Al día siguiente del 1 de mayo -Día Internacional de los Trabajadores-, un grupo de trabajadores de la construcción inmigrantes, principalmente de Guatemala, lanzó la campaña Cabricanecos en una acción realizada a primera hora de la mañana en Brooklyn, en protesta por las peligrosas condiciones de trabajo a las que se enfrentan a diario en todos los distritos de la ciudad de Nueva York. Esta campaña representa a 40 trabajadores.
Estos valientes trabajadores prepararon una carta con sus demandas. Ante la mirada de sus partidarios, los trabajadores rodearon el coche de un jefe para intentar entregarle sus demandas. El jefe se negó a aceptar la carta, pero el argumento de los trabajadores sonó alto y claro: quieren ser tratados con dignidad y respeto como todos los trabajadores. Esta acción del 2 de mayo fue sólo el comienzo de una larga lucha.
Los trabajadores están representados por el Centro de Trabajadores de Lavandería, una organización mayoritariamente de inmigrantes que, según su página de Facebook, “se ocupa de la necesidad de desarrollar un liderazgo basado en la comunidad con el fin de mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores de las industrias de lavandería y de servicios alimentarios, así como de sus familias. Nuestro trabajo tiene como objetivo combatir abusos como el abandono de los propietarios, el robo de salarios y las condiciones de trabajo peligrosas y de explotación, todos ellos endémicos en las comunidades de bajos ingresos de la ciudad de Nueva York y Nueva Jersey.”
Aunque el LWC no es un sindicato oficial, su principal objetivo es mostrar a los trabajadores con salarios bajos que tienen derecho a organizarse y a luchar por mejores condiciones, aunque no tengan un sindicato.
El 30 de abril, Mahoma López, codirector ejecutivo del LWC, habló con Mundo Obrero sobre la difícil situación de estos trabajadores. La mejora de los salarios es una de las principales reivindicaciones, pero igual de importante es la grave preocupación por la falta de protección en el trabajo. Muchas de estas obras no proporcionan máscaras o respiradores para proteger a los trabajadores del amianto y de otras sustancias químicas debilitantes y potencialmente mortales a las que se enfrentan mientras realizan la limpieza de las demoliciones en estas obras.
Estos trabajadores tampoco tienen arneses para protegerlos cuando trabajan en las alturas. Cualquier accidente puede provocar, y ha provocado, lesiones graves e incluso la muerte.
Sólo en junio de 2021, más de 300 obras de construcción en la ciudad de Nueva York -un tercio de ellas en Brooklyn- fueron clausuradas por numerosas infracciones de seguridad. (N.Y. Daily News, 26 de junio de 2021)
López explicó: “Los trabajadores sufren muchas lesiones, porque la empresa no proporciona la asistencia, las protecciones de seguridad y los protocolos mínimos. La empresa obliga a los trabajadores a cargar con materiales pesados. Y el resultado es que los trabajadores tienen mucho dolor en los hombros, la espalda y las rodillas.
“También hay mucho estrés emocional, porque tienen que terminar de llenar los camiones muy rápidamente. A veces llevan estos materiales desde la sexta planta, la séptima, sin ascensor hasta la planta principal. Ni siquiera tienen escobas u otras cosas mínimas como bolsas de basura.
“Este es un problema de toda la industria, porque muchos contratistas básicamente no se preocupan por las leyes para proteger a los trabajadores”. Proporcionar este tipo de protecciones a estos trabajadores significa reducir sus beneficios.
Otro resultado del trato inhumano de estos contratistas ha sido el estrés que sufren no sólo los trabajadores, sino también sus familias, empezando por sus parejas. Muchos de estos trabajadores no quieren volver a trabajar por la posible ruptura de las familias.
Importancia del 2 de mayo
Los trabajadores decidieron llevar a cabo su acción el 2 de mayo, porque las obras de construcción se cerraron el domingo 1 de mayo. López declaró: “Este es el Día Internacional de los Inmigrantes aquí en Nueva York. Nuestra acción del 2 de mayo se llama Día de la Liberación para mostrar a los empleadores que estamos aquí; somos fuertes; la comunidad está aquí con nosotros, y estamos exigiendo cambios estructurales para mejorar.
“Decimos que nadie merece morir en el trabajo. El 2 de mayo es la continuación del 1 de mayo, especialmente en esta enorme industria, en la que los trabajadores mueren cada día por la negligencia de los empresarios. Se trata de una campaña por la justicia de los trabajadores, lo que significa enfrentarse cara a cara con el empresario y, básicamente, conseguir una victoria contra el empresario exige muchos recursos diferentes. Una campaña a favor de estos trabajadores de la construcción sacará a la luz todas las condiciones de trabajo problemáticas y la explotación en la lucha por construir un futuro mejor para estos trabajadores y sus familias”.
López hizo énfasis en la necesidad de acciones directas como la del 2 de mayo como una poderosa herramienta para presionar al empleador a negociar con los trabajadores y para construir el apoyo de la comunidad. Esta campaña no es sólo para los trabajadores de la ciudad de Nueva York, es una lucha global.
Puedes obtener más información sobre la campaña de Cabricanecos en: bit.ly/3KvQwXm.
WW Foto: Brenda Ryan – Pie de foto: Mahoma López habla junto a los trabajadores de la construcción de Cabricanecos en la manifestación del Primero de Mayo en Union Square, Nueva York, organizada por la Asamblea de Trabajadores contra el Racismo (WAAR).