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Tres lecturas sobre el acuerdo nuclear con Irán y los palestinos

Fuentes: The Electrinic Intifada

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

  

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Un anuncio de la década de 1970 de las empresas de energía nuclear estadounidenses promocionando el programa nuclear de Irán (Wikipedia), el texto dice lo siguiente: 

«Adivinen quién está construyendo centrales nucleares 

El Sha de Irán se encuentra sentado en la cima de uno de los mayores reservorios de petróleo del mundo. Aún así, el mandatario está construyendo dos centrales nucleares y planificando dos más para abastecer de electricidad a su país. Él sabe que el petróleo se acaba y el tiempo también. Pero no construiría las centrales ahora si dudara de su seguridad. Habría esperado. Como quieren hacer muchos estadounidenses.  

El Shah sabe que la energía nuclear no sólo es barata, [además] ha disfrutado de un período histórico récord de 30 años de seguridad. Un récord que también fue lo suficientemente bueno para los ciudadanos de Plymouth y Massachusetts. Aprobaron su segunda planta nuclear en una votación de casi 4 a 1. Esto demuestra que no hay que ir tan lejos como Irán para obtener respaldo de la energía nuclear. 

La energía nuclear. La respuesta de hoy». 

He aquí dos textos que encontré muy útiles para entender el acuerdo nuclear con Irán y un tercero con el que contribuí a centrarlo en las consecuencias que tiene para los palestinos. 

El acuerdo firmado entre el llamado P5 + 1 (EE.UU., Reino Unido, Francia, China, Rusia y Alemania) e Irán se denomina formalmente el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés). 

Este acuerdo sitúa el programa de energía nuclear de Irán bajo una supervisión aún más estricta que la ya vigente según el Tratado de No Proliferación Nuclear a cambio de levantar las sanciones internacionales. 

El objetivo aparente es evitar que el programa de energía nuclear de Irán se desvíe hacia un programa de armas. 

(1) Falsas lecciones de historia 

Desde que el acuerdo final se firmó en junio Israel y su lobby estadounidense han intensificado su campaña para minarlo por medio de llevando a cabo una gran cantidad de propaganda descabellada y escabrosa. 

Una de las principales afirmaciones es que los fracasos del pasado en la prevención de la proliferación nuclear en la India, Pakistán y Corea del Norte, sirven de advertencias de que este acuerdo fallará también. 

Un miembro del Senado que había intervenido activamente acerca de la Ley de No Proliferación Nuclear de 1978 y actualmente es profesor visitante en la Universidad de Stanford echa por tierra en el venerable Bulletin of the Atomic Scientists Leonard Weiss este argumento tal como lo plantea David Harris, director ejecutivo del grupo de presión más importante a favor de Israel, el Comité Judío Estadounidense. 

El artículo de Weiss What do past nonproliferation failures say about the Iran nuclear agreement? [¿Qué dicen los fracasos pasados de la no proliferación acerca de acuerdo nuclear con Irán?] argumenta que «el intento de Harris de ver el acuerdo con Irán a través de la lente de los fracasos pasados de la no proliferación procede de algunos malentendidos o distorsiones fundamentales de la historia de aquellos fracasos. En lugar de repetir las condiciones para el fracaso, el acuerdo de Irán refleja algunas lecciones aprendidas de ellos». 

Weiss señala que Harris misteriosamente (pero como era de esperar) deja fuera a Israel como un caso fallido de la no proliferación. 

En ese caso, señala, Israel utilizó el engaño para acabar con los poco entusiastas intentos del gobierno Kennedy de cerrarle el paso a las armas nucleares. 

Desde Nixon todos los presidentes de Estados Unidos, incluido Barack Obama, han estado dispuestos a tolerar las armas nucleares israelíes, que actualmente se calculan en entre 80 y 200 cabezas nucleares. 

En un giro irónico, Weiss señala que antes de la revolución iraní el Shah se embarcó en un programa secreto de armas nucleares. 

«La industria nuclear [de EE. UU.] incluso había hecho anuncios promocionando el apoyo del Sha a la energía nuclear» escribe Weiss, «y no hay constancia de que hubiera oposición israelí a esos planes, a pesar de la voluntad expresada públicamente por el Shah de seguir con la construcción de los reactores con capacidad de reprocesamiento que habría permitido la producción de plutonio del reactor combustible». 

(2) Errores liberales 

Incluso los liberales partidarios del acuerdo con Irán, que presionan con fuerza para ayudar a Obama a que lo apruebe el Congreso, están difundiendo informaciones erróneas, sostiene el analista independiente Nima Shirazi en Slaughtering the Truth and the False Choice of War on Iran [Sacrificar la verdad y la falsa opción de guerra contra Irán]. 

«Por ejemplo», escribe Shiraz, «la reiterada afirmación de que el acuerdo «impide a Irán construir un arma nuclear» es un punto fácil que asume que Irán puede hacer un giro hacia la construcción de una bomba, algo que en realidad nunca ha existido». 

Otro tema igualmente peligroso y falso del que se habla, difundido especialmente por el propio Obama, es que la única alternativa es la guerra. 

Shirazi cita un estudio de la Universidad de Maryland del año 2013 que concluyó que «la cobertura mediática del programa nuclear de Irán está plagada de errores, suele estar descontextualizada y se ciñe firmemente a las versiones oficiales del gobierno de Estados Unidos y de Israel». 

En las raras ocasiones en que los medios de comunicación abordan «las intenciones y capacidades nucleares iraníes lo hacen de una manera carente de precisión, incoherente con los tiempos y sin proporcionar las fuentes adecuadas y el contexto por si existiera alguna duda. Esto llevó a un cuadro inexacto de las opciones que a las que se enfrentan los políticos». 

«Uno de los ejemplos más llamativos de esta práctica atroz es un reciente artículo de opinión de Anne-Marie Slaughter en USA Today«, dice Shirazi.

 

Son significativos la dejadez y los errores de Slaughter, que Shirazi desmenuza meticulosamente. «[Anne-Marie Slaughter] ha enseñado en universidades de élite, incluidas Harvard y Princeton, trabajó durante dos años como directora de planificación política para Hillary Clinton en el Departamento de Estado de Estados Unidos y actualmente dirige la New America Foundation, un influyente think tank de centro izquierda en Washington, DC», señala Shirazi. 

«Si su ex jefa se convierte en el próximo comandante en jefe, casi con seguridad Slaughter volverá a una posición de mucho poder en el gobierno», advierte. «Esperemos que antes de eso tenga las cosas claras». 

(3) El acuerdo de Irán y los palestinos 

«Gran parte de la discusión sobre el acuerdo nuclear entre Irán y el P5 + 1 (los cinco países miembros permanentes del Consejo de Seguridad [de Naciones Unidas] más Alemania) se ha centrado en las relaciones de Estados Unidos con Israel. ¿Y qué hay de las relaciones de Estados Unidos con Palestina, en la medida que son distintas de las relaciones entre Estados Unidos e Israel? ¿Cómo van a verse afectadas por el acuerdo, si es que lo hay?»  

Esta es la introducción a una mesa redonda de preguntas y respuestas  elaborada por la red para el pensamiento político de Palestina, Al-Shabaka. 

Las tres preguntas dirigidas a mí y a otros dos analistas, Diana Buttu y Mouin Rabbani, son: 

  • ¿En qué medida las relaciones entre Estados Unidos y Palestina son diferentes de las relaciones entre Estados Unidos e Israel y/o el compromiso estadounidense en el actual y moribundo proceso de paz?

  • ¿Qué impacto se esperan que pueda tener el acuerdo con Irán sobre las relaciones per se entre EE.UU. y Palestina?,

  • ¿Cómo se deberían posicionarse los propios palestinos (la «dirigencia» y la sociedad civil palestina) para beneficiarse este acuerdo y garantizar como mínimo que no se deterioran los derechos de los palestinos? 

Nuestras respuestas coinciden en un aspecto fundamental: que las relaciones de Estados Unidos con el «liderazgo» oficial palestino pasan a través de su relación con Israel, por lo que poco es probable que algo cambie para mejor. 

Esta es mi valoración de cómo la política de aprobar el acuerdo Irán en EE.UU. (que implica hacer aún más el juego a Israel) ha perjudicado a los palestinos, aunque el acuerdo en sí pueda ser un logro significativo: 

Si los iraníes consideran que el acuerdo es una manera de evitar el tipo de excusa ideológica y religiosa que esgrime EE. UU. para desatar una guerra como la que destruyó Iraq y sembró la catástrofe en toda la región, entonces sólo ellos pueden juzgar los beneficios que les supone ese acuerdo. El levantamiento de las sanciones impuestas por Obama y los vasallos europeos de Estados Unidos con el apoyo de Israel puede aliviar el sufrimiento infligido a los iraníes más pobres. Sin embargo, no hay duda de que algunas élites iraníes consideran que el fin de las sanciones es una oportunidad de abrir el país al capital extranjero, vender activos públicos e insertar totalmente a Irán en el neoliberalismo mundial. 

En cuanto a las relaciones entre Estados Unidos y Palestina, el impacto que ya ha tenido es que el presidente Obama ha profundizado la participación y el apoyo de Estados Unidos a los crímenes israelíes como forma de compensar a Israel y su lobby por haberlos desafiado ligeramente con el acuerdo con Irán. Israel puede y va a vivir con el acuerdo de Irán, pero ha sido hábil al extorsionar al gobierno estadounidense para que le dé aún más en términos de ayuda y armamento. Barack Obama se jacta justamente de que ningún gobierno ha sido más generoso con Israel que el suyo. Supongo que antes de que expire su mandato firme un acuerdo que otorgue a Israel aún más dinero en los próximos 10 años. Como consecuencia directa de las acciones de Obama, morirán más palestinos (léase el resto aquí).

Fuente: https://electronicintifada.net/blogs/ali-abunimah/3-readings-iran-nuclear-deal-and-palestinians