El vicepresidente estadounidense Dick Cheney admitió hoy que el Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) indagan de forma oculta sobre cuentas financieras de civiles en Estados Unidos, práctica considerada ilegal en ese país.El diario The New York Times denunció que ambos organismos realizan las indagaciones amparándose en la necesidad de garantizar la seguridad […]
El vicepresidente estadounidense Dick Cheney admitió hoy que el Pentágono y la Agencia Central de Inteligencia (CIA) indagan de forma oculta sobre cuentas financieras de civiles en Estados Unidos, práctica considerada ilegal en ese país.
El diario The New York Times denunció que ambos organismos realizan las indagaciones amparándose en la necesidad de garantizar la seguridad nacional mediante el espionaje de esas personas presuntamente sospechosas de terrorismo en Estados Unidos.
Cheney alegó ante el canal de televisión Fox News que las actividades de fisgoneo interno por el Departamento de Defensa y la CIA también protegen a instalaciones militares en territorio estadounidense.
De acuerdo con el Times, esas instituciones han enviado las denominadas «cartas de seguridad nacional» a bancos, empresas crediticias y otras compañías, exigiéndoles información sobre sus clientes en cuanto a transacciones y recursos financieros.
Ambas agencias han pedido al Congreso reiteradamente el poder para emitir misivas de cumplimiento obligatorio por sus receptores, sin embargo ese documento les ha sido negado por el «peligro de que aumenten su papel en el espionaje interno en el país».
Medios de prensa indicaron que entre las personas afectadas por esa práctica no autorizada se encuentra un capellán radicado en la ilegal base naval de Guantánamo, en territorio cubano, por ser sospechoso de ayudar a los prisioneros retenidos en ese enclave.
Diversos protestas ocurrieron en Estados Unidos en los últimos meses por violación de derechos ciudadanos como son las intercepciones de correos electrónicos y llamadas telefónicas de personas, sin autorización judicial.
Funcionarios de la Casa Blanca han insistido en la presunta necesidad federal del plan de fisgoneo doméstico, implantado desde 2001 por el gobierno del presidente George W. Bush luego de los atentados terroristas del 11 de septiembre.
Sin embargo, miles de usuarios de redes telefónicas y correos electrónicos han protestado en el país contra esa medida.
Uno de los más recientes escándalos se destapó cuando el diario USA Today difundió que tres grandes empresas comunicacionales entregaron enormes archivos confidenciales a la Agencia de Seguridad Nacional (ASN).
Trascendió que la base de datos de la ASN había usado inventarios telefónicos proporcionados por AT T, Verizon y BellSouth, que juntas sirven a más de 200 millones de clientes en Estados Unidos.