pero en su momento, cuando estaba gestándose, fuimos incapaces de verlo.

Seguramente por «buenismo» o por creernos el al final no serán capaces de…»no se evaluaron correctamente los movimientos de Carmena entre septiembre y noviembre de 2018 cuando puso sobre la mesa -y como menú único- la idea de una agrupación de electores//plataforma que en la práctica era un cheque en blanco para hacer y deshacer a su antojo. Por encima y despreciando a los partidos y organizaciones que al fundirse en Ahora Madrid en 2015 la auparon al cargo. El objetivo era lograr una lista a las municipales a imagen y semejanza de una alcaldesa transmutada en diosa Cibeles. Se admiten palmeros pero no versos libres.

Por si no habían quedado suficientemente claras las intenciones de la maniobra, entre diciembre del 2018 y enero del 19 el hasta entonces incontestado cabeza de Podemos a la Comunidad, Errejón, las redactó negro sobre blanco. En coordinación con doña Manuela apostó por más si «bwana» y menos zarandajas izquierdistas, que a la transversalidad le sienta genial el amén. Ya se sabe que para multiplicar nada mejor que dividir antes.

En ese instante cobró todo su sentido un movimiento previo ocurrido en diciembre de 2017: el cese fulminante de Carlos Sánchez Mato, responsable de Economía y Hacienda del Ayuntamiento, ideólogo y «factótum» de la tan cacareada gestión que redujo la abrumadora deuda heredada por discrepar con la «jefa» al negarse a implantar el plan económico impuesto por el entonces ministro Montoro. No era la primera vez que una cabeza rodaba, Ya lo hicieron antes las de Zapata por los «tuits», la de Mayer por un revuelto de discrepancias que mezclaba titiriteros, memoria histórica, cabalgata de Reyes y en el tajo, aunque conmutada a última hora, estuvo la de Valiente. Eso sí, todo entre un clamoroso silencio de la mayoría de cargos electos.

Maduro «ese horroroso dictador al que Guaidó con el patrocinio neocolonial de EEUU no intenta darle todos los días un golpe de estado» (Carmena dixit) debería estudiar los vídeos de la jefa del Consistorio madrileño, aprender a sonreír y proclamar un aquí no pasa nada para ver si así obtiene benevolencia de los medios de difusión. A la «lideresa» de Más Madrid el truco le funciona.

Hoy, 13 de mayo de 2019, a dos semanas de las elecciones municipales, ¿qué encontramos? En primer lugar una persona poco agradecida. En ningún momento de las pasadas elecciones generales se mojó a favor de Unidas Podemos (y eso que Podemos ha decidido no presentar lista en la capital por no competir con ella) y el domingo de las votaciones solventó la pregunta con un «lo podéis suponer». Teniendo en cuenta sus diatribas contra Venezuela, sus palabras de apoyo al alcalde pepero de Málaga, su intervención ante la angustiosa situación de una afectada de Argumosa: «el futuro es colaborar con el pago para evitar desahucios» y la colección de simplismos «prêt-à -porter», podemos suponer de todo.

Frente a la «gauche caviar» concomitante con el PSOE de Pepelu y las sonrisas a la ciudadana de Villacís en el modelo de urbanismo especulativo encarnado por la «Operación Chamartín» aunque la vistan de Madrid Nuevo Norte o coincidentes al dar desde el Área de Desarrollo Urbano Sostenible «luz verde a muchos de los proyectos que allí se pretendían tumbar. Entre ellas, las Cocheras de Cuatro Caminos, el Taller de Precisión de Artillería, la Operación Campamento, la Operación Chamartín y ahora -a dos meses de acabar la legislatura- Berrocales.» (institutodm.org) hay un solar por edificar que es el Madrid de los barrios, de la clase obrera, de la inversión social…

Y ese modelo lo encarna la candidatura encabezada por Carlos Sánchez Mato, directamente engarzada con el Madrid proletario de Marcelino y Josefina, en el que frente a los macros de las grandes cifras que hacen salivar a Florentino Pérez, existe el Madrid de la microeconomía de la barra de pan, ropa de mercadillo y miedo ante lo que ponga en el recibo de la luz. Frente a la cacareada transversalidad, la centralidad de las personas.

Por ello es tan necesario torcer las encuestas desde el espíritu del «Madrid que bien resistes los bombardeos» (mediáticos) para lograr la presencia en el Ayuntamiento de Madrid en Pie. No solo porque la encabece el gestor más brillante y la cabeza mejor amueblada de todas las candidaturas, sino porque componen una llamada a la esperanza, al no claudicar.

Y todos sabemos que lo que es válido para unas generales («la única garantía de un Gobierno PSOE no entregado descaradamente a la derecha es que Unidas Podemos tenga fuerza») se puede aplicar para estas municipales («la única garantía de que Carmena…»).

Concentrar el voto en quién te ha pegado muchas patadas en la boca se hace cuesta arriba, tiene poco de travesura inconsciente y mucho de masoquismo. No son tiempos de mirar a otro lado o de comprar pinzas para la nariz.

Entre el «Ya es primavera en el Corte Inglés» del retrato a dúo que recuerda a la abuela comprando el traje de comunión al nieto preferido, ese que acaba de romper la espinilla a su hermano, prefiero el Madrid en Pie antes que de rodillas.

Y además el componente estético: cuando se intenta silenciar descaradamente una opción, los irredentos solemos prestarnos gustosos de altavoz.

Le pedí hace unos días a alguien que aprecio que echase una mano -él puede- para sacar a Carlos y Madrid en Pie de la estantería del anonimato en la que los han colocado. Me respondió con un «Anda que no está metiendo la pata IU por todos lados. Hoy el CIS dice que no entra» sin caer en la cuenta de que nunca le pedí el voto, solo el eco.

En estas municipales -autonómicas vamos a encontrar muchos intentos de silencio aprovechando cualquier resquicio legal.

Uno clamoroso ha sido privar a los cordobeses y cordobesas de que voten a Ganemos, la tercera fuerza política de las pasadas elecciones municipales (4 concejales) porque un juzgado le ha dado la razón a una lista «fake» y el Tribunal Constitucional en su acreditada tradición de salvaguardar los derechos democráticos frente a los fraudes de ley no ha admitido a trámite el recurso.

Tampoco se nos escapa las dificultades que impiden salir con más luz a la gestión de uno de los políticos más capaces y honrados de nuestro país, el candidato a la presidencia de Castilla y León por Izquierda Unida-Castilla y León en Marcha, José Sarrión. Profesor universitario, doctor en Filosofía, extraordinario conocedor del marxismo y de Manuel Sacristán (leed su tesis «La noción de Ciencia en Manuel Sacristán») y del que podéis conocer su pensamiento y activismo en el recién publicado «Comunes el Sol y el Viento. Crónicas de un Procurador en las Cortes de Castilla y León». Como en el anuncio: «Busque, compare y, si encuentra algo mejor, compre».

A Ganemos, a José Sarrión, a Carlos Sánchez Mato desde nuestra modestia solo cantarle el lema del Liverpool: «Nunca caminaréis solos».

Y aunque sea misión casi imposible a veces «la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida». Que se lo pregunten al Barcelona FC.

Juan Rivera. Colectivo Prometeo

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.