Recomiendo:
0

Resistir ahora cuando aún es posible

Fuentes: Thruthdig

Traducido por Silvia Arana para Rebelión

El estado de seguridad y vigilancia no funciona ni con matices ni ambigüedades. Los millones de agentes, recolectores de información, miembros de inteligencia clandestinos, analistas y unidades armadas paramilitares viven en un mundo binario de opuestos, de buenos y malos, de blanco y negro, de contrarios y aliados. No hay nada en el medio. O estás a favor o estás en contra. Eres un patriota o un enemigo de la libertad. O apoyas la cruzada para erradicar a los malvados de la fase de la Tierra o eres un musulmán terrorista, un colaborador o un instrumento de los terroristas. Y ahora que ya hemos creado este monstruo, será difícil, quizás imposible, librarnos de él. Nuestras 16 agencias nacionales de inteligencia y ejército de contratistas privados se alimentan de la paranoia, el rumor, el avance rampante de sus carreras, demonizan la libre expresión con sentido crítico y las narrativas a menudo inventadas. Justifican su existencia y el consumo de vastos recursos gubernamentales transformando hasta lo banal y lo mundano en una amenaza potencial. Y cuando hayan logrado su cometido, la nación será un gulag .

Es por esto que es tan peligrosa el Acta de Autorización de la Defensa Nacional (National Defense Authorization Act, NDAA), contra la cual -junto con otros tres querellantes- presentaremos una demanda ante la Jueza Katherine B. Forrest en la Corte de Distritos de EE.UU., por el Distrito Sur de Nueva York este jueves. El acta, firmada por el Presidente Barack Obama el pasado 31 de diciembre, pone en manos de personas sin discernimiento del disenso legítimo el poder de usar el brazo militar para denegar el debido proceso a todos los catalogados como terroristas o simpatizantes de terroristas, para mantenerlos en detención militar indefinida. El lenguaje deliberadamente obtuso del NDAA, que define como «personas abarcadas» a aquellas que «apoyan sustancialmente» a Al-Qaeda, Talibán o «fuerzas asociadas», hace que todos los estadounidenses sean terroristas potenciales para el extenso aparato de seguridad nacional ( homeland security ). Y el testimonio de mis compañeros querellantes, que entienden que el NDAA no se refiere a ellos sino a nosotros , ilustra repetidamente esto.

Alexa O’Brien, una estratega de contenidos y diseñadora de información que fue la co-fundadora del Día de Ira de EE.UU. ( U.S. Day of Rage ), una organización creada con el fin de reformar el proceso electivo y liberarlo de las manos de las corporaciones, fue la primera querellante en tomar la palabra. Declaró que cuando Wikileaks hizo público 5 millones de e-mails de Stratfor, la empresa privada de seguridad que trabaja para el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. (U.S Department of Homeland Security, DHS), el Cuerpo de Marines y la Agencia de Inteligencia de Defensa, descubrió que la compañía estaba tratando de conectarla a ella y a su organización con musulmanes radicales, con sitios de la red y con la ideología de la jihad.

En agosto pasado hubo un intercambio de mensajes entre Fred Burton, el vicepresidente de Stratfor de la sección antiterrorista y seguridad corporativa y ex director de la división antiterrorista del Servicio de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado, y Thomas Kopecky, director de operaciones de Investigative Research Consultants Inc. y Fortis Protective Service LLC. En ese intercambio, filtrado el 27 de febrero por Wilikeaks, Kopecky escribió: «Estuve indagando sobre ese movimiento Día de la Ira de EE.UU. y específicamente tratando de conectarlo con cualquiera de los movimientos sauditas u otros fundamentalistas musulmanes. ¿Saben ustedes algo de esto -más allá de sus ideales sobre temas fiscales nacionales?».

Burton le contestó: «No, no sabemos de ninguna conexión concreta entre los movimientos fundamentalistas musulmanes y Día de la Ira o el movimiento de octubre de 2011 en este momento».

Pero eso cambió rápidamente. Stratfor, a través de otros que trabajaban en conjunto con el FBI, pronto establecieron una conexión entre el movimiento y Al-Qaeda y otros grupos terroristas.

A principios de septiembre, Día de la Ira de EE.UU., que apoyó el llamado del 17 de septiembre para ocupar Wall Street, recibió mensajes de Twitter acusándolos falsamente de estar afiliados a grupos terroristas. Estos mensajes provenían de Provide Security, una empresa privada de seguridad e inteligencia, que estaba dirigida por Thomas Ryan, quien trabaja para agencias militares y gubernamentales, y el Dr. Kevin Schatzle, ex agente antiterrorista del FBI, del Servicio Secreto y del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York, quien forma parte de la junta directiva de una empresa privada de inteligencia que vende tecnología para identificar e interrogar a sospechosos de terrorismo. El primero de septiembre el movimiento Día de la Ira de EE.UU. recibió tres mensajes de Twitter que decían:

«Ahora están realmente comprometidos con esto. Aparecieron musulmanes de un sitio de la Jihad de Afganistán…»

«Parecen pacíficos pero #Anonymous manchará su reputación y PRONTO! Están planeando atacar NYPD y bancos para #OccupyWallStreet con #RefRef.»

«Solo un adelanto. Miré sus videos de entrenamiento, ¿se dan cuenta de que la relación/infiltración de #Anonymous les causará MUCHOS problemas?»

El 14 de octubre de 2011, Ryan de Provide Security publicó un artículo -«El archivo de e-mail de #OccuppyWallStreet Movement» en el sitio web Andrew Breitbart Presents Big Government- vinculando el movimiento Día de la Ira con Al-Qaeda y otros grupos terroristas. Ryan dijo en el artículo que él había «reclutado a otra gente para ayudar con la recolección de datos» de sitios de medios sociales, incluyendo Día de la Ira. El artículo continúa diciendo:

«El 10 de agosto de 2011, el grupo de hackers «Anonymous» anunció que se uniría a las demostraciones de Occupy Wall Street. Eso despertó mi interés para monitorear #OccupyWallStreet.

Me contacté con un colega para preguntarle si estaría interesado en estudiar las protestas conmigo. Al principio, parecían desorganizados, y pensamos que solamente habría unos pocos cientos de activistas protestando.

A medida que nos adentramos en la vigilancia del crecimiento del movimiento, reclutamos a otras personas que nos ayudaran a recolectar la información disponible en las redes sociales. Comenzamos a diagramar cuáles eran los personajes clave, y a monitorear las acciones de Anonymous para organizar protestas en el sistema de transporte público en el área de la Bahía de San Francisco (#opBART) con el fin de detectar patrones de influencia clave.

Luego, a fines de agosto, un investigador nos alertó de que información sobre Día de la Ira (al que Occupy Wall Street está conectado) había aparecido en Shamuk y Al-Jihad, dos sitos de reclutamiento de Al-Qaeda. Comenzamos a tomar más en serio las protestas de «Occupy» y a dedicar más tiempo a la investigación y monitoreo.

Días después, Anonymous anunció que emitiría su nueva herramienta DDOS. A causa de los mensajes en sitios de Al-Qaeda, contactamos la oficina de Nueva York del FBI para que ellos investigaran la amenaza potencial. A partir de ese momento, decidimos que necesitábamos incluir a Elemento Humano de Inteligencia (HUMINT según sus siglas en inglés) e infiltrar a los activistas para diagramar sus vínculos con Anonymous y con los mensajes publicados en Shamuk y Al-Jihad.»

Aunque todo esto suene como delirios de una persona desequilibrada mentalmente, o quizás con sus facultades mentales debilitadas, fue suficiente para desencadenar una respuesta en las mentes torcidas de aquellos que trabajan desde las sombras de nuestro estado de seguridad y vigilancia. El director del programa federal de la compañía, quien había sido un interrogador y especialista en lenguas extranjeras, le dijo a O’Brien, quien en ese momento trabajaba como diseñadora de medios digitales para una empresa de eficiencia del comercio energético, que agentes del gobierno de EE.UU. le habían preguntado acerca de ella en repetidas oportunidades. Primero, la apartaron de varios proyectos, y luego la echaron del trabajo.

En este momento, el motor conspirativo, que da alimento a la máquina, está a todo vapor. El 11 de enero, una revista de seguridad de Australia publicó un artículo titulado «Islamismo radical: Influencia global en asuntos internos» vinculando el movimiento Día de la Ira con grupos islámicos radicales. En una parte dice:

«Recientemente observamos actividades similares a las de los grupos islámicos radicales en la planificación de Día de la Ira de EE.UU. que fuera programado para el 17 de septiembre de 2011. Mientras que este ciertamente no fue caracterizado por enfrentamientos violentos como los que ocurrieron en los motines de Gran Bretaña, presenta el mismo tipo de gente tratando de influenciar los procedimientos. Estos se comportaban con patrones de conducta similares grupales e individuales que observamos en aquellos tratando de manipular en CHOGM (siglas en inglés de Commonwealth Heads of Government). La mayoría promovía confrontaciones violentas, mientras que otros difundían propaganda de la Jihad, a nivel básico.»

Una de las querellantes en nuestra demanda judicial, Birgitta Jónsdóttir, una parlamentaria islandesa que abogó a favor de leyes de transparencia que permitirían que WikiLeaks funcione en Islandia y colabore en la producción de un video sobre el bombardeo de Bagdad de 2007 que causó la muerte de dos periodistas y otros nueve civiles, no se presentó ante el tribunal. La autora Naomi Wolf, que al igual que Cornel West ofrecieron su ayuda, Noam Chomsky, Daniel Ellsberg, y otros tres querellantes leyeron el afidávit de Birgitta Jónsdóttir ante el tribunal.

En enero de 2011 Birgitta Jónsdóttir, a pesar de no ser ciudadana de EE.UU. fue citada por el Departamento de Justicia de EE.UU. para que dé información «sobre todos sus mensajes de Twitter y otros desde el primero de noviembre de 2009». La información requerida, que ella se negó a proveer, incluía las direcciones de correo y la información sobre facturación, todos los registros de conexión y de sesiones, todas las direcciones IP usadas para acceder a Twitter y todas las direcciones conocidas de e-mail al igual que «todos los medios y fuentes de financiamiento», incluyendo registros bancarios y tarjetas de crédito. El Departamento de Justicia ordenó la entrega de los registros correspondientes desde el primero de noviembre hasta la fecha actual. El ministro de relaciones exteriores le aconsejó a Birgitta Jónsdóttir que no viajara a EE.UU. para la sesión de la corte del día jueves, por temor de que fuera detenida, especialmente después de que el Departamento de Justicia se negó a hacer una declaración por escrito garantizando que ella no sería detenida si se presentara en territorio estadounidense.

Quizás el intercambio más escalofriante fue el ocurrido entre los abogados del gobierno y la Jueza Forrest. La jueza, quien probablemente estaría a cargo de la sentencia en mayo, pidió repetidamente garantías de que los querellantes no estuvieran en riesgo de detención -bajo el NDAA. Los dos abogados gubernamentales se negaron a dar esta garantía. Ella le preguntó a Benjamín Torrance, Assistant Attorney (asistente del fiscal) , si el gobierno consideraría un libro en el que figura la oración «Apoyo las metas políticas de los talibanes» como prueba de proveer «apoyo material» a las «fuerzas asociadas».

Torrance no descartó dicha interpretación.

La jueza le preguntó: -¿Usted no puede decir que [dicho libro] que representa un discurso político no podría ser analizado bajo 1021 [sección de NDAA]?

-No podemos decir eso -contestó Torrance.

-Me está diciendo que ningún ciudadano de EE.UU. puede ser detenido bajo 1021? -preguntó Forrest.

-Ese no es un temor razonable -respondió el abogado gubernamental.

-Digamos que es razonable temer de que uno va a tener la mala suerte de ser detenido y llevado a juicio. ¿Qué significa «apoyo directo»? -preguntó ella.

-No hemos dicho nada acerca de eso -respondió Torrance.

-¿Qué piensa usted que significa? Déme un ejemplo de la distinción entre apoyo directo e indirecto. Déme un solo ejemplo.

-No tenemos una posición tomada al respecto -respondió él.

-Entonces, haga de cuenta que usted es un ciudadano estadounidense tratando de no violar esta ley. ¿Qué significa esta frase para usted? -dijo la Jueza.

-No puedo explicarlo. No tengo ningún ejemplo específico -respondió Torrance.

En la actualidad hay 1.271 agencias gubernamentales y 1.931 compañías privadas que trabajan en programas relacionados a contraterrorismo, seguridad e inteligencia nacional en alrededor de 10.000 localidades de EE.UU., según reportó el periódico The Washington Post en una serie de 2010 escrita por Dana Priest y William M. Arken. Los reporteros escribieron que hay 854.000 personas con salvoconducto de seguridad del más alto nivel de secreto, y que en Washington D.C. y el área circundante desde septiembre de 2011 se están construyendo o ya se han construido 33 complejos edilicios para trabajo de inteligencia de alto grado. El reportero investigativo James Bamford escribió en el último número de la revista Wired que la Agencia de Seguridad Nacional está construyendo el centro de espionaje más grande del país en Bluffdale, Utah, como parte de un programa de vigilancia secreto del NSA, cuyo nombre codificado es «Stellar Wind» (Viento Estelar). Bamford mencionó que la NSA estableció puestos de escucha a través de todo el país para recoger, guardar y examinar miles de millones de mensajes de e-mail y llamados telefónicos.

Si perdemos este caso, se le dará el poder a esa vasta red de agentes operativos y agencias -que investiga y demoniza a todo aquel que no es sumiso frente al estado corporativo- para que detenga a ciudadanos y los despoje de su derecho al debido proceso. Se permitirá que el estado de vigilancia y seguridad rotule como terrorista a todos los activistas y movimientos por la no-violencia, al igual que a los críticos sociales y políticos, que en la imaginación gubernamental puedan tener cualquier rastro de conexión con Al-Qaeda o «fuerzas asociadas». Si el Acta de Autorización de Defensa Nacional (NDAA) no es derogada, seremos sumidos en el despotismo, que nos dejará sin voz, que nos atrapará en el miedo y el terror, inseguros de hacer cualquier pequeño comentario, cualquier acción, porque podríamos ser malinterpretados, echados del trabajo o metidos en la cárcel. Ese es el futuro que nos aguarda. Y mejor será resistir ahora, cuando aún es posible.

Fuente: http://www.truthdig.com/report/page2/coming_to_a_gulag_near_you_20120402/