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Elecciones en USA

Por miedo al lobo…

Fuentes: La Jiribilla

Si fuera cierto que a la tercera va la vencida, George Bush ya perdió la presidencia porque quedó por debajo de John Kerry en los tres debates televisivos. Algunos analistas consideran que este índice, más que el mandatario cuenta con menos del 50 % de popularidad, son claras señales de su derrota el 2 de […]

Si fuera cierto que a la tercera va la vencida, George Bush ya perdió la presidencia porque quedó por debajo de John Kerry en los tres debates televisivos. Algunos analistas consideran que este índice, más que el mandatario cuenta con menos del 50 % de popularidad, son claras señales de su derrota el 2 de noviembre próximo. Hasta ahora ningún Presidente ha sido reelegido con menos de la mitad de apoyo en las encuestas preelecciones.

Y si en esos comicios contaran los votos de otras naciones, ni hablar. «Si los ciudadanos de los 10 países en los que se han realizado estas encuestas pudieran votar, con la excepción de Israel, el 2 de noviembre, elegirían masivamente a Kerry frente a Bush . En España , sin lugar a dudas, el 76,8 % tiene una opinión mala o bastante mala de Bush , y aunque Kerry sigue siendo un valor desconocido (56,3 %) para los españoles, pese a que no esperan un cambio radical de política exterior si triunfa el demócrata, un 57,6 % preferiría que ganase, frente a un mero 12,9 % que opta por Bush» , señala un comentario de El País.

En Argentina, Brasil, México y todas las naciones donde se han realizado encuestas, Bush sigue siendo el hombre a sacar de la presidencia. En ningún caso, ni en EE.UU., se trata de votar por Kerry, sino «cualquier cosa menos Bush»

En tanto, trascendió que más de 650 expertos en política exterior enviaron una carta a Bush en la que dicen que Iraq ha sido «la mayor equivocación» de la política exterior estadounidenses desde Vietnam.

Entre los firmantes hay ex funcionarios del Pentágono y del Departamento de Estado, así como analistas de países aliados de EE.UU.

Otra encuesta, «Voice of the people» de Gallup, indica que «América Latina y Europa Occidental son las regiones del mundo donde la política exterior estadounidense es más criticada, ya que es rechazada por una media de 6 de cada 10 ciudadanos».

Sin embargo, los sondeos en EE.UU. no son fieles exponentes de la opinión pública. Existe una guerra de encuestas que han mostrado a uno y otro candidato ganando o perdiendo, con resultados contradictorios: republicanos prefiriendo a Kerry y viceversa. Tales diferencias despiertan suspicacias.

Es cierto que en los tres debates Kerry, sin ser un orador carismático, sacó ventajas de situaciones vitales: además del desastre en la guerra de Iraq, el año fiscal que concluyó el pasado 30 de septiembre dejó un déficit presupuestal de 422 000 millones de dólares y se han creado entre enero y agosto 1,4 millones de puestos de trabajo, pero algunos analistas afirman que aún persiste un déficit de casi un millón, perdidos desde que Bush llegó a la Casa Blanca.

Para el tercer candidato, el independiente Ralph Nader, en estas elecciones solo vale el dinero: «Si no tienes dinero no tienes cobertura en los medios, y si no tienes cobertura en los medios no entras en las encuestas, y si no entras en las encuestas no te dan dinero. Es un círculo vicioso que intentamos exponer (…) Uno hace lo que puede con los recursos que tiene. Pero intento establecer en alto los estándares de una campaña presidencial, busco estar al tanto de las necesidades del pueblo americano en vez de perder el tiempo en guerras inconstitucionales e ilegales en Iraq. Son miles de millones de dólares utilizados en una guerra que podrían haber sido invertidos aquí. Los medios tienen también una seria responsabilidad. Son prisioneros de un sistema de colegio electoral de 200 años en el que el ganador se lleva todo. Todos somos prisioneros, pero la diferencia es que la fórmula Nader-Camejo quiere sacarnos de esa cárcel y dejar la puerta abierta para el resto del país».

Nader, convencido de que no ganará, se mantiene en la pelea porque asevera que siembra un camino hacia una opción diferente a demócratas y republicanos. (¿Ingenuidad o tozudez?)

En toda esta guerra por el sillón de la Casa Blanca, en la que los medios de prensa son protagonistas (los del poder, por supuesto) se observa un crecimiento de la «venta» de la política en libros. La lista de títulos más vendidos del diario The New York Times indica que nueve de los 15 títulos de mayor tirada abordan ese tema, con Bush como diana. Basta ver los títulos: «El mundo de Bush»; «Las mentiras de George W. Bush»; «Las guerras de los Bush» o «Manual para los que odian a Bush», además de los dos libros recién publicados por el cineasta Michael Moore, quien capitanea a los «Bush-fóbicos».

Hombres y mujeres de Hollywood también siguen publicitando sus opiniones. Despachos de prensa se han hecho eco de las declaraciones del reconocido actor Robert de Niro, que históricamente se abstiene de hablar ante la prensa sobre política; «Yo apoyo a Kerry. Independientemente de Kerry, es necesario un claro cambio de presidencia, porque hay que acercarse al resto del mundo».

El multimillonario de origen húngaro, George Soros, enemigo declarado de Bush, en una entrevista afirmó: «El problema es que el miedo es mal consejero y la guerra contra el terror, como se está utilizando, está provocando que hoy estemos menos seguros. Hay un mensaje subliminal por el que llevando la guerra contra el terror fuera de EE.UU. nos hace sentir más seguros en casa. Pero es un argumento muy peligroso».

Este hombre, por lógica defensor del capitalismo, hace un razonamiento que ofrece un panorama de EE.UU.: «Ahora sabemos que no había armas de destrucción masiva ni conexiones con Al Qaeda. Y la Casa Blanca lo sabía en ese momento y por alguna razón no informó ni al Congreso ni se contó la verdad a los ciudadanos. El resto del mundo lo sabe, pero la opinión pública en EE.UU., no».

La recta final antes de las elecciones es buen escenario para que cada candidato esgrima sus propuestas. Kerry, declaró recientemente: «Por el bien de nuestros hijos… de nuestra seguridad, por el bien de nuestra economía y de nuestro medio ambiente debemos salir al encuentro de este reto y hacer a EE.UU. más independiente energéticamente del petróleo del Oriente Medio «. Y acotó: «Él (Bush) ha ignorado la conservación de energía. Cuando se trata de desarrollar una verdadera política energética, George W. Bush se ha quedado sin gasolina».

Bush, por su parte, ha afirmado: «Mi adversario quiere reforzar al Estado; yo quiero utilizar al Estado para dar más poder al individuo» y califica a su adversario de izquierdista. El candidato demócrata, miembro de la Iglesia Católica, ha dicho que deja el aborto a criterio de la mujer, Dios y el médico, actitud criticada por Bush que está apelando a los valores tradicionales de esa nación. En distintas oportunidades ha dicho que si Kerry gana, subirán los impuestos, aumentará el gasto público, acabará con la libertad de los ciudadanos para elegir a su médico, detendrá los progresos en Iraq y con su debilidad propiciará un nuevo ataque terrorista.

Aunque parezca absurdo, el actual mandatario tiene posibilidades de triunfo precisamente por el miedo al lobo. Cada uno de sus actos es acompañado por atemorizar a los estadounidenses, la caperucita, con el terrorismo y otro 11 de septiembre. De aquí al día de las elecciones mucho puede pasar, hasta otro 11/9, que puede ser el 25/10, o el 30/10, por citar algunas fechas. Aún no se sabe definitivamente quiénes diseñaron el ataque a las Torres Gemelas. No son pocos los que piensan que el Departamento de Estado estuvo involucrado. Y como dice Soros el error en la invasión a Iraq lo conoce el mundo menos la opinión pública norteamericana.

Hoy, luego de tres debates, y cuando se debilitan los argumentos presidenciales, Kerry parece ser una alternativa. Pero, no hay que llamarse a engaño. El demócrata como presidente no acabará la guerra en Iraq, hay demasiados intereses involucrados, y tampoco cambiará la política exterior hacia América Latina, y menos con Cuba. Es cierto que parafraseando a Mafalda es mejor «cualquier cosa menos Bush», pero hasta ahí. No hay que pensar en nuevos rumbos, ni en cambios sustanciales. Para que estos ocurran algún día, los estadounidenses virarán de cabeza su sistema o sufrirán a la larga el fascismo que ya tiene su germen en un modo de pensar que los hace creerse dueños del mundo.

Conviene no olvidar el antecedente. Para no levantar expectativas. Crear vanas ilusiones. El imperio tiene objetivos. Designios políticos. Gobierne quien gobierne. Pepsi o Coca Cola.