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La policía fue dura, pero las consecuencias de no actuar sobre el cambio climático son peores que cualquier cosa que el estado pueda lanzarnos

Un ambiente de represión

Fuentes: The Guardian

Si leíste los periódicos de la semana pesada, te perdonaría si pensaras que 1500 personas habían ido a Kent para una batalla campal con la policía. Una campaña organizada y marcada en rojo por los chicos de azul se centró en perturbar el campamento por la acción climática (1) e inundaron las salas de prensa […]

Si leíste los periódicos de la semana pesada, te perdonaría si pensaras que 1500 personas habían ido a Kent para una batalla campal con la policía. Una campaña organizada y marcada en rojo por los chicos de azul se centró en perturbar el campamento por la acción climática (1) e inundaron las salas de prensa con los clichés de hippies contra maderos. Podrían haber tenido un éxito parcial en distraer a los medios del cambio climático hacia un problema de orden público, pero sirvió para radicalizar a los activistas por el clima y reafirmar nuestra determinación de hacer entender nuestro mensaje pase lo que pase.

Un temprano asalto nos pilló desprevenidos, cuando varios cientos de policías hicieron una incursión en el campamento y cogieron (2) todo lo que pudieron llevar. Entre los artículos «para prevenir un daño criminal» había lápices, juegos de mesa, cuerdas para toldos, cuchillos de cocina (todavía guardados en sus envoltorios), herramientas – serruchos, cerrojos y una llave inglesa – esterillas enrolladas, grandes botellas de agua y una variedad de equipos para los sanitarios secos. (3)

No podía haber sido más claro: bajo los auspicios de buscar armas la policía hizo un evidente intento de cerrar el campamento por el clima. Dieron marcha atrás; cuando la policía entró para confiscar nuestros suministros de tuberías, la gente resistió (4), buceando en metros de cañerías y rehusando irse. Después de un punto muerto que duró cerca de una hora, la policía nos dejó nuestras tuberías y leña para sacar una nota de prensa triunfal.

La presencia constante y las molestias intencionadas tuvieron su efecto; los talleres tuvieron problemas, ya que la gente exhausta del stress y la falta de sueño, tenía que gritar para ser escuchada por encima de los rotores de un helicóptero policial anclado encima de nuestras cabezas. Luchamos contra una extraña rutina: despertar muy temprano por la mañana («¡La policía está aquí!»,» ¡la policía está aquí!) y una memorable carga a media noche acompañado por la Cabalgata de las Valkirias desde el estéreo de un coche (que no fue atemorizante sino una muestra divertida de su falta de imaginación).

Pero con el tiempo la gente se endureció y comenzó a resistir activamente. Cuando una línea de policía antidisturbios armada con escudos, porras y spray de pimienta entró en el campo el lunes por la mañana, se encontraron con varios cientos de personas. Manos al aire, cantado «Esto no son disturbios» (5), forzaron a la policía a retroceder hasta la puerta trasera (ahora doblada, «el frente oeste» para los periodistas) y lanzaron una tregua de tres días: llevamos carpas, cocinas, baños y el sistema de sonido para tener entretenidos a los que mantenían la línea.

La policía puso en libertad bajo fianza a los arrestados en el campo; se arriesgan a cárcel por incumplir las condiciones de la fianza (6) y volver al campamento. Bob Marshall-Andrews, el diputado local, abandonó sus vacaciones y volvió a casa para condenar la acción policial (7) mientras que Norman Baker (8) por poco evitó ser gaseado con gas de pimienta. Los habitantes locales que afrontaron las Operación Oasis se quedaron asombrados al descubrir, que no había terroristas o violencia, sino gente construyendo una forma sostenible de vida entre un gran estado de represión. Todo el mundo se rió cuando una familia de un pueblo cercano comenzó a hostigar a un puñado de maderos, pidiéndoles que detuvieran a los verdaderos criminales.

¿Fue entonces exitosa la operación policial? A pesar de las noticias histéricas y el alijo de armas más improbable de ser «encontrado» nunca (¿no podían haber infiltrado una estrella Ninja de verdad, no una réplica?) sobre unas 1000 personas llegaron a la central térmica el día de acción, con varios cientos saltándo las vallas y cuatro personas llegando a la valla eléctrica en una carga «a vida o muerte» directa a los brazos de la policía antidisturbios que esperaban.

Algunos de los 26 policías tuvieron un ataque de locura y amenazaron con cargar (9) contra la manifestación autorizada con caballos, perros y largos bastones. Una flotilla de balsas se movía sobre el Medway, desafiando el mandamiento judicial y el reglamento local prohibiendo procesiones sobre el agua hasta que la policía los «recató» (una extraña forma de describir el secuestro de su lancha y arrestar su tripulación). Quizás no hemos podido parar el funcionamiento de la central, pero hemos mandado un claro mensaje a E.on y al gobierno: Intentar construir Kingsnorth 2 y os pararemos.

Por supuesto, que la policía opté por la línea dura con los manifestantes no es nada nuevo, nos enfrentamos a la represión del estado desde antes de su invención. Pero el cambio climático no es una construcción libre y sin argumentos; está respaldada por la ciencia en forma concluyente. Tenemos 100 meses (10) para detener un cambio climático fuera de control y los científicos ahora predicen un aumento de la temperatura de 4 grados o más en nuestro tiempo de vida. La policía es pagada para proteger el capital y las corporaciones (11); cuando vean que la vida de sus hijos está en riesgo (12), ¿Comenzarán a cambiar de bando? Si no lo hacen, esta semana muestra que no sólo no nos quedaremos al margen y no les dejaremos proteger a quién nos condenaría a un futuro dominado por el cambio climático, mareas crecientes y explotación de los recursos. Sea lo que sea lo que nos arrojen, podemos, resistiremos y tenemos que resistir. El impacto de nuestro fracaso será mucho más severo que cualquier cosa que el estado nos lance.

Traducido por Mario Cuéllar para Globalízate

Richard George es cofundador de Plane Stupid

Vídeo de las detenciones de observadores legales en el campamento por el clima:

Artículo original:

http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2008/aug/12/climatechange.police

Referencias:

(1) http://www.climatecamp.org.uk/
(2) http://www.indymedia.org.uk/en/2008/08/405943.html
(3) No en el artículo original: http://www.rinconesdelatlantico.com/num4/30_sanitarios.html
(4) http://www.indymedia.org.uk/en/2008/08/405125.html
(5) http://news.bbc.co.uk/1/hi/england/kent/7540450.stm
(6) http://www.guardian.co.uk/environment/2008/aug/05/kingsnorthclimatecamp.activists
(7) http://news.bbc.co.uk/2/hi/uk_news/england/7548684.stm
(8) No en el artículo original: http://en.wikipedia.org/wiki/Norman_Baker
(9) http://www.guardian.co.uk/environment/2008/aug/10/kingsnorthclimatecamp.activists»
(10) http://www.guardian.co.uk/environment/2008/aug/01/climatechange.carbonemissions
(11) http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2008/aug/04/kingsnorthclimatecamp.climatechange
(12) http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2008/aug/08/kingsnorthclimatecamp.climatechange