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La salud en África

¿Quién es responsable de la crisis?

Fuentes: Revista Pueblos

Los sistemas de salud del continente están plagados de políticas y estrategias inadecuadas, de falta de capacidad institucional, de insuficientes mecanismos científicos de control y de escasez de fondos para la investigación en los sectores públicos y privados, declara Luís Sambo, el director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en África. Lo […]

Los sistemas de salud del continente están plagados de políticas y estrategias inadecuadas, de falta de capacidad institucional, de insuficientes mecanismos científicos de control y de escasez de fondos para la investigación en los sectores públicos y privados, declara Luís Sambo, el director regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en África.

Lo que hace que las cosas estén aún peor es la «crisis de recursos humanos a lo largo de todo el continente, basada en la falta de formación del personal, en la insuficiente capacidad y en la emigración de profesionales de la salud cualificados», explica Sambo, añadiendo que «entre las deficiencias también se encuentran el limitado acceso a la tecnología, en especial a las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), y la insuficiencia de las instalaciones».

Sambo informaba de todos estos hechos en el Foro Ministerial Global de la OMS para la Investigación en Salud, que se celebra en Bamako, Mali, durante el mes de Noviembre.

Los expertos africanos en salud están generalmente de acuerdo con Sambo en que los sistemas de salud del continente se enfrentan a muchos retos, pero muchos de ellos piensan también que la situación no proviene de la «falta de conocimientos», como lo ha expresado Sambo, sino del control que ejercen las instituciones internacionales, como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI), sobre las políticas nacionales de los países más empobrecidos.

Las Instituciones Financieras Internacionales – no los gobiernos africanos – son las responsables de la crisis de la salud en el continente, ya que han sido las que han minado la salud en África a través de las políticas que han impuesto durante las pasadas dos décadas, declara Peter Ndemere, Secretario Ejecutivo del Consejo Nacional de Uganda para la Ciencia y la Tecnología.

«No es la falta de conocimientos. Los gobiernos africanos están luchando para implementar sistemas de salud sostenibles pero se enfrentan a la falta de recursos porque sus políticas internas han sido impuestas por organizaciones internacionales como el Banco Mundial o la OMS», añade.

El Banco Mundial y el FMI han utilizado la gran dependencia que tienen de sus préstamos los países africanos empobrecidos y endeudados para influenciar en sus políticas económicas, empujando a los gobiernos africanos hacia una mayor integración económica en los mercados internacionales a costa de los servicios sociales y de prioridades de desarrollo a largo plazo. «La dependencia ha crecido más allá de niveles razonables y se ha vuelto inaceptable», dice Ndemere.

Si África quiere superar sus problemas de salud, los políticos del continente deben recuperar el control sobre las prioridades nacionales y las políticas de salud. El Banco Mundial, en vez de realizar préstamos sujetos a su propia política económica, debería prestar dinero basándose en un proceso de consulta específico para cada país receptor.

«La OMS y el Banco Mundial deberían averiguar a través de los diferentes gobiernos cuáles son las necesidades de cada uno de sus países y entablar negociaciones que se desarrollen en torno a las mismas», afirma Ndemere. «Necesitamos perspectivas nacionales en vez de soluciones globales para cada problema. Tiene que haber un cambio de paradigma. Si no, los sistemas de salud acabarán derrumbándose.»

Sambo, sin embargo, insiste en que los sistemas de salud se están desmoronando porque no integran las últimas investigaciones en materia sanitaria. «Vemos que se está dando un uso limitado de los resultados de las investigaciones actuales en la toma de decisiones [en materia de políticas de salud a través de todo el continente], incluso cuando es posible», declara Sambo. «Necesitamos apoyar la traslación de los resultados de las investigaciones en acciones concretas [para mejorar los sistemas de salud].»

«Dar respuesta a la demanda pública para la provisión de asistencia sanitaria universal es un indicador de buena gobernanza en cualquier país,» afirma haciendo referencia a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODMs), que la mayoría de los países africanos se han comprometido a cumplir antes del 2015. La protección social tiene también que estar incluida en las políticas de salud, según Sambo, ya que cuestiones sociales, como la pobreza, las malas condiciones de vivienda o la falta de empleo, contribuyen también a una salud deficiente y son indicadores de fracaso político.

Walter Erdeler, asistente del director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) declara: «No siempre es fácil cambiar de normas, pero simplemente tenemos que llegar a millones de personas para las que todavía la asistencia sanitaria es un lujo.»

Ok Pannenborg, consejero de salud del Banco Mundial también demanda «un apoyo más activo» para los sistemas de salud, especialmente en los países más empobrecidos, aunque no deja de criticar el hecho de que sólo se está prestando una atención marginal a aquellos sistemas de salud que se están desarrollando de una manera óptima y equitativa y que necesitan ser más efectivos.

«Lo que se ha venido haciendo hasta ahora, es decir, invertir primero en la lucha contra las enfermedades y sólo después en la reforma de los sistemas de salud no ha dado resultados satisfactorios,», dice Pannenborg, subrayando el hecho de que, particularmente en África, se necesitan mejores sistemas de salud si los países quieren luchar contra el VIH, la malaria o la tuberculosis.

Añade además que «África sigue teniendo unas pésimas condiciones sanitarias debido a las corruptas y mal diseñadas estructuras de salud, a la severa escasez de recursos humanos y a la falta de instalaciones sanitarias.» Puso como ejemplo el caso de Etiopía, donde el acceso a los servicios sanitarios es tan limitado como vivir en una ciudad de medio millón de personas con tan sólo 18 médicos disponibles.

La investigación puede jugar un rol importante para ayudar a entender los problemas que afectan a los sistemas de salud y para desarrollar nuevos modelos para la provisión de servicios sanitarios, dice Pannenborg, pero, será de poco uso al menos que «alguien traduzca los resultados en acción e innovación».

Sin embargo reconoce, que incluso con sistemas de salud que incluyan los más innovadores resultados en materia de investigación, los países africanos siguen luchando por implementar sus políticas debido a diversos obstáculos estructurales. «Se enfrentan a muchas dificultades, entre ellas la escasez de medios de transporte que entorpece el suministro a las áreas remotas, la falta de seguridad alimentaria, las pocas opciones que tienen los más desfavorecidos para acceder a buenos servicios de salud, la falta de viviendas adecuadas y la escasez de personal sanitario cualificado, por solo mencionar unos cuantos ejemplos.»

Los gobiernos tienen que tener en cuenta que la salud no es una cuestión aislada sino que confluye con muchas otras áreas como pueden ser las de transporte, empleo, pobreza, educación o seguridad alimentaria. «Por eso la cooperación entre diferentes ministerios dentro de un mismo país es tan importante», apunta Pannenborg, subrayando que los departamentos o ministerios no pueden trabajar aisladamente si pretenden desarrollar políticas de desarrollo sostenibles a largo plazo.

Otros expertos señalan el hecho de que no hay soluciones globales o únicas que se adecuen a todas las demandas nacionales en materia de salud. «No existe un molde universal», afirma Keizo Takemi del Centro Japonés para el Intercambio Internacional. «Es necesario que cada país invierta en la investigación de una política de salud adecuada y desarrolle un sistema nacional de buenas prácticas.»

Takemi subraya que es muy importante que cada gobierno adopte una perspectiva para el desarrollo de su sistema de salud basada en las propias necesidades de su población y con un enfoque comunitario. «Necesitamos posicionarnos al lado de los que formulan la demanda desde abajo y realizar todos los esfuerzos posibles para desarrollar una política que integre estas demandas desde arriba.»

África necesita «sistemas de salud enfocados en los más empobrecidos» declara Pannenborg. Los gobiernos tienen que implementar programas que específicamente faciliten la provisión de servicios de salud a los más desfavorecidos. También sugirió que los países africanos deberían invertir en monitorizar y evaluar los resultados de sus sistemas actuales de salud. «Se necesita averiguar qué es lo que funciona y lo que no para ser capaces de adoptar las estrategias más adecuadas para conseguir los mejores resultados».

Funete original: en Inter Press Service News Agency.

Traducido para Pueblos por Belén Cuadrado