El ejemplo de las protestas populares que tuvieron como resultado la caída del gobierno de Mubarak en Egipto, al igual que otras que se desarrollan en la actualidad en el mundo árabe ha tenido su repercusión en Estados Unidos. En el llamado «país de la abundancia» la situación social y económica ha llevado a un […]
El ejemplo de las protestas populares que tuvieron como resultado la caída del gobierno de Mubarak en Egipto, al igual que otras que se desarrollan en la actualidad en el mundo árabe ha tenido su repercusión en Estados Unidos.
En el llamado «país de la abundancia» la situación social y económica ha llevado a un número apreciable de ciudadanos a niveles de vida por debajo de la «línea de pobreza», establecida por las propias autoridades gubernamentales.
Algunos estados, debido a las dificultades económicas en que se encuentran, han comenzado a buscar fórmulas que permitan a los gobiernos estaduales continuar funcionando. Estas fórmulas tienen distintas variables.
La fórmula de Wisconsin está fundamentada en disminuir las prestaciones sociales y los derechos de los empleados del propio gobierno. No se les ha ocurrido afectar a los grandes intereses económicos del estado con medidas que el federalismo estadounidense permite, como es la creación de impuestos estatales y otras que afectaría a los ricos para beneficiar a los pobres. Eso sería comunismo.
La respuesta de los empleados gubernamentales no se hizo esperar, más de 70,000 personas han estado protestando en las calles, dentro del capitolio estatal y otra serie de lugares. El gobernador republicano Scott Walker ha presentado una propuesta que despojaría a casi todos los trabajadores públicos, desde los bibliotecarios hasta los barrenderos, del derecho de negociar colectivamente prestaciones o condiciones laborales. Walker ha dicho que la iniciativa ayudaría a reducir un déficit previsto de 3.600 millones de dólares en el presupuesto 2011-2013.
La llama prendió la pradera. Otros estados como Indiana, Ohio, Idaho, New Jersey y La Florida comienzan a seguir el ejemplo del gobernador Walker y como es natural, también siguen el ejemplo de Wisconsin los empleados públicos y otros sectores de los estados antes mencionados. La gente comienza a organizarse para luchar por sus derechos, para demostrar el poder que tiene el pueblo y los políticos se muestran nerviosos ante esta demostración de insurgencia.
La protestaron el sábado 27, frente al Congreso de Madison, Wisconsin, de más de 70,000 personas no puede considerarse un hecho aislado. Ese propio día salieron a las calles en distintas ciudades de Estados Unidos, desde Nueva York hasta Los Ángeles, miles de estadounidenses que apoyaban la lucha en Wisconsin, mantenida por más de veinte días, demostrando que también estaban dispuestos a luchar por sus derechos cuando les tocara el turno.
Se realizaron concentraciones multitudinarias en Colombus, Ohio, en Topeka, Kansas, en Harrisburg, Pensilvania y en Olimpia, Washington.
De acuerdo con las informaciones recibidas, el total de persona en estas concentraciones era mayor de 160,000 personas, a lo que pudiéramos sumar los 70,000 de Madison y los cerca de 80,000 manifestando en distintas ciudades. En total 310,000 personas protestando el mismo día.
De acuerdo con los presupuestos que apruebe el Congreso esta protesta tiene posibilidades de crecer y convertirse en una situación de carácter nacional. Debe tomarse en consideración que Estados Unidos gasta, solamente en la guerra que lleva a cabo en Afganistán, 2,000 millones de dólares semanales, cerca de 104,000 millones anuales.
Se están preocupando mucho por lo que sucede en Afganistán mientras que abandonan a su propio país. Según informe reciente publicado por el Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, el déficit presupuestario proyectado para el 2012 por 45 estados, incluyendo el distrito de Columbia (Washington, la capital del país), asciende a 125,000 millones de dólares. ¡Qué casualidad! Prácticamente la misma cifra. Veremos si un estadounidense inteligente se da cuenta de esto.
Mientras tanto las protestas siguen aumentando al igual que la cantidad de personas que participan en las mismas. Se proyecta una concentración multitudinaria que aspiran llegue a medio millón de personas, integrada por residentes de varios estados, la cual se convocará en un lugar de Washington, D.C que han comenzado a llamar la «Plaza Tahir»
Entre las iniciativas propuestas está la de pedir a los egipcios los carteles que utilizaron en sus protestas. La idea es utilizar donde este escrito MUBARAK, tachar las dos primeras letras y dejar solamente BARAK.