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President, posi les urnes! ¡Presidente, ponga las urnas!

Fuentes: Rebelión

No me he confundido, no me he transformado, durante unos minutos, en Carme Forcadell. Lejos, muy lejos de ello. No se preocupen. La llamada a las urnas es una propuesta, bastante sencilla y sin grandes complicaciones, para salir del lío al que nos han llevado. ¿No hablan ellos, los secesionistas, de urnas y democracia? Pues […]

No me he confundido, no me he transformado, durante unos minutos, en Carme Forcadell. Lejos, muy lejos de ello. No se preocupen.

La llamada a las urnas es una propuesta, bastante sencilla y sin grandes complicaciones, para salir del lío al que nos han llevado. ¿No hablan ellos, los secesionistas, de urnas y democracia? Pues venga, adelante, de urnas y democracia hablemos.

La CUP reconoció el 27S que el secesionismo había perdido la partida de la destrucción del demos común por el momento. Luego no se ha acordado. ¡Lástima!

Los de «Junts pel sí» (o los del 3%), que también perdieron su apuesta, no tenían en su programa nada que tuviera que ver con referéndums. En 18 meses, se iba a construir un nuevo muro-Estado, para dividirnos en .Cat y para separarnos del resto de compañeras (y compañeros) con las que estamos unidos por mil lazos, diez mil relaciones y cien mil nombres. Doy cuatro de ellos a título de ejmplo: Mercè Rodoreda, Montserrat Roig, Gloria Fuertes y María Teresa León.

El resto de fuerzas políticas que se presentaron a las elecciones del 27A no quisieron jugar al juego plebiscitario en el que el secesionismo, realmente existente, quiso situarnos a todos. Consiguiéndolo a medias… pero perdiendo al fin y al cabo.

Luego, por tanto, más allá de cualquier otra consideración (y hay muchas) no hay condiciones democráticas de posibilidad para ningún referéndum. Es un invento, una pantalla superada retomada, de las fuerzas gubernamentales con el apoyo de una fuerza que se dice transformadora y que está a favor de la construcción de los Países Catalanes, defendiendo para ello un muro-Estado que separe Cataluña del País Valencià o de les Illes. Lo nunca visto. Un absurdo entre metafísico y teológico con mucha jerga político-revolucionaria.

¿Cómo salir de entonces? Con nuevas elecciones anticipadas. No hay otra en el horizonte razonable. Y van… muchas, muchas en muy pocos años. Pero mejor eso, la absurda reiteración de lo ya visto, que el disparate, la división, el choque de trenes o la inactividad.

Así, pues, por unas nuevas elecciones en .Cat, elecciones autonómicas, no plebiscitarias (que de hecho no existen), donde, con la máxima claridad, cada fuerza diga y exprese lo que mejor considere. La ciudadanía hablará. Y valdrá la pena oír lo que dice, lo que todas decimos.

Por mi parte yo no estaré a favor de ninguna construcción de nuevos muros-Estados. No he perdido aún lo esencial de los valores de la izquierda de los que hablaba Josep Maria Fradera en un artículo que les recomiendo (y que suscribo casi en su totalidad). Aún más y aunque no toque, si alguna fuerzas apuntan de pasada a la conveniencia de pensar en un futuro, más o menos cercano, en la superación del muro-Estado que nos separa de las amigas portugueses para confluir, todas juntas y en pie de igualdad, en una República ibérica y federal (y de paso feminista), me apuntaré a esa opción.

¿A qué no está nada mal eso se soñar con melodías, esperanzas, utopías reales y letras ibéricas? ¿Quién de nosotras no ama Lisboa? ¿Quién de nosotras no admira la situación política y la lección de convivencia hasta el momento de la izquierda de ese país, tan próximo, tan cercano, tan fraternal, tan nuestro también?

¿Quién no recuerda la revolución de los claveles y el «Grândola, vila morera»? Ahí va. Se la dejo cantada por Amália Rodrigues y con subtítulos en castellano: https://www.youtube.com/watch?v=mb9YCeQ1CCA

Me he ido de tema: president, posi les urnes; president, posi les urnes!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.