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Al Presidente del Estado de Israel y al Director del Museo Conmemorativo Yad Vashem

Saque el nombre de nuestra abuela de la placa de Yad Vashem

Fuentes: Rebelión

Siguiendo el ejemplo de Jean-Moise Braitberg , solicitamos que el nombre de nuestra abuela sea sacado del muro en el Yad Vashem. Su nombre es Gertrud Neumann. En sus archivos figura como nacida en Kattowitz en June 6, 1875 y muerta en Theresienstadt. M. Braitberg hace llegar su petición con grandes motivos y un testimonio […]

Siguiendo el ejemplo de Jean-Moise Braitberg <http://www.rebelion.org/noticias/palestina_y_oriente_proximo/2009/1/borrad-el-nombre-de-mi-abuelo-en-yad-vashem-79930>, solicitamos que el nombre de nuestra abuela sea sacado del muro en el Yad Vashem. Su nombre es Gertrud Neumann. En sus archivos figura como nacida en Kattowitz en June 6, 1875 y muerta en Theresienstadt.

M. Braitberg hace llegar su petición con grandes motivos y un testimonio personal elocuente. Sus palabras son inspiradoras, pero les dan a ustedes, y a aquellos que les apoyan, demasiado crédito. Yo, por lo contrario, seré breve. Por favor tomen esto como una expresión de mi malestar y desprecio por su estado, y todo lo que este representa.

Nuestra abuela fue una víctima de ese mismo ideal de soberanía étnica por cuya causa Israel ha derramado tanta sangre y durante tanto tiempo. Yo mismo estuve entre los judíos que no dudaron en abrazar ese ideal, a pesar del sufrimiento que había causado a nuestra propia raza. Me llevó miles de vidas palestinas antes de que, finalmente, me diera cuenta lo estúpidos que habíamos sido.

Nuestra complicidad era despreciable. No creo que el pueblo judío, en cuyo nombre habéis cometido tantos crímenes con tanta vergonzosa auto complacencia, pueda jamás desprenderse de la propia vergüenza que nos habéis traído. La propaganda nazi, por todas sus calumnias, nunca deshonró ni corrompió a los judíos; vosotros habéis conseguido esto. Ni siquiera tenéis el coraje de haceros responsables de vuestros propios actos de sadismo: Con una insolencia sin precedentes, ustedes se proclaman portavoces de una raza en su totalidad, como si nuestra propia existencia aprobara vuestros actos. Y manchan nuestros nombres no solamente con sus actos, pero con sus mentiras, con su conducta evasiva, su sonrisita de arrogancia y sus pretensiones infantiles de superioridad moral con las cuales adornan nuestra historia.

Al final, les daréis a los Palestinos las sobras de un estado. Nunca pagaréis por vuestros crímenes y os seguiréis congratulando a vosotros mismos, os regodearéis en vuestras ilusiones de moral ascendiente. Pero entre ahora y el final, mataréis, mataréis y mataréis, ganando nada excepto vuestra brutalidad de mocosos malcriados. En vida, nuestra abuela sufrió lo suficiente. Paren de hacerla partícipe de este horror después de muerta.

Michael Neumann

Me uno a mi hermano, Michael Neumann, en pedir que cualquier referencia a nuestra abuela sea removida de Yad Vashem, El Museo de conmemoración del Holocausto.

He estado en este museo. Sus edificios, su patios pavimentados y plazas esparcidos autoritariamente a lo largo de muchos acres de tierra ajardinada. Enmarca al Holocausto como un preludio para la creación del Estado de Israel. Embalsama objetos de los campos de concentración y los preserva como tesoros nacionales. Ese tesoro no le pertenece a Israel. Es un tesoro que solo sirve como un recordatorio para nunca permitir que ninguna nación reivindique una excepción a su pueblo elegido de los los límites de la moralidad y la decencia.

Israel ha tergiversado el Holocausto hacia una excusa para perpetrar mas holocaustos. Ha malgastado el tesoro de la simpatía del mundo por las víctimas del Holocausto en un esfuerzo infructuoso de protegerse a si mismo de toda crítica mientras masacra y tortura Palestinos y los asfixia bajo una terrible ocupación. No deseo que la memoria de mi abuela sea alistada en este proyecto ilegítimo.

Crecí creyendo que los judíos eran el grupo étnico cuya misión histórica era trascender la etnicidad en un frente unido contra el fascismo. Ser judío era ser antifascista. Israel hace tiempo que me abrió los ojos de mi dogmático adormecimiento en cuanto a la inmutable relación entre los judíos y los fascistas. Ellos han fraguado una comunión entre la imagen de los judíos torturadores y criminales de guerra y la de los escuálidos prisioneros de guerra de los campos de concentración. Encuentro esta comunión escandalosa. No quiero formar parte de ello. Vosotros habéis perdido el derecho a ser los custodios de la memoria de mi abuela. No deseo que Yad Vashem sea su monumento.

Osha Neumann

– Michael Neumann es un profesor de filosofía en una universidad canadiense. Es autor de «Lo que queda: Politica radical y la psyche radical y el caso contra Israel» También ha contribuido al ensayo: «Que es Anti-Semitismo», al libro de CounterPunch «La política del antisemitismo». Se lo puede contactar en [email protected] [email protected]>

– Osha Neumann es abogado defensor en Berkeley y autor de «Levántate contra el muro, cabrón: Memorias de los 60 con notas para el futuro»

Traducción al castellano: Nicolás Lévinton