La organización Estado Islámico (EI) ha reaparecido de forma mortífera tras reivindicar la autoría de un doble atentado suicida en el centro de Bagdad el jueves, en el que murieron al menos 32 personas y más de 110 resultaron heridas.
Si bien la indignación contra esta organización es palpable, los iraquíes han expresado igualmente su descontento con las fuerzas de seguridad y las milicias proiraníes, a las que responsabilizan de la inseguridad endémica de Iraq que permite que sigan produciéndose atentados como este a pesar de la derrota formal de EI a finales de 2017.
Estado Islámico ataca en atentados mortales de Bagdad
El grupo Estado Islámico ha reivindicado la autoría de un doble atentado suicida con bomba en un concurrido mercado del centro de Bagdad el jueves. En el ataque más mortífero del IS en Bagdad desde 2018, un primer terrorista suicida atrajo a multitud de personas que estaban comprando en la zona de Bab al Sharqi al tirarse al suelo fingiendo estar enfermo. Cuando la gente se acercó para ayudar al hombre al que creían enfermo, éste detonó su chaleco explosivo.
Después, cuando otras personas corrieron a socorrer a los heridos de la primera explosión, un segundo atacante se acercó en una motoy detonó sus explosivos en medio de la multitud matando e hiriendo a docenas más.
Un tuit del portavoz del Ministerio de Defensa iraquí, Yehia Rasul, parecía indicar que los atacantes estaban siendo perseguidos por las fuerzas de seguridad antes de llevar a cabo sus ataques. Esto ha provocado críticas de la opinión pública contra la policía y a las agencias de inteligencia por no haber impedido el ataque. Rasul anunció el viernes una remodelación del aparato de seguridad iraquí y como respuesta ha destituido al responsable de la inteligencia nacional del Ministerio del Interior. El atentado se produce cuando los y las iraquíes se preparan para unas elecciones. Las campañas electorales en Iraq suelen ir precedidas de atentados, asesinatos y otros actos de violencia.
En 2018 se produjo un atentado en la misma zona de Bab al Sharqi pocos meses antes de la última ronda de elecciones parlamentarias en Iraq boicoteadas por la mayoría de la población y que tuvieron una participación electoral de solo el 44,5%.
El primer ministro Mustafa al Kadhimi había fijado originalmente las elecciones generales de este año para junio, casi un año antes de lo previsto, en respuesta a las protestas populares de 2019. Sin embargo, el gobierno está dispuesto a reprogramarlas para octubre con el fin de dar a las autoridades electorales más tiempo para registrar a los votantes y a los nuevos partidos.
Pero la indignación pública es generalizada ante lo que los iraquíes consideran un fracaso total de las autoridades para proteger a los civiles. “No se trata de nuestra democracia”, dijo Ahmed Shakir, testigo presencial de los atentados suicidas, a The New Arab. “Estos atentados demuestran que el gobierno no puede protegernos porque ha permitido que sean las milicias quienes se encarguen de la seguridad en lugar de los iraquíes patrióticos que sólo son leales a Iraq”.
Las fuerzas policiales federales de Iraq, las agencias de inteligencia y varias unidades militares reclutan fundamentalmente a sus miembros entre milicias chiíes sectarias respaldadas por Irán y leales a políticos o partidos concretos. Ese es el caso de las Fuerzas de Movilización Popular (FMP), una organización de paramilitares chiíes que forma parte oficialmente de las fuerzas armadas iraquíes pero que recibe órdenes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI) de Irán.
“El gobierno y las instituciones de seguridad están plagados de hombres afines a partidos que son leales a potencias extranjeras”, afirma Shakir. “No es de extrañar que estos ataques se produzcan siempre que hay elecciones. Miren a los que se supone que nos protegen”.
Este sentimiento es común entre los activistas integrados en el movimiento de protesta de 2019. Uno de ellos, que habló con The New Arab bajo condición de anonimato debido a las amenazas contra su vida, sostiene que el ataque va dirigido contra el movimiento de protesta. “Cuando nos manifestamos contra estos traidores que vendieron nuestro país, nos mataron y nos acusaron de difundir la sedición. Pero miren lo que pasó ayer. ¿No tenemos razón al decir que la corrupción del Estado ha provocado inseguridad y nula actividad económica?”
A pesar de que el ex primer ministro Haidar al Abadi declaró la derrota de EI en 2017, la organización armada ha seguido activa en zonas desérticas y montañosas desde entonces. Aunque Bagdad se ha librado de grandes atentados desde 2018, los combatientes de EI han bombardeado sistemáticamente varios centros de población en todo el país, principalmente en el norte y el oeste. El ataque en el corazón de la capital de Iraq erosionará aún más la confianza de la población en las autoridades.