Sobresaturado de cinismo y escándalos, el gobierno de Estados Unidos insiste en ver la paja en el ojo ajeno. En efecto, el pasado 5 de junio, el Departamento de Estado norteamericano, en un acto de cinismo extremo, volvió a incluir a Cuba en su lista negra de tráfico humano, como uno de los países que […]
Sobresaturado de cinismo y escándalos, el gobierno de Estados Unidos insiste en ver la paja en el ojo ajeno. En efecto, el pasado 5 de junio, el Departamento de Estado norteamericano, en un acto de cinismo extremo, volvió a incluir a Cuba en su lista negra de tráfico humano, como uno de los países que «no cumplen con los estándares mínimos para eliminar el tráfico de personas explotadas sexualmente o mantenidas en la esclavitud». Sin embargo, apenas una semana después -cuando se acrecientan en todo el mundo las protestas por las torturas y el trato inhumano y degradante que los estadounidenses aplican en la prisión de Guantánamo-, les revienta en las manos un nuevo escándalo: Una planificada operación de tráfico humano, autorizada por el Gobierno de Estados Unidos, sirvió para pagar a los principales implicados en la salida ilegal del terrorista Luis Posada Carriles de Panamá el 26 de agosto de 2004.
Fuentes de todo crédito vinculadas a la directiva del partido Arnulfista -el mismo de la ex presidenta Mireya Moscoso- han criticado duramente el manejo que la ex mandataria hizo del Caso Posada Carriles. Consideran «terminó de aniquilar políticamente a esa agrupación política», y han dado a conocer que la salida del terrorista de Panamá estuvo precedido de una operación de tráfico humano -meticulosamente coordinada con las autoridades norteamericanas y su embajada en Ciudad Panamá- mediante la cual llegaron ilegalmente a territorio panameño 500 ciudadanos de origen chino, menores de 17 años, cuyo destino final fue el territorio de los Estados Unidos.
Según estas fuentes, la operación de tráfico de los «500 chinos» se realizó por un monto total de 6 millones de dólares estadounidenses y formó parte del operativo general para sacar a Posada Carriles de Panamá. De esa suma salieron los fondos para pagar a los principales implicados en la salida del terrorista de Panamá.
Si los datos que me hicieron llegar desde las filas Arnulfistas son ciertos, las ganancias que obtuvieron los funcionarios panameños implicados en la salida de Posada Carriles, como resultado de la operación de tráfico humano se repartieron como sigue:
El matrimonio Barés, compuesto por Carlos Barés e Ilsa de Barés, Jefe de Policía y Jefa de Migración respectivamente en el gobierno de Mireya Moscoso, fue el más recompensado. Este matrimonio recibió 3 millones de dólares, por el papel protagónico e insustituible que ambos jugaron tanto en el tráfico de los ciudadanos chinos como en la salida de Posada de Panamá.
Ramiro Jarvis, Coordinador del Consejo de Seguridad Nacional de Panamá en el gobierno de la Moscoso, quien se tomó «el trabajo» de ir personalmente a buscar a Posada Carriles a la Cárcel El Renacer en compañía de Carlos Barés, recibió como premio por el servicio prestado la suma de un millón de dólares estadounidenses.
El abogado Nelson Brandau, quien junto a Javier Tapia, Segundo Jefe de Migración de Panamá, se ocupó de los aspectos técnicos del visado e introducción escalonada de los 500 chinos en el territorio panameño, en coordinación con la contraparte asiática, recibió la suma de 300 mil dólares estadounidenses. El propio señor Brandau, quien mantiene vínculos discretos, pero confirmados con la Embajada Norteamericana en Panamá, se ocupó de las coordinaciones para la posterior entrada de los chinos en territorio norteamericano.
Javier Tapia, Segundo Jefe de Migración, quien además de las tareas para el tráfico humano junto a Brandau, garantizó la documentación en regla del grupo de terroristas y los despidió en el aeropuerto de Tocumen, recibió 150 mil dólares estadounidenses.
El dinero restante -según me cuentan- habría sido distribuido entre personajes menores de la Policía y Migración, en correspondencia con la mayor o menor participación en las mencionadas operaciones.
Y con razón el lector preguntará: ¿Y el dinero que por derecho propio le correspondía a la Presidenta doña Mireya Moscoso ? ¿Acaso no fue ella la que facilitó todo indultando a los terroristas? Dicen, no me consta, que no recibió nada en el reparto de las ganancias por el tráfico de los 500 chinos. Recuerden que ella fue «aceitada» con 4 millones de dólares estadounidenses y otras regalías provenientes de los amigos de Posada en Miami, que su hermana fue personalmente a buscar.
Como suele suceder en historias entre truhanes, los secretos se van develando poco a poco, dejando ver la hipocresía y el cinismo de los gobernantes y las autoridades estadounidenses y panameñas de entonces. Hace mas de un año publiqué en este mismo sitio digital dos amplios artículos[1] donde revelaba con lujo de detalles la participación de la presidenta Mireya Moscoso, de su jefe de policía Carlos Barés y otros altos funcionarios de su gobierno en todo el proceso del Caso Posada Carriles, hasta la «fuga presidencial» del terrorista y sus cómplices en forma de indulto. Las revelaciones de hoy vienen a complementar mis denuncias de entonces.
Los elementos que ya se conocían y los que ahora ven la luz vienen a confirmar lo correcto de la actuación de las actuales autoridades judiciales panameñas cuando decidieron reabrir la investigación sobre la posible inconstitucionalidad del indulto otorgado a Posada Carriles y sus compinches por Mireya Moscoso y las posibles irregularidades cometidas por los funcionarios que intervinieron en su salida del territorio nacional. Ahora tendrán que sumar las investigaciones sobre todas las corrupciones e ilegalidades en el Caso de los 500 chinos.
Posada Carriles, aunque se encuentra detenido hace más de un año en una cárcel de El Paso, Texas, Estados Unidos, acusado de entrar ilegalmente a territorio norteamericano, sigue provocando escándalos y secuelas en Panamá. En fecha reciente Eduado Soto, su abogado defensor dijo a un diario de Miami que podría citar al ex coronel Oliver North a testificar en el proceso judicial que se le sigue al terrorista. Con el pedigrí de actividad ilegal que tiene el Sr North, y con este escándalo en ciernes, quien quita que a Posada Carriles y sus compinches -incluyendo al gobierno de George W. Bush-les salga el tiro por la culata. Tan sobresaturado están de cinismo y de escándalos, que en cualquier momento el pueblo norteamericano les hace ver la viga en su ojo propio. Es cuestión de tiempo.
[1] Todas las corrupciones y sobornos en el indulto de Panamá de los cuatro anticastristas
21-03-2005
Todo el proceso está salpicado de ilegalidades investigadas por la Corte Suprema de Justicia La implicación del ex jefe de la policía panameña, los anticastristas de Miami y el gobierno norteamericano en la liberación de los cuatro anticastristas indultados en Panamá