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Qué pasa cuando la ocupación es el consenso

Fuentes: +972mag

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Una importante universidad israelí revoca un premio otorgado a Rompiendo el Silencio alegando que su trabajo de oposición a la ocupación «no es parte del consenso nacional». ¿Qué dice eso acerca de Israel como nación?

  

 Yehuda Shaul, del grupo activista israelí Rompiendo el Silencio conduce a un grupo de turistas en la calle Shuhada en la ciudad cisjordana de Hebrón, 7 de marzo de 2014. (Foto: Ryan Rodrick Beiler / Activestills.org)

 

Esta semana fue denegado el Premio Berelson para la comprensión entre judíos y árabes de la Universidad Ben-Gurion, dotado con 20.000 NIS 20.000 (5.100 dólares), que otorga anualmente el departamento de estudios de Oriente Medio de la universidad desde hace un cuarto de siglo a Rompiendo el Silencio, una organización de exsoldados del ejército israelí que se oponen a la ocupación de los palestinos por parte de Israel.

Sin embargo la rectora de la universidad, la profesora Rivka Carmi, decidió hacer caso omiso de la decisión y vetó el premio a Rompiendo el Silencio. La razón citada por la universidad es que la organización, que publica testimonios de soldados sobre su servicio militar en los territorios ocupados, es «una organización que no es del consenso nacional y dándole el premio es susceptible de ser interpretado como una apariencia de sesgo político».

Como señaló Haaretz, los destinatarios del premio en los últimos años han «incluido al dramaturgo egipcio Ali Salem; al poeta palestino en Israel, Siham Daoud; al Círculo de Padres – Foro de Familias, una organización de familias israelíes y palestinas en duelo; a Médicos por los Derechos Humanos; a una escuela bilingüe en la Galilea; a Sikkuy, la Asociación para el Avance de la Igualdad Cívica; y a la Editorial Andalus. «Teniendo en cuenta esta lista, Rompiendo el Silencio no constituye mayor «sesgo político» que la mayoría de los otros premiados.

La decisión de Carmi de alejarse deliberadamente de esa ruta y revocar el premio es rara y digna de mención, sobre todo porque se considera que es una librepensadora y defensora de la libertad académica que se tomó el derecho de oponerse a esos valores. Se trata de la misma universidad y la misma presidenta que han sido blanco de ataques por parte del grupo de extrema derecha Im Tirtzu, que en 2010 amenazaron con fomentar el boicot de los donantes de la universidad sobre lo que consideró la «inclinación anti sionista» de su la política del departamento gubernamental.

En ese momento Carmi salió resueltamente contra Im Tirzu, convirtiéndose en una voz prominente en Israel que aboga por la libertad académica. En un artículo de opinión del año 2013 escribió «un Israel fuerte es en el cual la opinión de cada uno se puede escuchar sin miedo, aunque sólo sea para ayudarnos a aprender a expresar por qué no estamos de acuerdo». Esta es también la misma universidad que alberga a profesores como Oren Yitachel y Neve Gordon, cuyos trabajos dentro y fuera del aula destacan las violaciones de Israel a los derechos humanos y se oponen directamente a la ocupación israelí. Gordon incluso ha salido en apoyo de un boicot internacional a Israel.

Seguramente Carmi está preocupada por mantener y hacer crecer la base de donantes de la universidad y tratando de encontrar un equilibrio entre la libertad y la supervivencia académica en un clima cada vez más intolerante. En estos días la concesión de un premio a Rompiendo el Silencio es equivalente a traición y una provocación que atrae una atención no deseada.

En mayo pasado, por ejemplo, un prominente donante británico y miembro de Junta de la universidad, Michael Gross, retuvo una donación de 1 millón de dólares porque se había invitado a Rompiendo el Silencio a participar en un panel en la universidad. La mayoría de los donantes de la institución son de centro derecha o derecha, según un profesor de la Universidad que pidió no ser identificado. Por otra parte, el profesor dijo a +972 Magazine que la administración de la universidad desalienta a los profesores a criticar la ocupación y al Gobierno y que hay una política oficial de que los profesores que escriben artículos de opinión no pueden nombrar a la universidad Ben-Gurion como su empleador. Sin embargo el profesor añadió que no hubo amenazas de donantes conocidos contra la universidad por la concesión del premio a Rompiendo el Silencio.

Boicotear al boicoteador  

Cuando el ejército israelí autorizó una universidad en el asentamiento cisjordano de Ariel como octava universidad de Israel en 2012, Carmi encabezó el Consejo de Rectores de las Universidades Israelíes que se oponían a la medida. Sin embargo, una vez que Ariel se convirtió oficialmente en una universidad y un grupo de académicos de israelíes llamó a un boicot de la institución, Carmi salió vehementemente en contra de boicot en cualquiera de sus formas:

«Condenamos el boicot dónde sea y cuándo sea, por instituciones fuera de Israel, por las instituciones israelíes, contra las instituciones israelíes o no israelíes, por organizaciones y por individuos. No creemos que haya diferentes tipos de boicot. Un boicot es un boicot y estamos en contra… Se puede estar en contra de la ocupación de los territorios, pero el boicot es totalmente inaceptable».

Parece que se ha pegado un tiro en el pie con la decisión de cancelar el premio a Rompiendo el Silencio. Esto no sólo socava la independencia y la libertad académica de la universidad, estableciendo un precedente peligroso para futuras restricciones y el silenciamiento de quienes se oponen a las políticas de Israel, sino que también constituye eficazmente un boicot a Rompiendo el Silencio, algo que ella misma ha rechazado categóricamente. Carmi ha impulsado -tal vez involuntariamente- la legitimidad del boicot, en general, como una herramienta. Y el boicot académico, en particular, aprobándolo ella misma con el fin de mantener a flote su institución.

Señalo todo esto no como una acusación contra Carmi, aunque de hecho ella es responsable de esta decisión terrible, porque se establece un precedente para el silenciamiento de los más críticos dentro y fuera del mundo académico. Esta decisión es especialmente significativa debido a la identidad de la persona que pone a Rompiendo el Silencio en su punto de mira en esta ocasión. Sin duda no es sorprendente que los políticos de derecha, colonos o grupos de defensa ataquen, injurien o deslegitimen Rompiendo el Silencio, ¿pero el presidente de una universidad que representa la libertad académica y el pensamiento independiente?

Este es un indicador de hasta dónde han llegado las cosas. Cuando Carmi decide que Rompiendo el Silencio se encuentra fuera del consenso nacional está tomando la decisión de estar junto a los silenciadores, con los opresores. Como abogado de derechos humanos Michael Sfard (que también es el asesor legal de Rompiendo el Silencio) escribió en su página de Facebook en respuesta a su decisión: «por apaciguar a las fuerzas del ‘consenso’ de Israel que niegan a todo el pueblo palestino sus derechos, usted también asume responsabilidad por la ocupación. Hoy hay que elegir, o se está con los demócratas o se está con los fascistas».

Todo esto demuestra que incluso los israelíes educados que abogan por las libertades civiles y ponen de relieve la importancia de la libertad de expresión, que están en contra de los asentamientos y en contra de la ocupación, que apoyan una solución de dos estados, que creen en los derechos humanos y que pueden incluso identificarse como de «izquierda», incluso ellos pueden ser parte del problema, parte del «consenso», parte del statu quo que mantiene y perpetúa injusticias y violaciones de los derechos civiles y humanos.

En el clima actual, cuando se ven obligados a elegir entre lo que es justo y recto y su propia supervivencia y la comodidad, la elección de esto último sólo va a exacerbar el problema. Al declarar que oponerse a la ocupación está «fuera del consenso israelí», Carmi está ayudando a consolidar la idea de que la ocupación es en sí misma el consenso israelí.

Fuente: http://972mag.com/what-it-means-when-occupation-is-the-consensus/120265/

 

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción.