Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Germán Leyens
- «El presidente George W. Bush mintió al pueblo de esta nación, distorsionó la verdad, declaró la guerra contra una nación que no nos había atacado… puso en peligro a los hijos e hijas de USA… y destruyó las vidas de decenas de miles de mujeres y niños [iraquíes] que no tenían nada que ver con ella. Fue un acto de terror.»
Harry Belafonte, Amsterdam News, 25 de enero de 2006, Página 1, 30
Harry Belafonte hizo más que decir la verdad a un presidente que mintió para justificar una invasión que ha costado las vidas de más de 2.000 usamericanos y de decenas de miles de iraquíes. Continuó una honrosa tradición afro-usamericana que Frederick Douglass inició en 1848.
Frederick Douglass condenó a la administración del presidente Polk por «ambición abusadora, agresión atroz y asesinato generalizado de un pueblo inofensivo» en «una guerra oprobiosa, cruel, e inmoral,» y exigió «la inmediata retirada de las fuerzas de USA de México.» El presidente Polk mintió para justificar una invasión usamericana que se apropió de tierras que iban de Texas a California para nuevos estados esclavistas. «No me importaría si mañana oigo que han muerto todos los que se involucraron en esa guerra sangrienta,» dijo Douglass. (El congresista Abraham Lincoln también vituperó a Polk por ordenar una invasión de un vecino inocente basada en una mentira.)
Durante la guerra española-usamericana de 1898, otro conflicto basado en una mentira, la luchadora contra los linchamientos Ida B. Wells instó a su pueblo a oponerse a todas las acciones en ultramar hasta que los ciudadanos negros en el país estuvieran a salvo de linchamientos. Lewis Douglass, héroe de la Guerra Civil e hijo de Frederick Douglass, dijo que la invasión de las Filipinas por la administración McKinley causaría «odio racial y crueldad, bárbaros linchamientos y gran injusticia a la gente de color.» El obispo de la Iglesia Metodista Episcopaliana Africana de USA Henry M. Turner no sólo denunció la ocupación, sino se horrorizó porque 6.000 soldados negros fueron enviados «a subyugar a un pueblo de su propio color. Me cuesta no decir que espero que los filipinos barran a tales soldados de la faz de la tierra.»
Los soldados negros usamericanos estaban divididos. Un soldado acusó a su país de realizar «un gigantesco sistema de robo y opresión» y otro admitió: «Esta gente tiene razón y nosotros estamos equivocados, terriblemente equivocados.» Veinte soldados usamericanos, incluyendo a 12 afro-usamericanos, desertaron de USA y se pasaron al general filipino Emilio Aguinaldo y a sus combatientes por la libertad.
En 1951, durante el Guerra de Corea, Paul Robeson se opuso a que USA ayudara «a una corrupta camarilla de políticos [en Corea del Sur].» «Si no detenemos hoy nuestra aventura armada en Corea,» advirtió, «mañana será África.» W.E.B. Du Bois consideró la guerra «la culminación de una política malvada y vergonzosa… que nuestro gobierno ha realizado implacablemente frente a los pueblos coloniales del mundo.» Agentes del gobierno acosaron a Robeson y a Du Bois, y el Departamento de Estado confiscó sus pasaportes. Du Bois, que había fundado un Centro de Información por la Paz a fin de circular el «Llamado de Estocolmo por la Paz» exigiendo una prohibición de las armas nucleares, fue arrestado y juzgado como agente extranjero. Después de que Du Bois ganara en el tribunal, declaró ante una manifestación en Madison Square Garden: «Estamos vendiéndole libertad al mundo… y lanzando la muerte contra todos el que se niega a utilizarla.»
Los afro-usamericanos fueron una parte vital de las masivas protestas que ayudaron a terminar la Guerra de Vietnam. En 1965, la primera organización que denunció la guerra fue el Freedom Democratic Party de McComb, Mississippi, dirigido por negros, Stokely Carmichael y el doctor Martin Luther King, Jr. condujeron una inmensa marcha por la paz a Naciones Unidas, donde Carmichael dirigió la consigna: «¡Al diablo, no iremos!» King llamó a Usamérica «El mayor abastecedor de violencia en el mundo de hoy» e instó a los jóvenes a evitar la conscripción. Cuando al campeón de peso pesado del mundo, Muhammad Ali, lo despojaron de su título porque se negó a presentarse al servicio militar, no guardó silencio: «No, no voy a ir viajar diez mil millas para ayudar a asesinar y matar y a quemar a otra gente sólo para ayudar a continuar la dominación de negreros blancos sobre la gente de color del mundo.»
Harry Belafonte ha elevado a nuevas alturas una honrosa, patriótica tradición usamericana y afro-usamericana – la oposición a un presidente que sacrifica jóvenes vidas usamericanas en el curso de la promoción y la justificación de guerras de agresión.
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William Loren Katz es autor de «Black Indians: A Hidden Heritage». Su nueva edición revisada de «THE BLACK WEST «[Harlem Moon/Random House, 2005] también incluye información sobre la ocupación de las Filipinas, y puede encontrarse ahora en las librerías. Para contactos, su sitio en la Red: www.williamlkatz.com
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http://www.counterpunch.org/katz01232006.html
Traducido del inglés al castellano por Germán Leyens, miembro de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística ([email protected]). Esta traducción es copyleft. «