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Una democracia totalitaria

Fuentes: Rebelión

La dimisión por cuestiones personales del Fiscal General del Estado viene a ser el último clavo, por ahora, puesto por el Gobierno del PP en el ataúd de la presuntamente normalizada democracia española. Desde su acceso al poder con mayoría absoluta, el Gobierno del PP se ha dedicado a desmontar las pocas libertades y los […]

La dimisión por cuestiones personales del Fiscal General del Estado viene a ser el último clavo, por ahora, puesto por el Gobierno del PP en el ataúd de la presuntamente normalizada democracia española. Desde su acceso al poder con mayoría absoluta, el Gobierno del PP se ha dedicado a desmontar las pocas libertades y los mediocres derechos democráticos que disfrutábamos los españoles. Ha ido alzando contra el pueblo un Golpe de Estado Suave, (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=187641). Durante los tres años en que han ostentado el poder ejecutivo, han legislado para instituir un régimen político de aparentes formas democráticas, que instaura un orden represivo contra el pueblo. Al mismo tiempo, desde el trueque con el PSOE del nuevo Art. 135 de la Constitución, ha legislado para asegurar y acrecentar los márgenes de rentabilidad económica de las grandes entidades financieras y empresariales, los verdaderos gobernantes, los reales legisladores. Al 98% de ciudadanos nos dejan solos y desarmados jurídicamente para tratar de sobrevivir frente al capricho de los poderosos.

Han vaciado el cuerpo de la democracia y lo han ido rellenando del contenido propio del estado totalitario, desarrollando la legislación coercitiva directa apropiada para la defensa de tal estado. Apoyándose en unos medios de comunicación de masas, controlados básicamente por tan sólo dos grupos empresariales, pretenden convencernos de que, legislar contra la mayoría de los ciudadanos, es su deber hacerlo por nuestro bien. El Gobierno se convierte en un poder autoritario que a través del control represivo se pone al servicio exclusivo de la oligarquía financiera. La represión, la criminalización de los movimientos sociales, la persecución y estigmatización de los individuos que luchan por la justicia, es la gestión que caracteriza a este gobierno de derecha extrema.

Definiciones sincréticas de Totalitarismo y Democracia

En forma muy sincrética, el Totalitarismo es una forma de gobierno en la que el Estado invade la vida pública, siempre con una referencia al interés superior de la comunidad. Concentra en uno solo los tres poderes clásicos de la democracia: legislativo, ejecutivo y judicial. Controla, de una forma u otra, las organizaciones sociales. administra la educación e, incluso, trata de tutelar las costumbres. Se apoya en el partido único, los cuerpos de seguridad y el ejército. Controla los medios de comunicación de masas, aunque sean privados, parte fundamental del sistema. Apoyándose en estos mismos medios, trata de gestionar el ocio más simple de los ciudadanos, fomentando los más alienantes de ellos. En el Totalitarismo, la corrupción -en lo moral y en lo social- se adueña de la sociedad de una manera generalizada.

Los sistemas autocráticos (gobiernos de facto), serían pues una especie de dictaduras invisibles sustentados en sólidas estrategias de cohesión (manipulación de masas) y represión social (promulgación de Decretos-Leyes que rozarían la constitucionalidad pero que quedarán revestidos por el barniz democratizador del Tribunal Constitucional de turno (Ley Mordaza), síntomas evidentes de una deriva totalitaria que pretende la implementación en el Estado español de un régimen Presidencialista autocrático. (Germán Gorraiz López, http://puntosinapsis.wordpress.com/2014/12/18/la-tirania-del-regimen-espanol-del-pp/ 18/12/2014)

De forma aún más resumida, ayudan a medir la Democracia la mayor o menor separación de poderes -legislativo, ejecutivo y judicial-, la mayor o menor libertad de prensa, de asociación, de reunión, la libertad de cátedra en la educación, la tolerancia o intolerancia sobre las costumbres, y el disfrute de una mayor participación del pueblo en los asuntos de gobierno. En definitiva, la mayor o menor acumulación de poder fáctico y la amplitud del grupo que ostenta ese poder.

La democracia es, no lo olvidemos, un efecto de la lucha de los que cuestionan las relaciones de dominio, las jerarquías establecidas en la sociedad disciplinaria. El liberalismo y la democracia son contradictorias, aunque finalmente el liberalismo integra elementos democráticos porque no le queda otro remedio. (Luis Roca Jusmet, «De la sociedad disciplinaria a la sociedad de control»; http://luisroca13.blogspot.com.es/2013/02/de-la-sociedad-disciplinaria-la.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed:+blogspot/OSDSh+%28Materiales+para+pensar%29 14/12/2014)

Separación de poderes:

1.- Poder Legislativo: La legislación del Gobierno del PP es un ataque generalizado al concepto de justicia. Legisla por imposición a favor de una minoría financiera. <<No cabe duda que ha sido la misma banca quien ha redactado las leyes y el legislativo las ha sancionado, o todavía más fácil, el ejecutivo por decreto ley las sanciona y el rey pone su firma>>.(Josep Manuel Novoa Novoa, «La «bomba atómica» dirigida a la banca está lanzada»; https://ataquealpoder.wordpress.com/2014/12/08/la-bomba-atomica-dirigida-a-la-banca-esta-lanzada/ 18/12/2014)

Lo hace aplicando su mayoría parlamentaria. Mayoría que sería aceptable si la hubiese obtenido en unas elecciones verdaderamente democráticas. Pero los dirigentes del PP han pervertido los concursos electorales al consumar campañas nutridas con dinero negro obtenido a través de diversas tramas de corrupción, las cuales se gestionaban en connivencia con -al menos judicialmente- todos los encausados tesoreros del partido.

La legislación del PP está dirigida a la represión económica de la mayoría social, la criminalización de la protesta de ésta misma, limitar el derecho de reunión, la impunidad policial. Todo ello tras falsear las estadísticas de su propio Ministerio del Interior.

Sin posibilidad de que la oposición parlamentaria pueda poner enmienda de algún tipo, ha legalizado las devoluciones en caliente de los inmigrantes que tratan de entrar en nuestro país. Y lo defiende un ministro integrista católico que, por lo visto, al final del día se dedica a rezar el rosario en su despacho, pensando más en el cielo que en la justicia terrenal para sus conciudadanos. Lo debiera hacer, en todo caso, fuera del ámbito oficial, en su casa, en una iglesia,etc…

El Código Penal es la normativa más evidente del castigo a la pobreza insistiendo en el castigo cruel y desproporcionado de la pequeña delincuencia. Aunque ellos saben que las leyes impuestas nunca serán «el único y suficiente medio político para lograr el orden y la seguridad» (Nikolas Rose, «¿La muerte de lo social? Re-configuración del territorio de gobierno». Revista Argentina de Sociología, Año 5, nº 8, pp. 111-150; http://www.unal.edu.co/ces/documentos/Temp/rose/Rose-la%20muerte%20de%20los%20social-re-confpdfiguracion%20del%20territorio%20de%20gobierno. 18/12/2014)

2.- Poder Ejecutivo: La gestión de gobierno cotidiana del PP está basada en en una política del miedo con la que actúa para instituir un orden público represivo apoyado en una política de criminalización de los disidentes del régimen. Clara evidencia del fracaso de su legitimidad. La coerción ejerciendo la mano dura es una declaración de guerra a un pueblo que ha ejercido un civismo ejemplar a través de masivas manifestaciones pacíficas, en las que los desórdenes siempre han llegado directamente desde la provocación de elementos policiales infiltrados o de grupos provocadores de extrema derecha. Sin descartar algunos minúsculos grupos de radicales de extrema izquierda que, con su violencia, siempre le hacen el juego al poder gubernamental.

3.- Poder Judicial: Los principales órganos judiciales han sido tomados al asalto por el Gobierno. Han maniobrado, acorde con el PSOE y gracias a su mayoría absoluta en el Congreso, hasta colocar en ellos como gestores a militantes del propio partido. La mayoría de la judicatura española es, legítimamente, conservadora. Lo que ya no es tan legítimo es que quienes imponen sus criterios sean personas que, ejerciendo la administración de la Justicia, respiren en la corriente de la dictadura franquista. No hace falta que se les dirija sobre lo que deben decidir en sus dictámenes. Respiran al unísono con el Legislativo en un concepto represivo de la ley. Quizás puedan consultar o recibir indicaciones sobre la puntualización de determinadas decisiones que puedan favorecer o perjudicar a determinados miembros de la clase dominante, esa que se esconde tras las grandes corporaciones financieras. Con la legislación que, paulatinamente, nos va imponiendo el Gobierno del PP, nuestra vida cotidiana queda sometida a la venalidad de la autoridad en cualquiera de sus facetas: política, judicial, gubernativa, policial. Cada individualidad de cada uno de estos escalones del poder puede decidir qué significa cada uno de nuestros actos. Es cada uno de ellos quien tiene capacidad coercitiva para explicar el contexto cotidiano en el que vivimos. Puede decidir si se ajusta a sus criterios morales, éticos, sociales o a su capricho del momento. La violencia adquiere muchas formas. La legalidad imperante que se nos impone es una manifestación más de tal violencia, pues está diseñada a la medida de los poderosos de este país.

Control de las organizaciones sociales

Las organizaciones sociales estructuran la vida cotidiana de cada ciudadano. La vida cotidiana está situada en el centro del ciudadano como individuo. Cada uno de nosotros se va construyendo histórica y culturalmente con el cotidiano vivir. El trabajo, las creencias religiosas, las aficiones, el consumo, la vida familiar y las amistades,… El gobierno del PP -sin eximir de la responsabilidad de su propia cobardía al resto de partidos del Congreso-, como representante y mano ejecutora del mundo financiero que nos gobierna, trata de controlar esta vida cotidiana, que <<está organizada dentro de los límites de una pobreza escandalosa. […] una pobreza impuesta a cada instante por la fuerza y la violencia de una sociedad dividida en clases; una pobreza históricamente organizada de acuerdo con las necesidades de la historia de la explotación>>. (Guy Debord, «Perspectivas de modificación consciente de la vida cotidiana», https://ciudadproyector.wordpress.com/2014/12/17/perspectivas-de-modificacion-consciente-de-la-vida-cotidiana/ 18/12/2014) Apoyándose en los medios de comunicación, se nos asignan modos de vida y pensamiento, deseos y actuaciones. Nos convencen de cuál es nuestro ocio; lo que debemos-podemos consumir enquistándonos la dictadura del consumismo a través de los media; nos dicen cuando debemos estar alegres o desolados; nos indican como debemos amar y como debe ser nuestra familia; quien es importante o no en nuestras vidas, como famosillos y tertulianos de toda laya que participan en tantos cutres programas televisivos, que empobrecen bestialmente la cotidianidad de una mayoría sentada frente a los televisores.

Los sindicatos mayoritarios han ido quedado paulatinamente vacíos de contenido. De la defensa sin excusa de los trabajadores, incluso de los que estén en el paro, han ido derivando en organizaciones sumisas a la financiación gubernativa. Su última representación, encajonados entre el Gobierno y la Patronal, es la firma del acuerdo sobre esa limosna-subsidio pre-electoral del gobierno del PP.

Una de las organizaciones sociales más favorecidas por el Gobierno es la parte más integrista de la Iglesia católica española. Desde el acceso del PSOE al poder en 1982, la Iglesia española ha ido evolucionando hasta ser la más firme impulsora de la involución política y social que hoy lidera el PP. Trata de imponer sus dogmas como legislación civil del Estado. Recibe privilegios económicos, que no tiene ninguna otra creencia religiosa. Amasa generosa cuota económica estatal, exenciones fiscales, derecho de inscripción-apropiación a su nombre de patrimonio público, etc.

Los medios de comunicación. Decía Joseph Goebbels, responsable de la propaganda nazi, que <<está bien tener un poder que descanse sobre las bayonetas; pero es mucho mejor y más satisfactorio conquistar el corazón de la gente y conservarlo>>. Y en esto se empeñan los maruendas, indas, rojos…, presuntos periodistas de los medios oficialistas que viven económicamente de apoyar el poder. La información de los medios debe mostrar las diferencias de modelos y de ideas, de propuestas tanto políticas como económicas La democracia es una regulación de la vida social en la que no es admisible el engaño. La democracia basada en la tergiversación o manipulación permanente de la verdad es una corrupción de la democracia, que sirve de sustento a todas las demás corrupciones. Nunca los españoles llegamos a ejercer la soberanía nacional, la independencia económica, la independencia de información. La corrupción ahoga el país.

Hitler llegó a cierto compromiso con la República alemana. Practicó la política parlamentaria como medio de difundir su propaganda, identificar a sus enemigos y como medio para ir adueñándose de las instituciones de poder. También Hitler sabía que había que equilibrar los presupuestos y controlar la disponibilidad de dinero […] El mercado había traído el desastre [a la Alemania de los años 20 y 30], los parlamentos no tenían respuestas, y los estados-nación carecían de herramientas para proteger a sus ciudadanos del empobrecimiento. (Timothy Snyder, Tierras de sangre; Barcelona, 2011; p. 43). ¿Les suena? Ya hemos visto como los más altos dirigentes del PP, al parecer, son expertos en nazismo. Son capaces de «distinguir» perfectamente cuando sus opositores son demócratas o cuando somos, simplemente, nazis. Nunca se miran en el espejo político de la madrasta.

A cada uno de nosotros nos permiten ejercer la democracia, vivirla cotidianamente. Tenemos libertad para expresarnos como queramos, siempre que sea en el bar, con los amigos, en casa. Nos retransmiten esas tertulias en las que, incluso, hay representantes de los grupos de izquierda emergente. Son tertulias perfectamente maniobradas por personajes como los indas, maruendas, rojos, cuya arma más frecuente es la difamación a través de medias verdades o aseveraciones que son imposibles de rebatir porque, basándose en lo anecdótico, lo elevan a la categoría populista de la sospecha que embarra y emborrona la verdad. Sin ir más lejos, la noche del domingo 21 de diciembre, al conductor de una de esas tertulias -13Tv- le sirve la portada de un periódico para exhibir lo que dice un líder político más que las palabras del propio político, de izquierdas, naturalmente. Y nos dicen que eso es libertad de expresión, eso es democracia.

Esas actuaciones en bares, entre amigos, compañeros de trabajo, en familia, no afectan negativamente al poder real y oculto de los financieros. Al contrario, lo fortalece, porque nos debilitan a nosotros. Nos adormecen, nos alienan al hacernos creer que ejercemos nuestra libertad. Pero tan sólo actuamos dentro del orden que nos han marcado, una falsa realidad. Lo cierto es que este gobierno neofranquista del PP ha anulado nuestros derechos de participación democrática, como la libertad de reunión, manifestación e, incluso, la libertad de expresión cuando tratamos de ejercerla libremente como una comunidad libre en la calle.

España es, pues, una democracia formal que ha sido vaciada de los derechos de los ciudadanos, que hemos quedado reducidos a la condición de súbditos. Una democracia en lo formal, un totalitarismo en las consecuencias.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.