(PL) La sucesión del fallecido juez de la Corte Suprema (CS) estadounidense Antonin Scalia está hoy en el centro del debate político en este país y es uno de los temas clave de la campaña para las presidenciales de noviembre. Scalia, quien murió de un infarto el sábado en la tarde, era la voz más […]
(PL) La sucesión del fallecido juez de la Corte Suprema (CS) estadounidense Antonin Scalia está hoy en el centro del debate político en este país y es uno de los temas clave de la campaña para las presidenciales de noviembre.
Scalia, quien murió de un infarto el sábado en la tarde, era la voz más conservadora dentro de dicha instancia judicial -integrada por nueve magistrados- y tras su fallecimiento se inició de inmediato una fuerte polémica en torno a su posible relevo, pues el liderazgo republicano en el Senado se niega a considerar cualquier propuesta del presidente Barack Obama para reemplazarlo.
Los principales asesores del mandatario intentan salvar lo que la agencia noticiosa estadounidense Asssociated Press denomina «nudo Gordiano» que incluye todo un enjambre de factores políticos, legales y personales, pues esta es una posibilidad única que el jefe de la Casa Blanca puede aprovechar para reconformar a su favor la estructura de la CS.
Esta es la primera oportunidad en muchos años para ponerla en correspondencia con lo que realmente piensa el pueblo estadounidense, pues hasta ahora dicha entidad no reflejó esos sentimientos, señaló el abogado Gregory Craig, exasesor legal del presidente William Clinton.
Para el diario The New York Times, el próximo choque en el Congreso sobre este tema radica en que Obama podrá establecer una clara mayoría liberal en la Corte, lo que cambiaría la dirección del pensamiento legal en una variedad de asuntos como el cambio climático, los derechos de los homosexuales, el control de armas y el financiamiento de las campañas electorales, entre otros temas.
Quizás sea por eso que algunos expertos esperan que los republicanos se mantengan firmes en su decisión de no valorar en el Senado ninguna propuesta para relevar a Scalia, y que en particular el líder de la mayoría republicana Mitch McConnell y otras figuras del partido rojo en la Cámara alta serán «implacables» en este asunto.
Entretanto, los legisladores del partido azul coinciden en que la nominación la debe hacer el gobernante y para eso argumentan que la CS debe funcionar sin interrupciones para cumplir sus prerrogativas y no dejar un vacío.
Sería una abdicación vergonzosa y un hecho sin precedentes en la historia que la Corte pase un año con un puesto vacante, incumpliendo así una de las más importantes responsabilidades constitucionales de la Cámara alta, señaló por su parte el legislador Harry Reid, líder de la minoría demócrata senatorial.
En la campaña para las presidenciales de noviembre, el tema es uno de los más debatidos y en el campo demócrata la exsecretaria de Estado Hillary Clinton dijo que bloquear la nominación está «totalmente fuera de sintonía con nuestra historia y nuestros principios constitucionales». Con algunas diferencias de matices, el grueso de los candidatos del partido rojo están en línea con la posición del liderazgo de esa agrupación política, en rechazo al nombramiento de un relevo de Scalia por parte del jefe de la Oficina Oval.
En la lista de posibles candidatos de Obama para relevar a Scalia están Merrick Garland, juez del Distrito de Columbia; Sri Srinivasan, quien nació en la India y creció en Kansas, y sería el primer ciudadano oriundo de esa nación asiática en integrar la CS; Paul Watford, exfiscal federal, un afroamericano.
Se especula además de que podría ser la jueza Patricia Millet, de 52, exfuncionaria del Departamento de Justicia e integrante de la Corte de Apelaciones de Washington desde 2013; también se menciona al secretario de Seguridad Interior Jeh Johnson como potencial candidato; además de las senadoras republicanas Cory Booker y Amy Klobuchar.
Uno de los asuntos claves es que la muerte de Scalia tendrá un impacto significativo en las decisiones de casos claves pendientes en la CS, entre otros se mencionan los alivios migratorios que aprobó el jefe de la Casa Blanca en 2015 para posponer la deportación de unos cinco millones de indocumentados que viven en Estados Unidos.
De cualquier manera, la furia desatada en el ambiente político de Washington, pocos minutos después del anuncio de la muerte de Scalia, sobre su posible relevo, demuestra la importancia que para demócratas y republicanos adquiere la composición de la Corte, elemento clave para el futuro inmediato del país.