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Un día en silencio

Fuentes: Al-Jumhuriya English

Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández.

Uno de los bocetos utilizados en el informe de Amnistía Internacional sobre las ejecuciones masivas de detenidos en la infame prisión de Saidnaya

A los mártires de Saidnaya

Nosotros, los sirios, aunque no podamos hablar, no podemos dejar de hablar. Lo atroz ha desafiado nuestras palabras, una y otra vez, destruyéndolas. Y, en cada ocasión, sentimos que sólo un silencio eterno podría proteger nuestra dignidad y honrar a los violados de entre nosotros. Una y otra vez terminamos usando las palabras rotas que tantas veces han sido dañadas. No podemos parar. Queremos que nuestras voces se oigan, pero nunca se escuchan. Se han convertido en un ruido monótono, que nadie percibe, como si fuéramos una máquina funcionando entre bastidores, que sólo oyen quienes están en la escena pero que nadie más escucha.

Aun así, hablamos, porque queremos ser escuchados y vistos. Que sean conscientes de nuestra presencia. Que digan que somos la escena activa. Lo atroz son nuestros cuerpos destrozados. Los cuerpos de nuestros hermanos, amigos y seres amados. Es la escena hacia la que deben volverse las miradas y a la que los oídos deben prestar atención. Y hablamos. ¿Cómo no vamos a hablar?

Sin embargo, la experiencia de las palabras rotas es real y no puede ignorarse. Si es que vamos a seguir hablando, tendríamos que componer nuestras palabras o arriesgarnos a dañarlas aún más. Por ello, debemos convertir nuestros discursos y textos en un refugio donde sanar nuestras palabras; donde inventar otras nuevas y crear un silencio que sea capaz de hablar. Un silencio creativo que preceda a las palabras y a los significados, en el que las palabras sanen y nazcan de nuevo.

Nuestras palabras se ignoran, dejemos que nuestro silencio se escuche.

Nosotros, los sirios, necesitamos un acontecimiento verboso en el que contemplar nuestras palabras; en el que sentirlas y expresarlas; en el que manifestar nuestro respeto y cuidar de su seguridad y dignidad.

Ese acontecimiento podría adoptar la forma de un día de completo silencio; un día sin palabras, expresión o comunicación.

Un día de escogida soledad, aunque salgamos a las calles y estemos rodeados de gente.

Un día para una plegaria ansiosa por las palabras torturadas y rotas. Por las palabras que han muerto, por las que han vuelto a nacer.

Un silencio que celebre el espíritu de las palabras, de los significados. De su vida y persistencia frente a lo grotesco; de su capacidad para avanzar a través de los tiempos y de las culturas; de su fuerza para resistir la atrocidad.

Una protesta contra un mundo de ruido, un elemento de nuestra nueva identidad.

Nosotros, los sirios…

[Traducido del árabe original al inglés por Zuhur Mahmud]

Yassin Al-Haj Saleh, autor del libro de inminente publicación «Impossible Revolution», es un escritor y disidente sirio exiliado en Turquía.

Fuente: http://aljumhuriya.net/en/war-crimes/a-day-of-silence

Esta traducción puede reproducirse libremente a condición de respetar su integridad y mencionar al autor, a la traductora y a Rebelión.org como fuente de la misma.