Trump cancela viaje a Cumbre de las Américas

Mientras contempla una respuesta militar contra Siria, el presidente también está decidiendo si continuar el ataque contra su propio Departamento de Justicia, el FBI y el fiscal especial Robert Mueller.

No se sabe si es por lo ocurrido en casa o por asuntos internacionales, pero la Casa Blanca anunció que Trump canceló su viaje a Perú este viernes para participar en la Cumbre de las Américas, citando la necesidad de permanecer en Washington para encargarse de la respuesta de su gobierno al supuesto ataque químico en Siria. La Casa Blanca informó que el vicepresidente Mike Pence viajará a esa cumbre en su lugar.

Será la primera vez en las ocho cumbres que el mandatario estadunidense no estará presente y este era el primer viaje de Trump a América Latina.

El líder de la minoría demócrata del Comité de Asuntos Exteriores de la cámara baja Eliot Engel declaró que con la decisión, Trump «una vez más está cediendo liderazgo estadunidense en las Américas» pero que el anuncio «no debe sorprender de una administración cuya política hacia la región comienza con construir un muro entre nuestro país y nuestros vecinos al sur».

Mientras tanto, aquí en casa, la escena el lunes, cuando el presidente primero respondió a la noticia de que las oficinas, residencia y hotel de Michael Cohen, su abogado personal que ha trabajado con él durante una década habían sido allanadas por agentes del FBI, fue ominosa (y perfecta para los que acusan que el presidente tiene tendencia autoritarias): Trump, rodeado de altos oficiales militares antes de una reunión para aclarar la respuesta bélica a Siria, declara que hubo «un ataque sobre nuestro país en un sentido verdadero». Pero no estaba hablando de Siria o Corea del Norte, ni de inmigrantes o «terroristas», sino de su propio Departamento de Justicia, el FBI, y los investigadores federales.

Todo esto desató una intensa especulación sobre cuál sería la respuesta presidencial, ya que Trump dejó en «veremos» la posibilidad de despedir al subprocurador general Rod Rosenstein, o al propio procurador general (y secretario del Departamento de Justicia) Jeff Sessions, o al fiscal especial Robert Mueller.

Según algunas versiones, asesores de Trump han pasado las últimas 24 horas tratando de convencer a un presidente furioso de no tomar decisiones imprevistas que podrían colocarlo en dificultades legales y hasta podrían generar una crisis para su presidencia.

No ayudó a calmar nervios hoy que la vocera de la Casa Blanca Sarah Sanders comentó que Trump tiene la autoridad para despedir a Mueller directamente sin tener que solicitar esa acción al Departamento de Justicia (algo disputado por expertos legales).

No es la primera vez que está contemplando correr al fiscal especial: buscó hacerlo en diciembre, y también el verano pasado, reveló el New York Times.

Por su parte, el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, dijo a CNN que sigue pensando que «se le debería permitir a Mueller concluir su tarea… No creo que será removido», pero rehusó contestar qué hará en el caso de que el presidente intente despedir al fiscal especial que encabeza la investigación federal bajo supervisión del Departamento de Justicia sobre la mano rusa en las elecciones.

El senador republicano Charles Grassley, presidente del Comité Judicial, comentó hoy que «sería suicidio para el presidente si desea hablar de despedir a Mueller».

Pero según otros, en este momento, Rosenstein es quien está en la mira, y el que más provocó la ira del presidente en estos momentos.

Aunque fue Mueller quien refirió el asunto a los fiscales federales en Nueva York, los cuales entonces consiguieron la orden judicial de un juez federal -las cuales no se emiten fácilmente en caso de un abogado, sobre todo uno que trabaja para alguien que es el presidente- para realizar el allanamiento, eso primero fue aprobado por el subprocurador general Rosenstein -quien es el encargado máximo de todo lo relacionado con esta investigación en el Departamento de Justicia después de que Sessions se vio obligado a recusarse del caso.

De acuerdo con versiones extraoficiales, el objetivo de los agentes federales -quienes se llevaron todo tipo de documentos, comunicaciones y hasta una computadora- era sobre varios asuntos relacionados con la investigación federal de Cohen por posible fraude bancario y violaciones de leyes de financiamiento de campañas electorales, reveló el Washington Post.

Como parte de eso, un enfoque particular de los agentes fue captar información relacionada a los pagos a dos mujeres, la actriz porno Stormy Daniels y la ex modelo de Playboy, Karen McDougal, realizados por o a través de Cohen poco antes de la elección de 2016 a cambio de acuerdos legales prohibiendo la divulgación de sus relaciones sexuales con Trump hace unos 12 años.

Esta dramática acción de las autoridades es considerada por algunos como el paso más grave para el presidente hasta la fecha de las investigaciones sobre él y su equipo. Hasta el momento, lo queTrump llama una «cacería de brujas» incluye la acusación penal de su ex jefe de campaña Paul Manafort, la admisión de culpa por mentir a autoridades federales de su primer asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn quien ahora, junto con por lo menos otros dos ex asesores de su campaña, están cooperando con la investigación a cambio de reducción en posibles condenas, mientras que su yerno Jared Kushner está bajo la lupa de Mueller, y por otro lado, sus negocios están bajo escrutinio de fiscales en Nueva York por posibles delitos.

Y todo eso no incluye al propio presidente, por ahora.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2018/04/10/trump-no-asistira-a-cumbre-de-las-americas-casa-blanca-7482.html