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Premio Nobel de la Guerra

Fuentes: Nueva Tribuna / Público

Pocas cosas asustan tanto como buscar información de actualidad y darse de bruces con el titular: «Donald Trump, nominado al Nobel de la Paz».

Pocas cosas asustan tanto como buscar información de actualidad, en este caso en rt.com, y darse de bruces con el titular: «Donald Trump, nominado al Nobel de la Paz». Para colmo, el texto correspondiente no desmiente lo sugerido y asegura que los seguidores del partido han impulsado su candidatura porque consideran que el polémico empresario «promueve la paz» a través de sus discursos. Bien, no era un buen día pero, al menos (y también según rt.com), Trump ya había reconocido recientemente que se lleva «muy bien con Dios». Dos días después, Ana Pastor se expresaba así en elperiodico.com: «Trump. El de los insultos machistas (`cerdas, gordas, perras y animales desagradables´, como le recordó en un debate en directo la periodista de Fox Megyn Kelly), el que dice entre risas que podría llevar un arma por la Quinta Avenida de Nueva York «disparar y no perder votos», el que lanza ataques xenófobos contra los hispanos (`los mexicanos nos envían a través de la frontera gente que trae drogas, crimen y que son violadores´ o la idea de construir un muro de 3.000 kilómetros y lo pague México), el que anuncia que si gana prohibirá la entrada de musulmanes en territorio de Estados Unidos. Vamos… lo que viene siendo un hombre de paz y concordia».

 «¿Puede Donald Trump ganar el Nobel de la Paz?», se preguntaba abc.es el día 7: «La lista detallada no se conoce hasta que han pasado 50 años. Gracias a esta publicación tardía se han conocido las propuestas de Adolf Hitler, Josef Stalin o Benito Mussolini». Haciéndose eco de las informaciones de Reuters, el artículo reconocía que el «final del plazo de entrega para las candidaturas al Premio Nobel de la Paz ha desatado todo tipo de especulaciones en torno al nombre de la persona u organización que será reconocida con este prestigioso galardón a finales de año». Dos días más tarde, Fernando Rueda recuerda en la revista Tiempo que «Trump ha conseguido la atención de los medios de comunicación gracias a los mensajes duros que ha lanzado contra determinadas comunidades de Estados Unidos. Sin mirar a su pasado, la ha emprendido contra los inmigrantes. El empresario es nieto de un alemán y una escocesa que emigraron al país buscando la misma oportunidad que millones de personas que hoy habitan en el país». Por otro lado, sus «caprichos de rico también han estado a la orden del día en su campaña electoral. Los candidatos suelen viajar a los Estados y pasar varios días en ellos, aprovechando cada hora del día para vender sus mensajes. Él, por el contrario, no ha renunciado hasta ahora a regresar cada noche a Nueva York para poder dormir en su cama, en un lujoso piso de la Torre Trump en Manhattan».

«El desprecio que Donald Trump ha mostrado contra las mujeres -añade Rueda- habría hecho que cualquier otro candidato hubiera tenido que abandonar la campaña. Al poco de entrar en el cuadrilátero de combate, se despachó a gusto contra su principal rival demócrata: `Si Hillary Clinton no puede satisfacer a su marido, ¿cómo va a satisfacer a Estados Unidos?´».

Historia

Con los nervios a flor de piel, uno se pregunta: ¿tendrán éxito nuestros héroes y evitarán la tercera guerra mundial? «Para este año -persistía abc.es el día 7 haciendo referencia a Europa Press- ya se han hecho públicos los nombres de figuras polémicas como el magnate reconvertido a político Donald Trump, propuesto por promover una `vigorosa paz mediante una ideología de fortaleza´, o el excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) estadounidense Edward Snowden, asilado en Rusia tras filtrar documentación sobre los programas de cibervigilancia». A partir de entonces, vuelve a hablarse de paz o de algo parecido, pero el 8 de febrero, en larazon.es, Marta Torres recuerda: «Tras su inesperada derrota en Iowa, donde la mayoría de las encuestas le auguraban una holgada victoria los días previos, Trump está prácticamente obligado a ganar en Nuevo Hampshire, y a hacerlo por un amplio margen, si no quiere que el torbellino en el que se ha convertido su campaña se desvanezca». La periodista se refiere al acto del día anterior, donde «el senador de Texas Ted Cruz insistió en sus promesas de desmantelar la reforma sanitaria de Obama y construiría un muro en la frontera para frenar la inmigración». Y la esperanza de paz en este aguerrido mundo vuelve a desvanecerse…

Argemino Barro, desde Nueva York, el 9 de febrero para elconfidencial.com: «Los analistas consultados por El Confidencial explican parte del éxito sanderista por la atmósfera que define 2016 y que evidencia, también, el ascenso de Donald Trump y Ted Cruz en la derecha: el cansancio, la frustración del votante con la política tradicional». ¿Nos suena de algo? El Huffington Post del día 10 confirmaba el avance del implacable ejército de un solo hombre: «El multimillonario magnate Donald Trump se ha impuesto en las primarias republicanas en el estado de New Hampshire superando de manera holgada a su inmediato perseguidor y recuperándose del batacazo sufrido en los caucus de Iowa, donde quedó segundo pese a que las encuestas le otorgaban la victoria». Pero lo más intrigante era la primera reacción de la bestia: «`Hagamos a Estados Unidos grandioso de nuevo´, ha dicho Trump, que ha aprovechado su discurso para cargar contra el demócrata Bernie Sanders, ganador del lado demócrata. `Escuché parte del discurso de Bernie. Él quiere regalar nuestro país´, ha afirmado».

Soldados, a filas…

Fuente: http://www.nuevatribuna.es/articulo/mundo/premio-nobel-guerra/20160216115238125445.html