Circula por vías no formales un video de Enrique Colina afamado crítico profesional cineasta titulado «La Vaca de Mármol», documental que fue estrenado fuera de Cuba y donde se muestran al final del material aspectos anecdóticos e imágenes de una obra escultórica realizada como reconocimiento a la recordista mundial en producción de leche, la vaca […]
Circula por vías no formales un video de Enrique Colina afamado crítico profesional cineasta titulado «La Vaca de Mármol», documental que fue estrenado fuera de Cuba y donde se muestran al final del material aspectos anecdóticos e imágenes de una obra escultórica realizada como reconocimiento a la recordista mundial en producción de leche, la vaca «Ubre Blanca».
Ese ejemplar bovino que se hizo famoso al alcanzar en un día la fabulosa producción de 110 litros de leche, se mantiene conservado en una urna de cristal en el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria (CENSA) de la República de Cuba.
Nacida en la vaquería conocida como «La Victoria» en la Isla de la Juventud al sur de Cuba, Ubre Blanca se hizo noticia al alcanzar el día 25 del mes de Enero del año 1981 el record de 110,4 litros de leche colectadas luego de tres ordeños, en el día 275 de lactancia. Leche con cualidades óptimas.
¿Por qué no es de mármol?, porque no es fría, pues no fue ni será una utopía alcanzar una sostenibilidad productiva de ganado y producción de leche en un país socialista como Cuba.
No es de mármol porque fue fruto de una política agropecuaria dinámica y bien pensada donde luego de esfuerzos de la ciencia y la técnica, el país alcanzó a lograr mediante cruzamientos un ejemplar estandarizado conocido como Siboney de Cuba, mezcla genética con armonía entre la raza Holstein (alto productor de leche en clima europeo) y la Cebú (rusticidad y adaptación al trópico), respondiendo ello a esa intención de desarrollo pecuario en la década del 80 del pasado siglo. Ubre Blanca fue un ejemplar único, caso singular que expresó en su conducta productiva, cualidades que se apartaban de la media en rendimiento de otros ejemplares en el rebaño.
No es de mármol porque a diferencia de ese mineral que le confiere cierta frialdad a los locales que se recubren con él por su efecto termo, además de ser por excelencia el componente constructivo tradicional de las bóvedas en los cementerios, Ubre Blanca vivió y demostró su productividad ante los ojos admirados de los cubanos y del mundo. Cierto que se hizo objeto de visitas de personalidades del mundo entero, especialmente de quienes aman la ganadería como también fue objeto de seguimiento hasta el detalle por el comandante en jefe, el compañero Fidel.
El documental técnicamente bien realizado es una falta de respeto total a la historia y a los nobles sueños de quienes si apostamos y sostenemos que alcanzar un alta producción de leche mediante animales adaptados al trópico utilizando una dieta básicamente con leguminosas y gramíneas nacionales es posible, solo que contra ello redunda la indisciplina tecnológica, pero como concepto fue y será siempre posible, luego el documental no pierde oportunidad de insidiosamente aguijonar la historia, sacando de contexto lo que otrora se dijo y se hizo para utilizarlo como mofa y chanza.
Edulcorado con sátira y utilizando las técnicas de la comunicación como gancho, el documental de punta a cabo es irreverente y calumnioso. Algunas de las personas entrevistadas para realizar el material, de haber conocido la intencionalidad, no hubieran tributado información testimonial ni documental a tal fin. Sacar de contexto momentos, situaciones y coyunturas convierte la información veraz en una caricatura de mal gusto y dañina como en este caso ocurre. La libertad de expresión no justifica que se mancille la historia.
Ubre Blanca no es de mármol. Fue fruto del amor y de los sueños de hombres y mujeres que apostaron al desarrollo ganadero de su Patria. Fue fruto también de convicciones profundas de poder alcanzar un bienestar para un pueblo y muy especialmente para los niños donde la alimentación tradicional en Cuba por habito ha sido la leche de vaca. Detrás de aquel fabuloso proyecto de desarrollo ganadero de la naciente Cuba socialista estuvo Fidel y el icono más cimero y representativo de una apoca y una historia fue sin lugar a dudas Ubre Blanca.
Ubre Blanca es en síntesis una obra de la Revolución. Merecerá siempre respeto, por ello se preservó para la generaciones futuras, por ello está a la vista de los que acuden al CENSA y suscita siempre admiración e interés en los visitantes.
Fue sacrificada cuando su deterioro físico la conducía a una muerte segura, perdiéndose entonces el ejemplar. Una labor encomiable de taxidermia por parte de la Academia de Ciencias de Cuba logró el objetivo de que el ejemplar conservara su integridad morfológica externa con solo sus ojos de cristal. Su piel celosamente guardada durante 4 meses en cámara fría esperó a que los especialistas la utilizaran para vestir una estructura de alambrón con las medidas exactas del ejemplar.
El día de su sacrificio se preservó documentalmente y quedó hasta hoy para el anonimato la forma en que fue tomada la decisión de inmolarle: Contó la doctora Rosa Elena Simeón Negrín directora general del CENSA en aquellos días, que ante el inminente deterioro del animal, concibió la idea de su sacrificio con el fin de preservarla. Consultado el parecer de Fidel dada la tamaña decisión a tomar, este, luego de recibir todas las explicaciones y argumentos pidió una condición: que el procedimiento a utilizar en el sacrificio fuera lo menos traumático posible, lo más humano posible, nos revelaría Rosa Elena, pues nuestro pueblo dijo, era muy sensible y había seguido de cerca el ritmo productivo de Ubre Blanca haciéndose casi familiar el seguimiento por el pueblo, de manera que se tendría que dar una explicación convincente y detallada. Eso se hizo. Se documentó fílmicamente el proceso, narrado en off por el locutor Manolo Ortega y «Granma» publicó un extenso artículo en la ocasión.
La historia hace prevalecer los valores positivos. La memoria histórica de los pueblos es una herencia para educar y motivar a las nuevas generaciones que no amarían lo que desconocen y menos podrían ser capaces de defenderla.
La verdad de Ubre Blanca es que no es de mármol aunque exista una obra escultórica confeccionada con ese mineral en la Isla de la Juventud. La verdad es que Ubre Blanca está hecha de dignidad.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.