Julian Bond, un activista pionero del movimiento por los derechos civiles, murió esta semana a los 75 años de edad. En 1960, cuando era estudiante de la Universidad Morehouse de Atlanta, un instituto al que tradicionalmente asistían estudiantes negros, Bond encabezó protestas no violentas contra establecimientos que practicaban la segregación racial, como los restaurantes, los […]
Julian Bond, un activista pionero del movimiento por los derechos civiles, murió esta semana a los 75 años de edad. En 1960, cuando era estudiante de la Universidad Morehouse de Atlanta, un instituto al que tradicionalmente asistían estudiantes negros, Bond encabezó protestas no violentas contra establecimientos que practicaban la segregación racial, como los restaurantes, los cines y los parques. Bond cofundó el Comité Estudiantil de Coordinación No Violenta (SNCC, por sus siglas en inglés) y durante años organizó y registró en el padrón electoral a ciudadanos afro-estadounidenses del Sur Profundo de Estados Unidos. En 1965 fue electo legislador del estado de Georgia, pero los demás legisladores no le permitieron ocupar su banca debido a su oposición a la Guerra de Vietnam. Recién tras un fallo de la Corte Suprema, Bond pudo finalmente ocupar su banca.
Julian Bond fue activista durante toda su vida. Defendió desde muy temprano el matrimonio igualitario y fue arrestado frente a la Casa Blanca por manifestarse en contra del oleoducto Keystone XL hace no mucho tiempo. Además, apoyaba el movimiento Black Lives Matter.
Black Lives Matter (en español: Las vidas de los afroestadounidenses importan) fue fundado después de que un jurado de Florida absolviera a George Zimmerman por el asesinato de Trayvon Martin. El movimiento creció rápidamente tras el asesinato de Michael Brown, perpetrado por la policía hace un año en Ferguson, Missouri, y se ha ampliado de tal manera que ahora tiene más de 25 representaciones a nivel nacional. Black Lives Matter está generando gran alboroto en la campaña presidencial, ya que los activistas interrumpen eventos de campaña para exigir que los candidatos hablen de las cuestiones que son centrales para el movimiento. En un reciente evento de la campaña de Hillary Clinton celebrado en Keene, New Hampshire, se negó el ingreso de cuatro activistas de Black Lives Matter.
Daunasia Yancey, fundadora de la representación de Black Lives Matter en Boston, dijo en el noticiero de Democracy Now!: «Fuimos a New Hampshire con la intención de confrontar a Hillary Clinton en un foro público. Clinton estaba organizando un foro sobre adicción a las drogas. Lamentablemente, cuando llegamos allí nos dijeron que no podíamos ingresar al lugar». El periodista de CNN Dan Merica informó en Twitter acerca de la exclusión de los activistas y publicó que, según le informaron, se debió a que la sala estaba llena. Yancey explicó que, después de eso: «Alguien salió y nos invitó a ingresar a una sala repleta, donde podíamos ver el foro. Y entonces, uno de los funcionarios de la campaña se acercó y nos dijo: ‘Podemos ofrecerles unos minutos con ella’. A lo que respondimos: ‘Por supuesto’, para poder formular las preguntas que teníamos».
Como mínimo, se puede decir que es bastante difícil acceder a los candidatos a la presidencia, a menos que se trate de un gran donante de su campaña. Las apariciones públicas de los candidatos están bien estudiadas. Sin embargo, en los eventos de campaña en los estados clave para las elecciones primarias, que los candidatos visitan frecuentemente, en ocasiones no tienen otra opción que hablar con los posibles votantes. Los activistas de Black Lives Matter han aprovechado estos momentos para desafiar el statu quo y plantear las cuestiones del racismo y la desigualdad ante un público más amplio.
Daunasia Yancey le dijo a Hillary Clinton: «Usted y su familia han sido personal y políticamente responsables de políticas que han provocado desastres en los servicios sociales y de salud de las comunidades pobres de personas de color, a través de la guerra contra las drogas a nivel nacional e internacional que usted promovió como primera dama, senadora y secretaria de Estado. Quisiera saber: ¿cómo se siente acerca de su papel en esa violencia y cómo piensa revertirla?». A lo que Clinton respondió: «Bueno, estoy convencida, y es por eso que estoy en esta municipalidad hoy, de que hay mucha preocupación porque debemos replantear y modificar lo que hicimos para responder a diferentes problemas. En la vida, en la política y en el gobierno, por dar algunos ejemplos, es necesario preguntarse constantemente ‘¿Esto está funcionando o no?’, y si no está funcionando, ‘¿En qué debemos mejorar?'».
Julius Jones, del movimiento Black Lives Matter de Worcester, Massachusetts, también formuló una pregunta a Clinton: «¿Cuáles fueron los errores? ¿De qué manera esos errores que cometió pueden convertirse en lecciones para que Estados Unidos tenga un momento de reflexión sobre el modo en que tratamos a las personas negras en este país?». Clinton respondió: «No creo que uno cambie el modo en que piensan las personas. Creo que se cambian las leyes, la asignación de recursos, el modo en que funciona el sistema. No se puede cambiar el modo en que piensan todas las personas, pero en última instancia, podemos hacer mucho para cambiar cómo piensan algunas personas y algunos sistemas y crear más oportunidades para las personas que merecen tenerlas».
Black Lives Matter ha intervenido en los eventos de otros candidatos, como los candidatos demócratas Bernie Sanders y Martin O’Malley y el candidato republicano Jeb Bush. Las intervenciones continuarán, afirman los organizadores del movimiento. En su sitio web, Black Lives Matter afirma: «Hemos puesto nuestro esfuerzo, trabajo por la igualdad y amor por las personas negras al servicio de un proyecto político: sacar el hashtag de las redes sociales y llevarlo a las calles. El llamamiento a que las vidas de las personas negras importen es un grito de lucha por las vidas de TODAS las personas negras que buscan liberarse».
En 2013, de pie frente al monumento de homenaje a Lincoln conocido como Lincoln Memorial, en Washington D.C., Julian Bond habló en el 50° aniversario de la Marcha sobre Washington. Sus palabras, pronunciadas dos meses después de la absolución de George Zimmerman, son un recordatorio de que el movimiento por la justicia crece en formas que no podemos prever:
«Es un placer estar aquí, del mismo modo que fue un placer estar aquí hace 50 años. En aquel entonces no hubiéramos imaginado que estaríamos aquí 50 años más tarde con un presidente negro y una fiscal general negra, eso es tan solo un indicio de lo lejos que hemos llegado, pero seguimos marchando. Marchamos porque Trayvon Martin se sumó a Emmett Till en el panteón de los jóvenes mártires negros. Marchamos porque la Corte Suprema de Estados Unidos ha destrozado la Ley de Derecho al Voto, por la que luchamos y dimos nuestras vidas. Marchamos porque todos los indicadores económicos señalan enormes desigualdades entre las personas blancas y las negras. Marchamos para ser liberados de la supremacía blanca. Sin embargo, aún nos queda mucho por hacer. No es fácil, pero no alcanza con desear nuestra libertad, siempre hemos tenido que luchar por ella».
© 2015 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, [email protected]
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro «Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos», editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2015/8/21/transmitiendo_el_legado_de_julian_bond