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Shahinda Maqlad: retrato de una militante campesina egipcia

Fuentes: Rebelión

Traducido por Caty R.

Shahinda Maqlad es miembro fundador del Comité de apoyo a los campesinos beneficiarios de la reforma agraria. Desde hace medio siglo, esta mujer egipcia de casi 70 años, lucha contra «el feudalismo, el absolutismo y el capitalismo salvaje». La aparición de su autobiografía, consagrada a los «años Kamchich», es la oportunidad de repasar los momentos significativos de una vida militante en un contexto especialmente tenso: su libro fue objeto de una denuncia por injurias y difamación por parte de los herederos Fiqqui.

Shahinda se contempla en la influencia de su padre, quien, aunque policía, era un ferviente nacionalista wafdista de tendencia marxista, una de las fuentes de su lucha. En la escuela una de sus profesoras, Widad Metri, también le hablaba de justicia social. Su juventud estuvo marcada por el desarrollo del nacionalismo árabe y la lucha por la independencia de Egipto. Recuerda el compromiso visceral con la causa palestina vinculado al pasado heroico de su primo Salah Husein, que después se convirtió en su marido. Éste, en 1948, cuando sólo tenía 10 años, dejó clandestinamente Egipto y a su familia para ir a combatir junto a los fedayines palestinos en Gaza.

1958: una notable entrada en la política

En el mes de diciembre de 1958, durante una reunión pública de la Unión Nacional (único partido de la época) en Chibin Al-Kom, cabeza de partido de la provincia de Menoufiyya, Shahinda Maqlad tomó la palabra delante de la asamblea en calidad de única mujer de la Unión elegida en la provincia. Interpeló al presidente de la Unión, el coronel Kamal Al-Din Husein, miembro del Consejo de la Revolución, presente con una delegación siria (enviada en el marco de la unión sirio-egipcia de 1958-1961) y denunció las maniobras de los terratenientes de su pueblo, Kamchich, que intentaban eludir las disposiciones de la ley de reforma agraria. El discurso de Shahinda, esposa del militante Salah Husein, cayó como una bomba. Algún tiempo después las tierras de aquellos propietarios, los Fiqqui, se confiscaron y se distribuyeron entre los pequeños campesinos, los cuales eligieron a Shahinda como su representante en la sección local de la Unión.

La lucha de Shahinda y Salah en Kamchich

En 1961, tras el fracaso de la unión con Siria, Nasser tomó un conjunto de decisiones (los decretos socialistas), una de las cuales se refería al embargo de los bienes -incluidos los hipotecarios- de grandes familias del antiguo régimen. Esas medidas, que pretendían esencialmente el debilitamiento de su poder económico y político en los campos, estaban respaldadas por los campesinos: en Kamchich, hombres y mujeres participaban en grandes manifestaciones organizadas por Shahinda y Salah (que había abandonado sus estudios de letras para consagrarse a la actividad política). Con este motivo se produjeron enfrentamientos con las fuerzas del orden. Detuvieron a Salah Husein y le metieron preso. A su vuelta al pueblo unos años después murió, el 30 de abril de 1966, en circunstancias poco claras, durante un altercado con campesinos partidarios de la familia Fiqqui. Shahinda entonces se volcó para transformar las manifestaciones espontáneas de cólera y las llamadas a la venganza que se organizaron, en una voluntad de revelar las dimensiones políticas del asesinato y denunciar a los responsables.

Bajo Sadat y Mubarak la lucha continúa.

A la muerte de Nasser en 1971, Anuar El-Sadat accedió al poder y estableció su «Movimiento de rectificación», que vino acompañado de una ola de represión contra los elementos radicales, especialmente en el campo. Desterró a los funcionarios y profesores sospechosos por las cuatro esquinas del país. El gobierno efectuó más de doscientas detenciones y veintiuna expulsiones de militantes fuera de sus provincias de residencia. Entre estos últimos se encontraba Shahinda, considerada la cabecilla del movimiento campesino de Kamchich. En junio de 1971 se le prohibió de por vida la residencia en las provincias de Menoufeyya y Kafr El-Sheikh. Pero Shahinda no renunció a sus actividades militantes y reafirmó su voluntad de desempeñar un papel político. Tras obtener, con sus camaradas de lucha de Kamchich, la anulación de su destierro, se presentó a las elecciones legislativas en tres ocasiones, 1976, 1979 y 1984. A principios de los años ochenta creó la Alianza de campesinos en el partido de oposición de izquierda Tagammou (Alianza). Todavía en 2005 participó en la fundación del Comité de apoyo a los campesinos beneficiarios de la reforma agraria.

El «asunto Shahinda»

En una entrevista concedida en enero de 2005 al semanario femenino Nisf El-Dunya (la mitad del mundo), Shahinda cuenta su lucha en Kamchich y el asesinato de su marido. Como su autobiografía, sus observaciones -que se basaban en las actas de la época- fueron objeto de una denuncia por injurias y difamación por parte de los herederos Fiqqi.

El domingo 25 de julio de 2006 cayó la sentencia: Shahinda no iría a la cárcel, pero no salió absuelta. Se le considero culpable de injurias y difamación contra los herederos Fiqqi y fue condenada a pagar una multa de 2.500 libras egipcias (350 euros) y 2.100 libras egipcias por daños y perjuicios (290 euros). Con la condena de Shahinda lo que se criminaliza es la resistencia de los campesinos. En el momento en que, por la violencia, los herederos de las grandes familias feudales, apoyados por la seguridad del Estado, expulsan a los pequeños campesinos que desde hace cincuenta años son propietarios legales de sus tierras, los tribunales «revisionistas» rescriben así la historia de la reforma agraria nasseriana.

Texto original en francés: http://www.monde-diplomatique.fr/2007/10/SAKR/15183

Beshir Sakr es periodista y Phanjof Tarcir antropólogo, ambos de El Cairo.

Caty R. pertenece a los colectivos de Rebelión, Cubadebate y Tlaxcala. Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a los autores, a la traductora y la fuente.