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¿Por qué no Somalia? ¿Por qué no Darfur? ¿Por qué no Marte?

Fuentes: The Palestinian Information Center

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Los portavoces propagandistas sionistas están visiblemente molestos por la cada vez mayor conciencia mundial acerca del manifiestamente cruel bloqueo israelí-egipcio a Gaza.

Estos maliciosos propagandistas, empeñados en desviar la atención del genocidio a cámara lenta que se está infligiendo al indefenso pueblo de Gaza, se preguntan «¿por qué no Somalia? ¿por qué no Darfur?». Creen que la tragedia de Gaza elaborada por Israel no debería merecer tanta atención y que concienzudamente atormentados gazatíes deberían sufrir, morir de hambre y morir lo silenciosa y discretamente posible.

Pues bien, para empezar es muy poco probable que estas preguntas estén motivadas por la buena voluntad o cualquier deseo auténtico de ver cómo se rectifican los problemas en Somalia y Darfur, y en otras partes del mundo.

Lo que dado el sistemático comportamiento israelí y sionista es casi seguro es que el objetivo de estas preguntas es sobre todo distraer la atención de los desvergonzados crímenes contra la humanidad que los hijos, los nietos y los bisnietos del holocausto han estado cometiendo contra el pueblo de Palestina.

Más bien es una táctica repugnante de lanzar una pista falsa para distraer la atención utilizada por los matones asesinos del sionismo para distraer la atención del auténtico holocausto judío israelí contra el pueblo palestino.

Por ello, no existe la menor duda de que esto pudiera hacer pensar a la gente, especialmente a aquellos que valoran su conciencia, que los israelíes están verdaderamente preocupados por el sufrimiento de personas en cualquier lugar.

En realidad es inconcebible que los corazones de los asesinos de niños israelíes estén sufriendo por las guerras civiles en África. Su verdadero objetivo es aislar a los palestinos, debilitar la simpatía del mundo por ellos y obligarlos a morir o a ser asesinados lo más discretamente posible. Así es como se comportaron las SS en el Ghetto de Varsovia hace 67 años. Esto es lo que los judeo-nazis están haciendo hoy. Es lo mismo, como [los gemelos] Tweedeldee y Tweedeldum*.

Una vez dicho esto, cada vez es más obvio que los largos padecimientos del pueblo palestino es el problema más volátil y desestabilizador del mundo actual ya que tiene capacidad para alterar el orden mundial. Es la causa raíz de la inestabilidad y violencia en gran parte del mundo. Sus síntomas y efectos colaterales tiene repercusiones globales e instantáneas.

Es más, acontecimientos que ocurrieron a miles y miles de kilómetros de la ocupada Palestina, como los acontecimientos del 11 de septiembre en Estados Unidos, los atentados de Bali en Indonesia, los atentados terroristas tanto en Londres como Madrid hace unos años y la invasión estadounidense y subsiguiente ocupación de Iraq y Afganistán tenían sus raíces en el apoyo estadounidense y occidental al nazismo judío en Palestina y la limpieza étnica del pueblo palestino de su tierra ancestral.

De forma similar, no sería exagerado afirmar que la mayoría de los problemas políticos crónicos del mundo árabe, esto es, el apoyo estadounidense y occidental a las dictaduras árabes y la implacable supresión de las fuerzas de la libertad y la democracia están directa o indirectamente relacionadas con la situación en Palestina.

El actual pulso acerca del programa nuclear de Irán tiene mucha relación con el problema palestino. El dirigente iraní Ahmadinejad no habría exigido el desmantelamiento de la infraestructura sionista de Israel de no haber sido por la atroz persecución y brutal violencia infligida la pueblo originario palestino por invasores judíos extranjeros.

Además, Estados Unidos, que está él mismo en las garras de los lobbies judíos como el AIPAC y cuyo Congreso se considera un territorio ocupado por Israel, siempre ha optado por mantener a regímenes árabes tiranos, incluso criminales, para servir a los intereses israelíes y promoverlos.

No hay ni que decirlo, tanto Israel como Estados Unidos se dan cuenta de que es mucho más fácil chantajear y acosar a regímenes que no rinden cuentas a sus pueblos. Estos regímenes desacreditados incluso actuarían en contra de los intereses de sus propias naciones si Washington los presionara o acosara ligeramente.

Es indudable que todos los pueblos del mundo tienen derecho a sobrevivir y prosperar, incluidos los pueblos de Somalia y Darfur, así como cualquier otro pueblo bajo el sol. Esto nunca ha sido discutible ni nunca lo será.

Con todo, la causa palestina es única porque hasta hace poco Palestina era la tierra exclusiva del pueblo palestino que un poder europeo ubicado a miles de kilómetros decidió entregar en bandeja de plata a otro pueblo europeo.

Los judíos ashkenazi son originarios de la región de Khazar y no tienen nada que ver con Palestina, como el profesor Shlomo Sand ha aclarado en su libro reciente Matai ve’ech humtza ha’am hayehudi? (La invención del pueblo judío).

Hoy el pueblo palestino es el único pueblo del mundo cuya misma supervivencia y su mismo futuro como pueblo están amenazados. Nosotros, los palestinos, dependemos más que nunca antes de la buena voluntad de la comunidad internacional para nuestra misma supervivencia. Por ello la comunidad internacional debe actuar de forma decisiva para impedir a Israel que lleve a cabo el genocidio de nuestro pueblo.

Los israelíes no han emprendido un genocidio con todas las de la ley contra nosotros por falta de ganas. La verdadera razón tiene que ver más con cuestiones no morales y no éticas, como las posibles reacciones internacional.

El ataque genocida contra Gaza del año pasado se debería considerar un mero ensayo de una guerra de exterminio mucho mayor contra personas indefensas con pocos o ningún medio de protegerse a sí mismos y a sus hijos.

En el último blitzkrieg** Israel mató a miles de palestinos, dejó inválidos a miles más y abrasó a muchos de ellos con las infernales tormentas de fuego de fósforo blanco sobre Gaza. En el próximo blitz, Israel podría recrear en Gaza y Cisjordania Auschwitz y Bergen Belsen. En última instancia, no hay diferencia real entre gasear a las personas en sitios cerrados, esto es, en campos de concentración, e incinerarlas en masa al aire libre.

Por lo que yo sé, a ningún otro pueblo bajo el sol se le está atacando para aniquilarlo. Es cierto, hay guerras civiles en varios puntos del mundo. Sin embargo, ni a los somalíes ni a los habitantes de Darfur se les está amenazando con un holocausto. No conozco a dirigentes religiosos de ningún otro país que rutinariamente emitan edictos que autorizan el exterminio masivo de hombres, mujeres y niños, y «no dejar vivo nada que respire» como han estado haciendo muchos rabinos judíos.

En resumen, la posibilidad de un holocausto judío-sionista o al menos de un holocausto parcial contra palestinos indefensos no es verdaderamente impensable ya que Israel sigue esperando el momento oportuno para llevar a cabo sus monstruosos planes contra el pueblo palestino.

Por ello deben continuar los esfuerzos internacionales, incluidos los no-gubernamentales, para proteger al pueblo palestino de los impulsos genocidas de Israel.

Hace unos pocos años el intelectual español Santiago Alba Rico argumentaba elocuentemente que el sufrimiento palestino seguía siendo la herida sangrante de la humanidad. Escribió: «El pueblo palestino no es quizás el pueblo más castigado de la tierra, pero es el pueblo más públicamente castigado de la tierra; no es tal vez el pueblo que más ha sufrido pero es aquél cuyos sufrimientos nos son más ininterrumpidamente visibles. Paradójicamente esta visibilidad (más allá de las mentiras) hace aún más vulnerables a las víctimas; confiere a la agresión una especie de dimensión bíblica, la autoridad estrepitosa de una intervención divina, y frente a ella el objeto de la cólera de Dios se degrada moral y ontológicamente»***.

En los últimos meses una plétora de rabinos, con cientos de miles de seguidores, han emitido edictos similares a los nazis justificando la aniquilación física del pueblo palestino.

No hay ni que decirlo, los efectos de estos insidiosos edictos va más allás de los confines de la esfera teórica ya que el ejército israelí (que ahora está siendo tomado por matones religiosos con mentalidad genocida) y terroristas paramilitares también conocidos como colonos se están asegurando de llevar a cabo estos satánicos edictos asesinando sin pestañear a pacíficos palestinos.

No olvidemos que el genocidio de mediados del siglo pasado no empezó con asesinatos masivos genocidas, sino que más bien empezó con el tipo de cosas que Israel está haciendo ahora a los palestinos, como un discurso violentamente racista, venenosos y virulentos ataques mediáticos, la mentalidad ubermenschen vs. untermenschen y finalmente una Kristallnacht****.

Los propios israelíes dicen abiertamente que la campaña de Gaza fue una mera prueba de acciones futuras.

Todos sabemos cómo acaba la historia.

Notas:

* N. de la t.: Tweedeldee y Tweedeldum son dos personajes gemelos del libro de Lewis Carroll Alicia a través del espejo.

** N. de la t.: Blitzkreig es un término alemán que significa «guerra relámpago» y que forjaron los nazis pensando que con ese tipo de ataque conquistarían rápidamente Europa y la Unión Soviética.

*** N. de la t.: Santiago Alba Rico, «Israel es el peligro», http://www.diagonalperiodico.net/Israel-es-el-peligro.html?id_mot=44

**** N de la t.: Ubermenschen y untermenschen son términos alemanes que significan respectivamente «sobrehumanos» e «infrahumanos», y la Kristallnacht es la llamada «Noche de los cristales rotos» del 9 al 10 de noviembre de 1938.

Fuente: http://www.palestine-info.co.uk/en/default.aspx?xyz=U6Qq7k%2bcOd87MDI46m9rUxJEpMO%2bi1s7B7Ri9xuppYc%2fNcyNs77ThJtTd5xR7E87%2fMObcgGR586qcygsHl1F6pQ6molpY1o2BF%2b3WzbXv6Za7xYVUVHnETjVfzyRg0IOeX7k93OV7r8%3d