Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
«La guerra es un timo. Siempre lo ha sido».
«Es posiblemente el más antiguo. Fácilmente el más lucrativo, seguramente el más vil. Es el único internacional en su alcance. Es el único en el que los beneficios se cuentan en dólares y las pérdidas en vidas».
General Smedley Butler (1935)
Como es nuestra costumbre, tendemos a leer The Washington Post, tablón de anuncios de los illuminati de Washington, a la manera de Pravda, de atrás para delante, concentrándonos en el tema mencionado una vez leída tres cuartas partes del artículo. Tomemos la edición del miércoles 27 de diciembre del boletín de noticias de Meyer-Graham como un ejemplo.
Se nos dice, sorprendentemente, en la primera plana, que Etiopía ha aumentado sus ataques contra Somalia. Sólo en la página siguiente, sin embargo, cerca del fin del artículo de 1.100 palabras, se descubre el truco hitchcockiano:
«… la política de USA en Somalia ha sido ampliamente criticada por lograr el efecto contrario al deseado, alentando a menudo la expansión del movimiento de las Cortes [Islámicas]. Este año, USA apoyó a señores de la guerra que se autodenominaban una coalición «contra el terrorismo.» Los señores de la guerra generalmente sobornaban [sic – debe ser un error con el que quiere decir ‘exigían pagos extorsionados de] y aterrorizaban a los somalíes de a pie que llegaron a despreciarlos. Las Cortes Islámicas llegaron al poder como una alternativa a los odiados señores de la guerra, estableciendo el orden basado en la ley islámica aldea tras aldea y logrando un apoyo generalizado de los somalíes asediados, cansados de 15 años de casi anarquía.» De manera que, mientras la guerra contra el terror [ismo] se extiende por el Cuerno de África con la miseria resultante, es pura casualidad que USA haya ayudado a avivarla. En esta definición amplia, es precisamente cómo una operación clandestina de 3.500 millones de dólares en Afganistán, hace dos decenios, ayudó a hacernos un agujero en Manhattan. O cómo nuestra ayuda encubierta a un mesopotámico prometedor llamado Sadam Husein, condujo como si fuera una tragedia de Sófocles [2] a las actuales circunstancias «graves y en deterioro» en Iraq.
¿Cómo es posible que tantas guerras tengan a su origen un acto de complicidad USamericana? ¿Es simplemente la ley de las consecuencias no intencionadas, o hay alguna otra lógica? Tal vez el mecanismo crucial en Mogadishu, y Kabul, y Bagdad, es mejor descrito por esa añeja frase del argot del Pentágono: «el cono de helado que se chupa a sí mismo.» [3]
El axioma del cono de helado que se chupa a sí mismo tiene muchas aplicaciones, no sólo en el inicio de guerras, sino en su conducta. De nuevo, el Post suministra una especie de clave délfica sobre este mecanismo. La edición del 26 de diciembre tiene un artículo fascinador enterrado en la página 19: «La vieja estrategia en Iraq sigue viviendo en informes de progreso semanal.» [4] El autor, Glenn Kessler, se burla un poco de una serie de informes semanales promulgados por el Departamento de Estado para medir el presunto «progreso» en Iraq; por cierto, es el agravio del artículo: cuán optimistas pueden ser los informes a pesar de una política manifiestamente fracasada.
Pero, de nuevo, como en el caso de la historia de Somalia, la introducción al tema está bien enterrada. Bien avanzado el artículo, Kessler nos informa que los informes semanales de Iraq son producidos por la firma consultora BearingPoint. Pero ahí no termina la historia: «Los empleados de BearingPoint, que trabajan desde oficinas en el Departamento de Estado, organizan las reuniones, fijan las órdenes del día, toman notas y suministran resúmenes de las discusiones, dijo el funcionario. También mantienen el sitio en la Red de la embajada de USA en Bagdad.»
Como lo sabe con seguridad todo veterano de las guerras burocráticas, quienquiera organiza las reuniones, fija las órdenes del día, determina la política, no importa quién esté nominalmente a cargo. Pero, ¿quién es BearingPoint, y qué interés tienen en Iraq? El perro guardián mediático Sourcewatch.org suministra lo siguiente:
En julio de 2003, BearingPoint recibió un contrato de USAID por un valor de 79,5 millones de dólares para facilitar la recuperación económica de Iraq con una opción de dos años por un valor de un total de 240.162.688 dólares. Las responsabilidades según este contrato incluyen:
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Crear el presupuesto de Iraq.
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Escribir el derecho comercial.
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Establecer el cobro de impuestos.
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Establecer las reglas de comercio y de aduanas.
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Privatizar las empresas estatales licitándolas o emitiendo acciones a iraquíes en las empresas.
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Reabrir los bancos y hacer arrancar el sector privado otorgando pequeños préstamos de 100 a 10.000 dólares.
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Apartar a los iraquíes del programa de petróleo por alimentos de la ONU, la principal fuente de alimentos para un 60% de la población.
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Emitir una nueva moneda y establecer tasas de cambio.
Uno se sorprende de que no hayan encargado a BearingPoint de escribir un nuevo himno nacional para Iraq y de escoger a los miembros del equipo olímpico. Pero, una vez más: ¿quién es BearingPoint? Es difícilmente un nombre que suene fácilmente como Microsoft, o Morgan Guaranty Trust.
Según otro perro guardián, Publicintegrity.org, BearingPoint tiene una historia interesante:
«BearingPoint rastrea su linaje a más de hace 100 años. En octubre de 2002, KPMG Consulting Inc. Cambió su nombre a BearingPoint Inc. KPMG Consulting fue formada en 1997 como la división de consultoría de la firma de contabilidad KPMG LLP. Una oferta pública de venta de acciones del 8 de febrero de 2001, marcó la separación oficial de KPMG Consulting de KPMG LLP. BearingPoint fue la primera de las Cinco Grandes firmas consultoras que se separaron de su padre auditor y tributario y se convirtieron en una compañía independiente, cotizada en bolsa. La crisis que engolfó a la profesión contable después del escándalo Enron/Arthur Andersen más tarde el mismo año aceleró la decisión de la compañía de cambiar su nombre en 2002… BearingPoint
logró una dramática expansión al adquirir la mayor parte de las operaciones de consultoría globales de Arthur Andersen.»
¡Zas! La firma responsable por la contabilidad corrupta que disimuló el escándalo Enron, el mayor fracaso financiero corporativo en la historia de USA, sigue en vida, asimilada por BearingPoint. Y dirige la política de USA respecto a Iraq mientras el gobierno da bandazos ciegos hacia la escalada, una política evidentemente apoyada sólo por un 11% de la población de USA [5]
Hay que señalar, sin embargo, que a pesar de la evidente falta de apoyo popular, el vasto piano de cola de los medios corporativos sigue resonando al compás del Vals de la Escalada. Sobre la base de un estudio informal y poco científico, calculamos que aproximadamente entre un 60 y un 70% de los presentadores en la pantalla televisiva están a favor de, hablando metafóricamente, alimentar más carne de cañón a las fauces de Stalingrado. Aún más irritante es la ubicuidad a la Zelig del verdaderamente espeluznante John McCain.
Y sobre todo, en su trono de alabastro, está sentado el Presidente, nuestro Supremo Comandante en Jefe. Mientras hasta un bribón como Lyndon Johnson sabía que una guerra impopular es una mano perdedora en las manos de un político, al presidente Bush nada parece perturbarlo. Numerosos columnistas han atribuido su actitud a deficiencias intelectuales, o a una obstinación irracional, o a megalomanía. Pero si Bush poseyeran el coeficiente de inteligencia de un Descartes y la sabiduría de Santo Tomás de Aquino, difícilmente podría actuar de otra manera.
Como es un plutócrata texano marinado en petróleo, Bush sólo realiza su destino, y el de su clase. Por si el lector necesitara que se le recuerde, uno siempre puede tornarse a la prensa extranjera, más iconoclasta. Mientras los grandes periódicos USamericanos discuten si «necesitamos» 20.000 soldados más o 40.000, o describen las cualidades napoleónicas del nuevo comandante en Iraq, general David Petraeus, el Independent de Londres revela lo siguiente;
«Las masivas reservas de petróleo de Iraq, las terceras por su tamaño en el mundo, están a punto de ser abiertas a la explotación en gran escala por compañías petroleras occidentales bajo una ley controvertida que se espera sea presentada al parlamento iraquí dentro de días.
«El gobierno de USA ha estado involucrado en la redacción de la ley, un borrador de la cual ha sido visto por The Independent on Sunday. Daría a las grandes compañías petroleras como ser BP, Shell y Exxon, contratos de 30 daños de duración para extraer crudo iraquí y permitirá la primera operación en gran escala de intereses petroleros extranjeros en el país desde que la industria fue nacionalizada en 1972.» [6] ¿Fue Auschwitz un campo de la muerte dirigido por el gobierno alemán? ¿O fue sólo una de las fábricas de caucho sintético de la I.G. Farben, con una gran rotación de personal? Se podría preguntar si Iraq es el frente central de la guerra contra el terrorismo, o simplemente un centro de beneficios para corporaciones como BearingPoint y Exxon-Mobil.
Werther es el nombre de pluma de un analista de la defensa basado en el Norte de Virginia.
Notas
[1] «Ethiopians Closing In On Capital of Somalia,» The Washington Post, 27 de diciembre de 2006.
[2] No se trata de una fantasía alusiva. La saga de Papá, Bar y Dubya (Bush) siempre ha contenido una pesada cubierta de melodrama edípico. Sadam puede ser útil para representar a la Esfinge, un demonio de destrucción y mala suerte, según Hesíodo.
[3] «El cono de helados que se chupa a sí mismo » es la descripción de una profecía que se auto realiza, tal como la describe el sociólogo del Siglo XX Robert K. Merton: «La profecía que se auto realiza es, al comienzo, una definición falsa de la situación que evoca una nueva conducta que hace que la concepción errónea original se convierta en verdad.»
[4] «Old Iraq Strategy Lives On In Weekly Progress Reports,» The Washington Post, 26 de diciembre de 2006.
[5] El sondeo de CNN que estableció este nivel de apoyo, si es exacto, es sorprendente. Un once por ciento de una muestra aleatoria puede probablemente mostrarse a favor de la necromancia. Porcentajes mucho más elevados «creen en» platillos voladores.
[6] «How the West will make a killing on Iraqi oil riches,» Independent [UK], 7 de enero de 2007.