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Renace opción socialista en Estados Unidos

Fuentes: Diario ¡Por esto! (Mérida)

El fracaso electoral de los partidos de la centro-izquierda y del centro en Europa y Norteamérica ha provocado un tímido giro hacia la izquierda en la política estadounidense y está incentivando un modesto renacimiento de la opción «socialista». Con la marginación del Partido Socialdemócrata de Alemania, el Partido Socialista de Francia y el Partido Demócrata […]

El fracaso electoral de los partidos de la centro-izquierda y del centro en Europa y Norteamérica ha provocado un tímido giro hacia la izquierda en la política estadounidense y está incentivando un modesto renacimiento de la opción «socialista».

Con la marginación del Partido Socialdemócrata de Alemania, el Partido Socialista de Francia y el Partido Demócrata de Italia por parte de los votantes enojados por el giro a la derecha de sus partidos, era inevitable que algunos de los líderes de esas formaciones políticas proyectaran una nueva orientación, un tanto más hacia la izquierda, que aún está por verse si la implementarán. En consonancia con ese sentimiento, el Partido Laborista del Reino Unido y el Partido Socialista de España han logrado avances populares basados en posiciones de izquierda que, en la mayoría de los casos, reproducen las fórmulas socialdemócratas de mediados del siglo XX.

Así lo analiza el acreditado periodista y escritor comunista estadounidense Greg Godels, en un enjundioso trabajo acerca de la situación por la que atraviesan hoy las organizaciones políticas de izquierda y progresistas en Estados Unidos.

En Estados Unidos, la reacción por la derrota de Hillary Clinton en las elecciones de 2016 generó una retórica más hacia la izquierda y el surgimiento de una facción socialdemócrata moderada importante dentro del Partido Demócrata de EEUU.

Impulsada por los enérgicos y juveniles «veteranos» de la campaña de Bernie Sanders llamados «sandernistas» – que se agrupan en torno a los socialistas demócratas de Estados Unidos-, la nueva izquierda del Partido Demócrata está tratando de transformar del viejo partido en tanto que los opositores de esta tendencia desde la izquierda, tanto dentro como fuera del Partido, los atacan recurriendo a todos los recursos posibles, dice Godels.

Esto, por supuesto, plantea la cuestión de adónde va la izquierda. En EEUU, el fracaso en asegurar raíces profundas para un movimiento socialista independiente, internacionalista, de principios y revolucionario -que no esté totalmente absorbido por la política electoral bipartidista-, significa que la política genuina de la izquierda deberá sufrir durante los próximos 17ó18 meses el circo electoral bipartidista, con resultado insatisfactorio garantizado. Las distracciones provocadas por la absurda RussiaGate, el juicio político, las guerras por Tuiter y los errores de algunas celebridades, hacen que el destino de los venezolanos, los iraníes, los palestinos y de muchos pobres y explotados estadounidenses seguirán en manos del enloquecido equipo de política exterior de Trump, un grupo del que la cúpula del Partido Demócrata se niega a sacudirse.

«Hemos encontrado una preocupante tendencia hacia la normalización de la connotación positiva del socialismo», afirmó con amargura la fundación Víctimas del Comunismo (VOC). Pero la mayoría de los estadounidenses entienden el socialismo de una manera muy distinta al concepto científico tradicional.

Según el estudio de VOC, solo un 9 % de los encuestados asocia la idea del socialismo con Karl Marx y Friedrich Engels. La referencia más popular es Sanders, seguido por los líderes del ala liberal del Partido Demócrata Barack Obama y Hillary Clinton y la política del New Deal puesta en marcha por Franklin D. Roosevelt durante la Gran Depresión.

Algunos estadounidenses denominan socialistas a los países desarrollados con una notable regulación económica oficial: Suecia, Canadá y Francia, incluso dejando atrás a naciones que declaran explícitamente su carácter socialista, como China, Vietnam, Cuba, Corea Democrática y Venezuela.

Por ahora, parece que Bernie Sanders tiene posibilidades de ganar la nominación y convertirse en el candidato presidencial del Partido Demócrata.

A diferencia de la situación de hace tres años, ahora Sanders tendría que competir con otros representantes del ala izquierda del Partido Demócrata que, pese a que no se definen como socialistas, comparten algunas de sus propuestas más progresistas, como Kamala Harris, Elizabeth Warren y Kirsten Gillibrand, que han apoyado la versión más completa del sistema de salud gratuito universal propuesto por Sanders. Juntos, sumarían un 19 % de los votantes en las primarias, según este sondeo.

Como las elecciones presidenciales de noviembre de 2020 serían probablemente las últimas para Sanders, quien tendrá entonces 79 años, se sospecha que su edad avanzada lo llevaría a nombrar como candidato a vicepresidente a una persona más joven y de género distinto a él. Cualquiera que sea la carrera electoral de Sanders, la propagación del escepticismo hacia el capitalismo dentro de la sociedad estadounidense resulta de la condición socioeconómica del país y tiene un carácter objetivo y positivo, opinan los expertos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.