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La plataforma ciudadana se suma a las creadas en Barcelona, Madrid, Zaragoza, Sevilla, Valladolid, Córdoba o Logroño

Se constituye Guanyem-València para terminar con 25 años de hegemonía del PP

Fuentes: Rebelión

Se cumplieron finalmente las expectativas, y el salón de actos de la Sociedad Coral El Micalet se quedó pequeño para acoger el acto constitutivo de la plataforma ciudadana Guanyem-València. Tras casi dos horas de intervenciones por parte de ciudadanos y activistas, la votación final no dejó lugar a dudas. Por abrumadora mayoría los asistentes decidieron […]

Se cumplieron finalmente las expectativas, y el salón de actos de la Sociedad Coral El Micalet se quedó pequeño para acoger el acto constitutivo de la plataforma ciudadana Guanyem-València. Tras casi dos horas de intervenciones por parte de ciudadanos y activistas, la votación final no dejó lugar a dudas. Por abrumadora mayoría los asistentes decidieron crear la plataforma Guanyem como «nuevo espacio político, plural, unitario y participativo». En el punto de mira, la urgente renovación del consistorio de valencia, donde el PP gobierna desde 1991. En plena crisis de régimen y cuestionamiento del bipartidismo, iniciativas similares han germinado en Barcelona (favorecida por el «cartel» sugestivo de Ada Colau), Madrid, Sevilla, Zaragoza, Sevilla, Valladolid, Córdoba o Logroño, entre otras ciudades.

Los participantes en la asamblea también decidieron, por indubitable mayoría, la formación de grupos de trabajo que funcionarán de manera abierta y asamblearia; en concreto, una comisión encargada de preparar la segunda asamblea de Guanyem-València (que se celebrará el próximo 28 de octubre) y las líneas básicas con las que empezar a debatir un programa. Una segunda comisión -de comunicación y agitación-, que trabajará en el diseño de una página web y la difusión de la plataforma en las redes sociales, así como la recogida de firmas en los barrios de la ciudad (el reto inmediato se ha fijado en las 10.000 rúbricas). Y, con un plazo algo más largo, empezará a trabajar la tercera comisión, con vistas a plantear metodologías que permitan discutir sobre una candidatura unitaria. En este punto, sin embargo, se ha insistido en que la cuestión esencial es el programa.

Finalizada la asamblea, y después de convocar las comisiones de trabajo, el grupo promotor de Guanyem ha anunciado su disolución, de modo que todas las decisiones serán adoptadas por la asamblea. En la mesa promotora figuraban, de manera paritaria, personas de diferentes edades y activistas de los movimientos sociales, aunque en todo momento se insistió en que participaban a título individual (no como representantes de las diferentes organizaciones). Tras la intervención de algunos miembros del grupo promotor, tomaron la palabra los asistentes, que insistieron en tres puntos: la necesidad de impulsar comisiones de trabajo que aceleren el proceso; dotarse de un programa; y asentar como prioridad la lucha en la calle. Tampoco faltaron algunas voces críticas, que señalaron la necesidad de desmarcarse de los partidos políticos.

En un manifiesto repartido previamente («Por una candidatura municipal alternativa vecinal y social Per Guanyar València!»), se señala la importancia de la actual coyuntura: «ahora y aquí es posible acabar con la dictadura municipal que gobierna la ciudad». Además, «en la ciudad de Valencia casi 25 años de un Ayuntamiento en manos de la derecha han hecho de la ciudad un buen negocio para algunas empresas y una acogedora ciudad para la corrupción, pero de espaldas a los barrios y los vecinos (…). Se ha consolidado en este tiempo un proyecto neoliberal y post-franquista de gestión urbana con enormes costes sociales, en el que han coincidido en más de una ocasión los grupos municipales de populares y socialistas».

La intervención inaugural corrió a cargo de Mireia Biosca, activa en los movimientos estudiantil, feminista y LGTB. «El 22 de marzo el pueblo soberano decidió marchar a Madrid y sentó los precedentes para un encuentro que es tan necesario; conseguimos, sobre todo, limar las diferencias entre nosotros para anteponer el interés colectivo; y coincidir en un manifiesto de mínimos los movimientos sociales de los diferentes territorios del estado». La activista ha calificado la coyuntura de «emergencia social», sobre todo porque «no tenemos tiempo». «Nos quieren deprimidos, en el paro, en la precariedad, en el exilio forzoso y sin proyecto de vida», asegura. «¿Qué será de nosotros dentro de un mes», se ha interrogado. En resumen, «no queremos trabajar más y continuar cobrando menos».

Vicent Barber, miembro de Iaioflautes-València, ha destacado que la prioridad del movimiento del que forma parte es la lucha en la calle, «pero esto no es suficiente sin una plataforma unitaria de la izquierda, con sindicalistas, movimientos sociales y partidos políticos, para echar fuera a esta mafia corrupta que nos gobierna; nos condenan a elegir entre la Coca-Cola y la Pepsi-Cola o entre Cánovas y Sagasta». En charlas y conferencias de Iaioflautes, por colegios y universidades, «hemos insistido en la necesidad de que la izquierda se una». De modo muy plástico, además, Vicent Barber ha subrayado los motivos que justifican el proyecto Guanyem: «que nuestros hijos y nietos con carrera y máster dejen de trabajar en Noruega fregando platos».

La activista de la PAH Rosana Montalbán Moya considera esencial pisar la calle. «Nos hace falta gente que le explique a los trabajadores -incluso a los que votan al PP-, que no pueden seguir apoyando la corrupción». Como cita de autoridad ha recurrido a Paulo Freire, cuando éste señalaba que la misma violencia que el capitalismo ejercía sobre los oprimidos, éstos la reproducían en muchos casos consigo mismos y sus compañeros. Por ello ha pedido «ser generosos y no reproducir esquemas». Y ha concluido con una aspiración personal: «que mis sobrinos sepan que su tía lucha para que en las escuelas no les ahogue la ola de calor, o que no se expanda la homofobia, o, más en general, que en esta sociedad dejemos de vivir para trabajar».

Héctor Illueca, del Frente Cívico-Somos Mayoría, ha introducido en el discurso un símil histórico, el que acerca la constitución de Guanyem-València al Juramento del Juego de la Pelota el 20 de junio de 1789 en París. En aquel momento, el «tercer estado» -la plebe- alcanzó el momento protagónico. Illueca ha recordado la reciente visita de la alcaldesa de Valencia a Rajoy, para insistirle en que modifique la ley electoral para que acceda al gobierno municipal la lista más votada («es lo que actualmente está debatiendo el poder económico»). ¿Por qué esta insistencia? «Porque el PP de la ciudad de Valencia nos conoce muy bien y piensa que no seremos capaces de pactar un programa». La conclusión es inapelable, según Héctor Illueca: «cuando nos dividimos, favorecemos al enemigo».

En turnos de tres minutos (como máximo) y tras dos ovaciones unánimes (para celebrar dos noticias del día: la dimisión de Ruiz Gallardón, y la sentencia del TSJ balear que anula el decreto del Tratamiento Integral de Lenguas en la escuela), ciudadanos y activistas han tomado el micrófono. Un miembro de Guanyem-Torrent ha compartido los primeros pasos que en este municipio ha dado la plataforma, en concreto, los grupos de trabajo para abordar los problemas del pueblo. Como en otras intervenciones, ha subrayado la importancia de no limitarse a los consistorios e ir más allá: poner la mira en el gobierno autonómico. Otros activistas han destacado el referente de Guanyem-Barcelona, aunque no se disponga de un cabeza de cartel como Ada Colau. En otros casos, se ha pedido «dejarse el traje ideológico en la puerta».

Y se han sucedido las intervenciones, normalmente entre aplausos: «No estamos aquí para hacer filosofía, sino política»; «sin miedo lo vamos a cambiar todo, ahí están las enseñanzas del 15-M»; «más que grupos de trabajo, hay que incorporar ya las propuestas de las plataformas que trabajan en cada ámbito: vivienda, sanidad, educación, etcétera»; «hace falta generosidad y dejar de lado el interés personal»; «hemos de fijarnos metas históricas, que pueden compartirse con otros pueblos de Europa». «la necesidad de organización»; «hemos de conseguir la renta básica»; «los parados necesitamos trabajo y comer, no podemos esperar a las próximas elecciones». Reclamos -energía política acumulada- que se intentarán canalizar hacia «un ayuntamiento al servicio de la ciudadanía y de los barrios». «Somos muchas las personas que pensamos que ése habría de ser el camino», remata el manifiesto de Guanyem-València.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.