Recomiendo:
0

Saeed Siyam‏, mentiras y muerte en Gaza el 15 de enero

Fuentes: Rebelión

La muerte de Saeed Siyam, su hijo y su hermano, junto a otros miembros de la resistencia en Gaza, pone de manifiesto la atroz manipulación mediática que rodea la masacre sionista en Palestina y la delicada gestión de cobertura política que los mandos israelíes tienen que ejecutar para seguir sosteniendo la continuidad de los crímenes […]

La muerte de Saeed Siyam, su hijo y su hermano, junto a otros miembros de la resistencia en Gaza, pone de manifiesto la atroz manipulación mediática que rodea la masacre sionista en Palestina y la delicada gestión de cobertura política que los mandos israelíes tienen que ejecutar para seguir sosteniendo la continuidad de los crímenes de sus operaciones militares en la Franja.

Los dirigentes sionistas están fracasando en el frente propagandístico porque la ofensiva es de una diabólica complejidad y Gaza está abierta a la información, a pesar del bloqueo. Livni, Barak y Olmert deciden acciones sobre la marcha de las operaciones, no siempre de forma coordinada, mientras agotan el plazo concertado con el lobby sionista que rodea y atenaza a Obama para destruir y diezmar Gaza antes de la investidura presidencial norteamericana. Toda esta ceremonia infernal quedó patente el 15 de enero, cuando coincidieron, porque son hechos relacionados, los bombardeos de los almacenes de la UNRWA (United Nations Relief Works Agency), los hospitales y las oficinas de prensa en Gaza, la visita de Ban Ki-moon y la muerte teledirigida de Siyam.

La dirigencia sionista decidió matar a Siyam para tapar mediáticamente el escándalo de los bombardeos de los almacenes de ayuda humanitaria, tres hospitales y el centro de prensa. Estos bombardeos no fueron «errores», sino decisiones perfectamente encuadradas en la alocada carrera para diezmar Gaza y silenciar la verdad. La inteligencia israelí tenía localizado a Saeed Siyam y decidió matarlo cuando el gabinete Olmert juzgó conveniente hacerlo, ante el escándalo desatado internacionalmente por el bombardeo, con fósforo blanco, de la UNRWA. La prensa israelí había ya publicado una lista de objetivos en la que figuraba Siyam y el servicio secreto reconocía que hacía seguimiento de algunos líderes de Hamas a través de infiltrados, pendientes de recibir órdenes.

La destrucción de los hospitales y de las oficinas de prensa tenían el objetivo de acallar y amenazar las fuentes de información que tanto daño están haciendo al sionismo y a la imagen de Israel. En el curso de esta acción de guerra en Gaza se ha producido una novedad para el futuro: el papel activo de sensibilización e información desempeñado por el personal sanitario, representado por los médicos noruegos destacados en el hospital Al Shifa.

Los mandos y el gobierno se dieron cuenta tarde de que los hospitales estaban jugando un papel central como fuentes de información sobre los crímenes que se estaban cometiendo con la población. Así que comenzaron a amenazar diciendo que había «terroristas» de Hamas en sus dependencias, para a continuación bombardearlos para castigar y censurar a los informadores. Han sido estas fuentes sanitarias las que han revelado las atrocidades del uso de bombas de fósforo, de uranio y tungsteno contra la población de Gaza, que podrían conducir a los responsables sionistas a la Corte Penal Internacional de La Haya.

Los bombardeos de estos objetivos claramente civiles el 15 de enero son prueba del nerviosismo de los gobernantes y militares israelíes: se les desmorona su imagen internacional y, traspasado el límite de lo soportable, eso puede tener consecuencias políticas inciertas. En ese momento deciden bombardear pero, de nuevo, se ven presionados por la rápida publicidad de los acontecimientos en todas las portadas del mundo, así que ordenan matar a Saeed Siyam para pasar página, mientras Olmert se reúne con Ban Ki-moon.

Los nervios de los sionistas se manifiestan a través de la descoordinación de las respuestas gubernamentales a los sucesos. Ehud Barak habla de «gran error», Ehud Olmert «pide disculpas» a Ban Kimoon, pero miren qué dice el portavoz de su gobierno, Mark Regev, a la CNN. La cara de incredulidad del propio entrevistador y sus preguntas dejan en evidencia las mentiras descaradas que rodean los crímenes sionistas. También nos ofrece una idea gráfica de cómo se manipula a la población israelí, conduciéndola a una ciega radicalización fascista.

Mark Regev no pestañea al atribuir a Hamas el bombardeo de la UNRWA. No pestañea al afirmar que las bombas de fósforo utilizadas contra los almacenes pueden haber sido lanzadas por Hamas. Justifica el bombardeo de escuelas y hospitales, habla de que el ejército ha invadido Gaza poco menos que para proteger a los palestinos de sí mismos. Así es como actúa la maquinaria propagandística del sionismo, echándole arrestos a la bellaquería más mendaz y criminal, contra toda evidencia.

El lío de contradicciones conduce a la orden de matar a Saeed Siyam como salida apurada del entuerto. Pero esta orden también forma parte del mismo esquema militar que decidió los bombardeos y añade ribetes de auténtica locura a los episodios del día 15 de enero.

Porque la UNRWA, para los sionistas, ha sido, no ahora, sino siempre, un «nido de terroristas». La relación de la UNRWA con Hamas ha sido origen de las especulaciones sobre la utilización de Hamas por Israel contra Al Fatah en la época de Arafat. Esta relación ha existido de verdad, porque la acción social, sanitaria y educativa de los centros religiosos de Gaza coincidía en sus objetivos con los de la UNRWA, y se trabajaba de forma coordinada y a menudo conjunta para mejorar las condiciones de vida de los palestinos. Esa es la verdadera razón de que se relacione a miembros de Hamas con la organización humanitaria de Naciones Unidas en la Franja. Muchos trabajadores de la UNRWA eran militantes de Hamas. El gobierno israelí, al permitir a sabiendas que se desarrollara esta relación, suponía que minaba y dividía el apoyo a Arafat, y de ahí salió toda esa historia de espías de que Hamas era una marioneta del Mossad.

Y Saeed Siyam era una pieza destacada en esta relación, como los sionistas sabían perfectamente. Su muerte no es solamente un intento de escapar al escándalo del bombardeo de los almacenes de la UNRWA, sino que además se le elige a él, también, por su relación con la propia UNRWA. Pues el papel de Saeed Siyam en el depuesto gobierno de Hamas, organizando la defensa civil en Gaza contra la alianza colaboracionista y golpista de Mahmud Abbas con Ehud Olmert, no puede separarse de su historial como maestro en las escuelas creadas por la UNRWA y como dirigente del sindicato de trabajadores de enseñanza de la UNRWA. Saeed Siyam se formó como dinamizador de la resistencia Palestina bajo el paraguas de su labor como educador en la UNRWA. El plan sionista para Gaza frente al gobierno de Hamas, con apoyo de Mahmud Abbas, incluye crear un sistema educativo nuevo y desmantelar el de la UNRWA.

Es chocante que Ban Ki-moon haya ignorado que el ataque contra Siyam forma parte de la agresión contra Naciones Unidas en Palestina. Los medios occidentales anuncian el deceso de Saeed Siyam atribuyéndole la condición de «Ministro del Interior», como para aumentar el valor de la pieza cobrada, cuando la realidad es que ya no desempeñaba esa función. En el momento que matan a Saeed, él está intentando coordinar la atención a la población y la resistencia, y probablemente también está al tanto de las negociaciones para un alto el fuego. Pero hace mucho que ya no es ministro.

De todos modos, Saeed Siyam no es el «feroz radical» de Hamas que se nos ha presentado en el miserable sensacionalismo prosionista de la prensa occidental. Saeed Siyam era Ministro de Seguridad Interior y Acción Social. Sí, Acción Social. Es lógico conociendo su trayectoria en la UNRWA. Para entender su papel y comprender los antecedentes de la actual incursión militar en Gaza es encarecidamente recomendable leer el trabajo sobre La crisis interna palestina, de Nassar Ibrahim, Ahmad Jaradat y Sergio Yahni.

Siyam se propuso organizar una defensa civil de 6.000 agentes que garantizara la seguridad dentro de la Franja para normalizar la vida, en lo posible, en medio del bloqueo, la pobreza extrema y las provocaciones violentas. Fue él quien tuvo la responsabilidad directa de enfrentarse a la alianza Abbas-Olmert: Israel armó a Al Fatah dentro de Gaza, y Mahmud Abbas bloqueó las decisiones de Siyam con el fin de que la tenaza del bloqueo israelí deteriorase más y más la situación para hacer desistir a la población de su apoyo electoral a Hamas. Así es como se disparó de manera planificada la violencia en la Franja.

Saeed Syam fue quien impidió todas las maniobras de Abbas encaminadas, en colaboración con el sionismo, a dar un golpe de estado en Gaza asesinando a su presidente electo, Ismail Janiyeh. Fue un promotor de la refundación de la OLP y la reunificación de la resistencia, junto a militantes de todas las facciones, incluida Al Fatah. Como ministro y miembro de la dirigencia de Hamas, tuvo que gestionar los acuerdos árabes para impedir que los colaboracionistas de Al Fatah, auspiciados por Israel, condujeran a una guerra civil en Gaza. Él, como ministro, fue un destacado partidario del diálogo y el abandono de la violencia entre palestinos. Siyam fue un dique contra todas las maniobras de desestabilización, que buscaban derrocar al gobierno de Hamas y forzar a la población a retirar su respaldo electoral, a apoyar un estatuto de autonomía y a renunciar a un estado palestino.

Es precisamente por esto, por no renunciar a un estado palestino, el motivo de la persecución implacable de Hamas y de las tres ofensivas militares contra Gaza, Lluvia de Verano, Invierno Caliente y la actual, Plomo Fundido. Hamas era un rompecabezas para los dirigentes israelíes, que se negaba a reconocer la ocupación. Esto es interesante. Allí donde los dirigentes de Hamas declaraban que nunca reconocerían la ocupación, la prensa occidental traducía y publicaba que nunca reconocerían a Israel y los más sionistas avanzaban que Hamas pretendía la liquidación de Israel. En realidad, Hamas se reafirmaba en que sería contrario a los intereses del pueblo palestino reconocer la ocupación y acceder incondicionalmente a las pretensiones de Israel, porque el sionismo no admite ninguna condición a sus designios sobre Palestina.
La «entidad sionista» y sus aliados occidentales no reconocen a Hamas, no cumplen ningún acuerdo, han estado manejando a su antojo la Autoridad Nacional Palestina con Abbas y se desentienden de la aplicación de las cláusulas de los Acuerdos de Oslo que no les convienen, mientras expanden los asentamientos, han reforzado el bloqueo, promueven y rearman la violencia, atacan a la población y provocan al gobierno electo en la Franja intentando derrocarlo por la fuerza. Es con estos antecedentes como la resistencia a la ocupación respondió disparando cohetes contra los territorios palestinos ocupados por asentamientos israelíes.

Los bombardeos del 15 de enero y la muerte de Saeed Simyan, con la visita de Ban Ki-moon como telón de fondo, la reacción de la prensa y las contradicciones gubernamentales que vivimos ese día, deben servirnos para que se conozca mejor la virulencia de extrema violencia que representa la ideología fascista del sionismo, para que se comprenda mejor la historia reciente del conflicto árabe-israelí, el papel de los actuales dirigentes de Al Fatah y de Hamas y, también, para que se pierda toda inocencia respecto a cómo se pueden utilizar los medios de comunicación para una manipulación masiva con fines criminales y la información veraz como objetivo militar.