Hace unos días se acordó una zona de comercio libre en el área del océano Pacífico, con 11 países: Estados Unidos y Canadá; de América Latina, sólo tres, México, Perú y Chile, y de la zona Asia-Pacífico, seis, Australia, Brunei, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam. Estados Unidos es la cabeza. De América Latina, es […]
Hace unos días se acordó una zona de comercio libre en el área del océano Pacífico, con 11 países: Estados Unidos y Canadá; de América Latina, sólo tres, México, Perú y Chile, y de la zona Asia-Pacífico, seis, Australia, Brunei, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam.
Estados Unidos es la cabeza. De América Latina, es obvio lo minoritario que son los tres países. De la mayoría, Brasil y Argentina tienen una potencia industrial; Venezuela el petróleo, y así sucesivamente.
De la zona Asia-Pacífico vamos a ver la población de cada país asociado a Estados Unidos, de más habitantes a menos:
Vietnam – 89 millones
Malasia – 30 millones
Australia – 23 millones
Singapur – 5 millones
Nueva Zelandia – 4.4 millones
Brunei – 400 mil
La población se ve bastante ridícula, sumando todos unos 150 millones.
Veamos a los principales países de la región que no entraron a esa zona, aunque sin estar en el BRIC:
Indonesia – 245 millones
Japón – 128 millones
Filipinas – 93 millones
Todas son islas. La población de Indonesia sola es mayor que las seis de la zona que se une con Estados Unidos.
Veamos el bloque al que se quiere oponer la potencia estadunidense con esta alianza al BRIC -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Las tres de ésta que están en Asia: China, India y Rusia, tienen una población, en números redondos, de 3 mil millones de habitantes. Suman más que todos los demás juntos, y otros aliados estadunidenses, como la Unión Europea.
En un artículo, publicado en este espacio y de este autor, del 16 de diciembre pasado, se difunde una investigación del Consejo Nacional de Inteligencia (www.dni.gov) del gobierno estadunidense.
Dice que unos años antes de 2030, China pasará al primer lugar mundial en su economía, llegando Estados Unidos al segundo.
También prevé que, entre otros, Europa, seguirá en declive.
El estudio llega a la conclusión, además, de que la potencia de toda Asia rebasará la suma de Norteamérica y Europa para 2030, en la población, en lo económico, en la inversión tecnológica y en el gasto militar.
Se indica en el estudio que varios países tuvieron sus épocas de crecimiento rápido, y enumera varios. Pero India y China están haciendo esto en una escala y a un paso nunca antes vistos.
Los principales factores que favorecen a Estados Unidos en este trabajo, que menciona el estudio de ese mismo país, son los aliados que ha logrado en diferentes momentos en cada región y su aumento en la producción de gas shale, que mejorará su balanza de pagos.
Uno de los elementos que señalamos para México es que no debe aislarse de América Latina ni depender de Estados Unidos.
Cuando la crisis de 2009, México tuvo una caída en su producto nacional (o interno) bruto de 6.6 por ciento, mientras Brasil sólo bajaba 0.3 por ciento y Argentina subía 0.9 por ciento.
En un artículo sobre la mayor independencia, se analiza el comercio mucho más grande de Brasil, Argentina y Venezuela con países ajenos a Europa y a Estados Unidos, que tienen o han tenido crisis. En el primer caso, la crisis sigue y no está claro cuántos años va a durar. El nuevo comercio es, sobre todo, con China, pero también con India.
Es muy importante también el comercio entre unos países latinoamericanos y otros. Y hay alianzas comerciales parciales pero importantes.
La diversificación del comercio de México debe ser, entonces, creciente. Incluso el Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos considera que en menos de 20 años China tendrá una economía mayor que la suya. Y, como dijimos, la suma de Europa y América del Norte serán rebasadas en el mismo plazo, y de manera más amplia, por Asia.
En este mundo, amarrarse a los mercados externos que tenemos ahora, es atarse a un pasado insostenible. La salida para México es el comercio diversificado.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2013/06/09/opinion/021a1pol