Traducido por Beatriz Morales Bastos
El gobierno Bush ha admitido que se han aplicado contra Siria e Irán acciones encubiertas de naturaleza agresiva. El objetivo indicado era destrozar las economías y los sistemas monetarios de estos países. El infame Grupo de Política y Operaciones Irán-Siria [Iran-Syria Policy and Operations Group, ISOG, en sus siglas en inglés] creado a principios de 2006 y formado por altos cargos de la Casa Blanca, del Departamento de Estado, de la CIA y del Departamento del Tesoro, tenían el cometido de desestabilizar Siria y provocar un «cambio de régimen» :
«El comité, el Grupo de Política y Operaciones Irán-Siria [ISOG], se estuvo reuniendo semanalmente durante la mayor parte de 2006 para coordinar acciones como la restricción del acceso de Irán a créditos e instituciones bancarias, la organización de la venta de equipamiento militar a países vecinos de Irán y el apoyo a fuerzas que se oponen a ambos regímenes» (Boston Globe, 25 de mayo de 2007).
El ISOG proporcionó también asistencia encubierta a grupos de oposición y disidentes iraníes. La estrategia de propaganda del grupo consistió en introducir la desinformación en las cadenas de noticias y «crear la indignación internacional contra Irán» (Boston Globe, 2 de enero de 2007).
¿Cambio en la política respecto a Irán-Siria?
Recientemente Washington anunció un aparente cambio: no más traicioneras acciones encubiertas contra «enemigos canallas» en Oriente próximo. El ISOG se ha disuelto siguiendo órdenes del presidente Bush. Según altos cargos del Departamento de Estado, Estados Unidos ya no desea estar implicado en «acciones agresivas [encubiertas] contra Irán y Siria».
«El grupo se había convertido en el foco de los detractores del gobierno que temían que estas acciones encubiertas pudieran aumentar hasta llegar a un conflicto militar con Irán o Siria. Contribuyeron a esas sospechas el aire de misterio que rodeó al grupo cuando se creó en marzo de 2006 unido al hecho de que se creó siguiendo el modelo de un comité similar respecto a Iraq».
«Un importante alto cargo del Departamento de Estado,… afirmó que el grupo [ISOG] se disolvió debido a la extendida idea por parte de la opinión pública de que el grupo había sido diseñado para llevar a cabo un cambio de régimen. Altos cargos del Departamento de Estado afirmaron que el objetivo del grupo Irán-Siria era persuadir ambos regímenes de cambiar su comportamiento, no derrocarlos» (Ibid).
¿Creerlo o no?
Analistas de política exterior han descrito la decisión de Washington como una prueba de un bien recibido «relajamiento» de la estrategia estadounidense en Oriente Próximo. Se dice que el gobierno Bush ha descartado el «cambio de régimen» en favor de un enfoque más flexible que consiste en un diálogo constructivo con Teherán y Damasco. Se nos dice que las acciones agresivas encubiertas se han cambiado por la diplomacia internacional de buena fe:
[La disolución del ISOG] llega en un momento en que el gobierno Bush se ha embarcado en un importante esfuerzo por mantener conversaciones de alto nivel con Irán y Siria.
…
Poco después de que se disolviera el grupo Irán-Siria la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, emprendió una importante iniciativa para implicar a Irán y Siria en un esfuerzo regional por estabilizar Iraq, cambiando radicalmente la política que había mantenido Estados Unidos durante hacía mucho tiempo contraria a contactos de alto nivel con estos países.
El gobierno Bush rehuyó durante años mantener conversaciones con Siria. …Pero Rice se reunió este mes en Egipto con el ministro sirio de Asuntos Exteriores, el primer encuentro a alto nivel entre ambos países desde 2004, y está previsto que el embajador estadounidense en Iraq, Ryan Crocker, se reúna el lunes con su homólogo en Bagdad.
Kenneth Katzman, un especialista en Oriente Próximo del Servicio de Investigación del Congreso, la sección de investigación del Congreso estadounidense, afirmó que no creía que fuera una coincidencia la disolución del grupo Irán-Siria en el mismo momento en que el departamento de Estado empezaba su labor diplomática.
«Creo que la lógica de ese grupo era promover un cambio de régimen y Rice está yendo en una dirección muy diferente a ésa», afirmó Katzman. «La escuela del cambio de régimen dentro del gobierno se vuelto bastante más débil » (Ibid).
La decisión de desmantelar el ISOG es en buena parte superficial. Permanecen intactas la mayoría de esas operaciones de inteligencia. El ISOG era una de las diferentes iniciativas para desestabilizar Irán y Siria. El cambio de régimen y la guerra abierta siguen estando en la agenda del gobierno [estadounidense]. De hecho, durante los últimos cuatro años se han ido intensificando las operaciones de inteligencia encubiertas y desestabilizadoras contra Irán y Siria. Por otra parte, estas operaciones están estrechamente coordinadas con los planes de guerra israelíes y de la OTAN, que constituyen un aparte integral de las operaciones militares respaldadas por Estados Unidos contra Irán, Siria y Líbano.
Las operaciones encubiertas se han sincronizado con la hoja de ruta militar, incluyendo los diferentes escenarios estadounidenses de guerra previstos desde que en mayo de 2003, apenas un mes después de la invasión de Iraq, se lanzara el «Escenario Iraní a Corto Plano» [«Theater Iran Near Term», TIRANNT, en sus siglas en inglés]. Estos escenarios similares a una guerra prevén explícitamente el cambio de régimen:
… Según TIRANNT, los planificadores del ejército y del mando central estadounidenses han estado examinando tanto escenarios a corto plazo como para el año siguiente para la guerra contra Irán, incluyendo todos los aspectos de una importante operación de combate, desde la movilización y despliegue de fuerzas, hasta las operaciones de estabilidad de posguerra tras el cambio de régimen» (William Arkin, Washington Post, 16 de abril de 2006)
Estados Unidos está en pie de guerra y las diferentes operaciones encubiertas y de manipulación (que rutinariamente introducen despreciables imágenes del jefe de Estado Iraní en las cadenas de informativos) son parte integral del arsenal militar-de inteligencia y de propaganda.
A su vez, las operaciones encubiertas están coordinadas con despliegues estadounidenses, israelíes y de la OTAN en el Mediterráneo oriental y en el Golfo Pérsico, incluyendo la realización de importantes ejercicios de guerra llevados a cabo casi continuamente desde el verano de 2006.
«Operaciones encubiertas» de la CIA contra Irán
Según agentes y ex-agentes de la inteligencia, coincidiendo con el cierre del ISOG, «la CIA recibió la autorización secreta del presidente [Bush] para organizar operaciones encubiertas con el fin de desestabilizar al gobierno iraní» (ABC News Report 22 May 2007). Esta iniciativa paralela apoyada por la CIA, que «recibió la aprobación de altos cargos de la Casa Blanca y de otros de los servicios de inteligencia «, tiene en líneas generales el mismo mandato que el desaparecido ISOG:
«La fuentes (que dada la sensible naturaleza del tema hablan bajo la condición de anonimato) afirman que el presidente Bush ha firmado un «hallazgo presidencial no letal» que pone en marcha un plan de la CIA el cual, según se informa, incluye una campaña coordinada de propaganda, de desinformación y de manipulación de la moneda iraní y de sus actuales transacciones financieras internacionales».
«No puedo confirmar o desmentir si existe este programa o si lo ha firmado el presidente, pero concordaría con el enfoque global estadounidense que trata de encontrar medios para presionar al régimen [iraní]», afirmó Bruce Riedel, un alto cargo de la CIA recientemente retirado que trabajó con Irán y otros países de la zona».
«Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Gordon Johndroe, afirmó: «La Casa Blanca no hace comentarios sobre cuestiones de seguridad». Un portavoz de a CIA declaró: «Por supuesto, no hacemos comentarios sobre acusaciones de actividades encubiertas» (ABC News Report 22 May 2007).
Al parecer, el plan de la CIA «fue diseñado para presionar a Irán para que detuviera su programa de enriquecimiento nuclear y dejara de ayudar a la resistencia en Iraq». Según altos cargos estadounidenses, la operación encubierta era una alternativa más blanda a la de un ataque militar a Irán, una opción apoyada por el vice-presidente Dick Cheney y otros halcones del gobierno:
«Agentes y ex-agentes de la inteligencia afirman que la aprobación de la acción encubierta significa que por el momento el gobierno Bush ha decidido no seguir adelante con la opción militar contra Irán».
«El vice-presidente Cheney ayudó a encabezar el bando a favor del ataque militar», afirmó el ex-agente de la CIA Riedel, «pero creo que han llegado a la conclusión de que el ataque militar tiene más inconvenientes que ventajas» (Ibid).
La operaciones encubiertas de la inteligencia contra Irán y Siria no son una alternativa a la acción militar, al contrario. El plan de la CIA fue diseñado para apoyar la estrategia de Washington de desestabilizar Irán y Siria a través tanto de acciones militares como de medios no militares que incluyen operaciones de inteligencia encubiertas.
Soltar a las Brigadas Islámicas dentro de Irán
En relación a Irán la inteligencia estadounidense ha estado apoyando un grupo terrorista basado en Pakistán, Jundullah (Soldados de Dios) que ha llevado a cabo ataques terroristas dentro de Irán. El grupo opera «desde bases en la escarpada ‘zona tri-fronteriza’ entre Irán-Pakistán-Afganistán». Según un reportaje de ABC News:
«Según declararon a ABC News fuentes de la inteligencia estadounidense y paquistaní, desde 2005 agentes estadounidenses ha estado fomentando y adiestrando secretamente a un grupo tribal militante paquistaní responsable de una serie de mortíferos ataques de guerrilla dentro de Irán».
«El grupo, llamado Jundullah, está formado por miembros de la tribu Baluchi y opera fuera de la provincia de Baluchistán en Pakistán, justo al otro lado de la frontera con Irán».
«Han sido acusados de la muerte y secuestro de más de una docena de soldados y oficiales iraníes» (ABC News, 2 de abril de 2007).
Abd el Malik Regi, jefe de Jundullah, dirige una fuerza de varios centenares de guerrilleros «que organizan ataques a través de la frontera iraní contra oficiales del ejército iraní, agentes de la inteligencia iraní, los secuestra, los ejecuta ante las cámaras… Recientemente, Jundullah fue el autor de una ataque en febrero que mató al menos a once miembros de la Guardia Revolucionaria Iraní en un ataque contra un autobús en la ciudad iraní de Zahedan.» (Ibid)
Fuentes del gobierno estadounidense han reconocido que el jefe de Jundullah «tiene contacto regular con agentes estadounidense», pero niegan toda «financiación directa» de Jundullah por parte de la inteligencia estadounidense.
Inherente a las operaciones encubiertas de la CIA, la Agencia nunca admite financiarlas «directamente». Procede invariablemente a través de organizaciones delegadas, incluyendo los Inter-Servicios de Inteligencia de Pakistán (ISI, en sus siglas en inglés), que históricamente, desde la guerra soviético-afgana, ha suministrado apoyo a grupos terroristas islámicos, incluyendo la financiación de campos de adiestramiento y de las madrasas, y han actuado siempre en favor de la CIA. De hecho la inteligencia estadounidense reconoce francamente este insidioso papel del ISI de Pakistán (a favor de la CIA) :
«Fuentes dela inteligencia estadounidense afirman que Jundullah ha recibido dinero y armas a través del ejército afgano y paquistaní, y de los servicios de inteligencia de Pakistán. Éste último ha negado oficialmente toda conexión» ( Brian Ross y Christopher Isham, The Secret War Against Iran, 3 de abril de 2007.
Otros canales utilizados por los servicios de inteligencia estadounidenses para suministrar fondos al terrorismo son a través de Arabia Saudí y de los Estados del Golfo, donde el dinero se canaliza a diferentes grupos militantes islámicos que actúan a favor del Tío Sam. «Algunos ex-agentes de la CIA afirman que el acuerdo [en relación a Jundullah] recuerda a cómo el gobierno estadounidense delegó en ejércitos financiados por otros países incluyendo Arabia Saudí para desestabilizar el gobierno de Nicaragua en los ochenta [lo que recordaba el asunto del Irán-Contra].» (Ibid)
Un modelo constante: orígenes históricos del «terrorismo islámico»
Irónicamente los grupos islámicos son descritos como grupos que trabajan en estrecha relación con Teherán. Irán, un país que es predominantemente chií, es acusado de acoger a grupos terroristas sunníes islámicos, cuando, de hecho, estos terroristas islámicos son «bazas de la inteligencia» de Estados Unidos, apoyados directamente por Washington.
Este papel que ejerce la inteligencia estadounidense en apoyo de los «terroristas islámicos» está bien delimitado. Las operaciones encubiertas aplicadas a Irán forman parte de un modelo constante.
La no tan oculta agenda de la inteligencia estadounidense, aplicada en toda Asia central y Oriente Próximo, consiste en desencadenar la inestabilidad política y en fomentar los conflictos étnicos apoyando a «organizaciones terroristas islámicas», con el objetivo a la larga de debilitar el Estado nación y de desestabilizar a países soberanos.
Desde que estalló la guerra afgano-soviética y durante todos los años noventa un rasgo fundamental de las actividades de la CIA consistió en suministrar apoyo encubierto a «organizaciones terroristas islámicas «:
En 1979 se lanzó «la mayor operación encubierta de la historia de la CIA» en respuesta a la invasión soviética de Afganistán para apoyar el gobierno pro-comunista de Babrak Kamal.(Véase Fred Halliday, «The Un-great game: the Country that lost the Cold War, Afghanistan, New Republic, 25 de marzo de 1996): Ahmed Rashid, The Taliban: Exporting Extremism, Foreign Affairs, noviembre-diciembre de 1999. Véase también Michel Chossudovsky, America’s «War on Terrorism», Global Research, 2005, Ch. 2. )
Con el apoyo activo de la CIA y del ISI de Pakistán , «unos 35.000 musulmanes radicales de cuarenta países islámicos se unieron a la lucha de Afganistán entre 1982 y 1992. Decenas de miles más llegaron para estudiar en las madrasas paquistaníes. Finalmente, más de 100.000 musulmanes radicales extranjeros fueron influenciados directamente por la jihad afgana» (Chossudovsky, op cit).
Estas operaciones encubiertas en apoyo de las «brigadas islámicas» continuaron durante el periodo posterior a la guerra fría. La amplia red de inteligencia militar del ISI no se desmanteló tras la guerra afgano-soviética. La CIA continuó apoyando la «jihad» islámica fuera de Pakistán. En Asia central, Oriente Próximo y los Balcanes se pusieron en marcha nuevas iniciativas encubiertas. El aparato militar y de inteligencia de Pakistán «sirvió esencialmente como catalizador para la desintegración de la Unión Soviética y la emergencia de seis nuevas repúblicas musulmanas en Asia central» (Ibid). «Mientras, misioneros islámicos de la secta Wahhabi de Arabia Saudí se establecieron tanto en las repúblicas musulmanas de la antigua Unión Soviética como dentro de la Federación Rusa y ocuparon las instituciones del Estado laico» (Ibid).
En los Balcanes emergió un modelo similar. Desde principios de los noventa, el gobierno Clinton apoyo el reclutamiento de muyaidines de al-Qaeda para luchar en Bosnia junto al Ejército Bosnio Musulmán. Irónicamente fue el Partido Republicano, en un documento publicado por el Comité del Partido Republicano del Senado estadounidense, quien acusó a Clinton no sólo de «participación »práctica’ en el proyecto armamentista de la red islámica», sino también de colaborar con la Agencia de Auxilio al Tercer Mundo (TWRA, en sus siglas en inglés), «una falsa organización humanitaria basada en Sudán que se cree está relacionada con elementos integrantes de la red del terrorismo islámico como Sheik Omar Abdel Rahman (la persona declarada culpable de ser el cerebro detrás del atentado en 1993 contra el World Trade Center) y Osama Bin Laden,… «. (Se puede consultar el documento original en la página web del Comité del Partido Republicano del Senado estadounidense (Senator Larry Craig) en http://www.senate.gov/~rpc/releases/1997/iran.htm )
Desde que tras los atentados del 11 de septiembre se emprendió la Guerra Global contra el Terrorismo (GWOT, en sus siglas en inglés), muchos de los documentos oficiales que apuntan a la insidiosa relación entre la inteligencia estadounidense y «la red de terrorismo islámico» han sido cuidadosamente retirados de la vista del público.
«Terroristas Islámicos» apoyados por Estados Unidos dentro de Líbano
Los recientes asesinatos de civiles en campos de refugiados palestinos en el norte de Líbano han sido producto de los enfrentamientos entre Fatah al-Islam y el ejército libanés. Fatah al-Islam es un grupo fundamentalista formado predominantemente por sunníes no palestinos y que opera dentro de los campos de refugiados. Fatah al-Islam también está inspirado en las sectas Wahabi de Arabia Saudí, que participaron en las operaciones encubiertas de la CIA desde que estalló la guerra afgano-soviética.
El ejército libanés se han visto involucrado en ataques a los campos [de refugiados palestinos] lo que ha llevado al levantamiento de los refugiados palestinos. Según informes de la prensa, el número de militantes de Fatah al-Islam (integrado por combatientes saudíes, sirios y marroquíes) dentro del campo era de unos 150-200. La ofensiva militar libanesa ha sido desproporcionada, lo que ha tenido como resultado incontables víctimas civiles.
«Sin embargo, el ampliamente desproporcionado ataque al campo de refugiados fue respaldado incondicionalmente por la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice. «El gobierno Siniora está luchando contra un muy fuerte enemigo extremista», declaró Rice. «Pero Líbano está haciendo lo adecuado para tratar de proteger a su población, para hacer valer su soberanía y, por consiguiente, apoyamos firmemente al gobierno Siniora y lo que está tratando de hacer «.
«Líbano ha utilizado la acción policial contra este grupo muy pequeño para pedir a Estados Unidos 280 millones de dólares en ayuda militar para ayudar a aplastar lo que grandilocuentemente ha denominado un «levantamiento». El portavoz del departamento de Estado, Sean McCormack, afirmó que Washington estaba considerando la asignación de fondos, 220 millones de dólares que irían al ejercito libanés y otros 60 a las fuerzas de seguridad. El pasado año Estados Unidos dio 40 millones en ayuda militar a Líbano y otros 5 millones en lo que llevamos de año». (Chris Marsden, 27 May 2007)
En una lógica completamente distorsionada, los medios de comunicación han presentado a Fatah al-Islam como una organización vinculada al movimiento Fatah en Palestina, una organización laica fundada por Yaser Arafat. Desde el punto de vista ideológico Fatah al-Islam es similar a al-Qaeda, que se sabe está financiada por Arabia Saudí y los Estados del Golfo, y apoyada por el ISI de Pakistán en coordinación con su contraparte estadounidense.
Según Seymour Hersh, Arabia Saudí está suministrando tanto fondos como apoyo encubierto a Fatah al-Islam, en estrechas consultas con el gobierno Bush.
Hersh señala un «acuerdo privado» ente agentes neocons de alto nivel y el príncipe Bandar Bin Sultan de Arabia Saudí, que trabajó estrechamente con el director de la CIA, George Tenet, cuando era embajador de Arabia Saudí en Washington. El gobierno libanés también está involucrado en esta operación de inteligencia:
«Los saudíes son los actores clave. Sobre lo que yo [Hersh] escribía era sobre una especie de acuerdo privado que se estableció entre la Casa Blanca; hablamos de Richard (Dick) Cheney y Elliott Abrams, una de las ayudas clave en la Casa Blanca, y de Bandar [el príncipe Bandar Bin Sultan, el consejero de seguridad nacional saudí]. Y la idea era conseguir ayuda, ayuda encubierta, de los saudíes, para apoyar a los diferentes jihadistas de la línea dura, grupos sunníes, especialmente en Líbano, que podrían aparecer en el caso de que se considerara ventajoso una confrontación real con Hezbollah -el grupo chií en el sur de Líbano -…tan simple como eso… Ahora estamos ocupados en apoyar donde quiera que podemos a los sunníes contra los chiíes, contra los chiíes en Irán, contra los chiíes en Líbano, esto es, Nasrullah. Guerra civil. Estamos ocupados en crear violencia sectaria en algunos lugares, en particular en Líbano» (CNN Interview with Seymour Hersh, CNN International’s Your World Today, 21 May 2007)
El modelo de la ayuda saudí a Fatah al-Islam forma parte de operaciones encubiertas apoyadas por Estados Unidos similares a las llevadas a cabo por la CIA en los ochenta en apoyo a al-Qaeda.
Bien, Estados Unidos está profundamente implicado. Esto fue una operación encubierta que Bandar dirigió con nosotros. Si lo recuerdan, no olviden que entramos en la guerra en Afganistán apoyando al muyaidin Osama ben Laden, a finales de los ochenta, con Bandar y con gente como Elliott Abrams; la idea era que los saudíes nos prometieron que ellos podían controlar a los jihadistas, así que gastamos una gran cantidad de dinero y de tiempo … a finales de los ochenta, usando y apoyando a los jihadistas… Y tenemos el mismo modelo … usar otra vez a los saudíes para apoyar a los jihadistas [Fatah al-Islam]; los saudíes nos aseguran que pueden controlar a esos diferentes grupos, grupos como el que ahora está mismo en contacto en Trípoli con el gobierno (Entrevista de CNN a Seymour Hersh). (CNN Interview with Seymour Hersh, CNN International’s Your World Today, 21 May 2007)
¿Acontecimiento orquestado en Líbano? Construir una justificación humanitaria para una intervención militar
Fatah al-Islam es una «baza de la inteligencia» financiada por Arabia Saudí. Aunque el gobierno Bush acusa a Damasco de apoyar a Fatah al-Islam, hay indicios de que las muertes en los campos de refugiados palestinos fueron la consecuencia de una operación de inteligencia militar cuidadosamente orquestada.
Desde verano de 2006, tras el bombardeo israelí de Líbano, el ejército de la OTAN está presente tanto dentro de Líbano como en la costa sirio-libanesa. El primer paso de este proceso, que siguió a la retirada en 2005 del ejército sirio de Líbano, fue la resolución de Naciones Unidas que permitía el despliegue de las fuerzas de paz de la OTAN.
El objetivo de la hoja de ruta militar es crear violencia sectaria dentro de Líbano, lo que proporcionará el pretexto para una creciente intervención militar por «motivos humanitarios» del ejército de la OTAN bajo un mandato formal de Naciones Unidas. Esta intervención militar humanitaria de la OTAN en relación con Israel se concibe como una secuela de la retirada del ejército sirio en 2005 y de los bombardeos israelíes de 2006. Si se emprendiera, podría llevar a una situación de ocupación extranjera de facto de Líbano, así como a un reforzamiento del bloqueo económico contra Siria.
El pretexto de estas crecientes acciones militares es el supuesto apoyo de Siria a Fatah al-Islam y la supuesta implicación de Damasco en el asesinato de Rafiq Hariri. La oportuna «investigación» del asesinato de Hariri y el establecimiento de un deslegitimado tribunal están siendo utilizados por la coalición para fomentar el sentimiento antisirio en Líbano. Desde un punto de vista militar y estratégico, Líbano es la puerta de entrada a Siria. La desestabilización de Líbano apoya la agenda militar estadounidense-de la OTAN-israelí contra Siria e Irán. La inteligencia estadounidense suelta a sus brigadas islámicas mientras que acusa al enemigo de apoyar estos grupos terroristas que, de hecho, son financiados y apoyados de manera encuberta por el Tío Sam.
Enlace con el original en inglés: http://www.globalresearch.ca/index.php?context=viewArticle&code=CHO20070531&articleId=5837
Beatriz Morales Bastos es miembro de Cubadebate, IraqSolidaridad y Rebelión.