¿Cuántas veces se ha dicho que los políticos en Estados Unidos trabajan para las empresas y los cabildeos corporativos? ¿Cuántos congresistas se han visto involucrados en escándalos por conflictos de intereses? Una empresa estadounidense quiere «sincerar» la manera de hacer política en Washington y asegurando que «las compañías también son gente» aspira obtener un puesto […]
¿Cuántas veces se ha dicho que los políticos en Estados Unidos trabajan para las empresas y los cabildeos corporativos? ¿Cuántos congresistas se han visto involucrados en escándalos por conflictos de intereses?
Una empresa estadounidense quiere «sincerar» la manera de hacer política en Washington y asegurando que «las compañías también son gente» aspira obtener un puesto en la Cámara de Representantes del Congreso, por el estado de Maryland.
La compañía de relaciones públicas Murray Hill Inc. quiere «dejar al humano en segundo o tercer plano» y «eliminar al intermediario entre votantes y empresas, que actualmente ejercen los políticos».
En una pieza para televisión publicada en el sitio web de su campaña electoral, Murray Hill Inc afirma que «hasta ahora los intereses corporativos han sido la fuerza detrás del Congreso», sin embargo «nunca podemos estar absolutamente seguros de que (los congresistas) trabajaran para nosotros».
«Es nuestra democracia. Nosotros la compramos. Nosotros la pagamos y vamos a mantenerla (…) Es el momento de ponernos detrás del volante nosotros mismos».
«Vote por Murray Hill para el Congreso para tener la mejor democracia que el dinero pueda comprar», concluye el narrador de la pieza con un tono que hace difícil identificar si es una broma o un cínico ejercicio de realismo.
Derechos corporativos
Los promotores de la campaña aseguran que se trata de algo muy serio: explorar hasta las últimas consecuencias la decisión de la Corte Suprema de Justicia de EE.UU. que en enero pasado reconoció a las corporaciones iguales derechos que los individuos a participar en campañas políticas.
«No es una sátira», aseguró a BBC Mundo Eric Hansel, quien se autodefine como el «humano designado» de la campaña de Murray Hill Inc, un candidato que obviamente tiene que hablar a través de portavoces.
«Así como la Corte Suprema consagró los derechos de los ciudadanos, ahora está protegiendo los derechos corporativos», dijo Hansel.
La Corte falló a favor del grupo Ciudadanos Unidos que había demandado a la Comisión Electoral Federal en 2008 porque le prohibió presentar una película sobre la entonces pre-candidata demócrata Hillary Clinton.
Eran tiempos de las primarias demócratas y la ley (hoy derogada por la decisión del Supremo) impedía que piezas consideradas «propaganda política» fueran presentadas durante la campaña por grupos con o sin fines de lucro.
El caso fue llevado a tribunales y tras los fallos a favor de la Comisión, cumplió el circuito de apelaciones hasta llegar a la Corte Suprema, que determinó que se violó el derecho a la libertad de expresión consagrado en la Primera Enmienda de la Constitución a todas las personas, naturales y jurídicas.
Esa decisión generó una ola de críticas en todo el espectro político estadounidense, de izquierda y derecha, y motivó una inusual crítica por parte del presidente Barack Obama en su discurso anual al Congreso ante los magistrados de la Corte.
Problemas legales
Sin embargo, todavía no todas las personas parecen iguales y postularse a un cargo público no es tan sencillo para una compañía como podría serlo para un ser humano, según lo está experimentando Murray Hill Inc.
Primero está el tema de la edad. La ley del estado de Maryland exige que todo aspirante a una cargo público sea mayor de 18 años y que esté inscrito en el registro de votantes. Murray Hill Inc. tiene sólo cinco años de fundada.
En la página Facebook de la campaña uno de los seguidores de la «corporación candidato» dice que «a lo mejor los años corporativos se pueden contar como años de perros», es decir siete por cada año humano.
«La Constitución no dice cómo calcular la edad. La gente asume que es por la fecha de nacimiento, pero las corporaciones no envejecen así. Una vez establecidas, las corporaciones se convierten en personas. No hay diferencias entre la edad de las empresas», aseguró el portavoz Hansel a BBC Mundo.
Sin embargo, esta semana la Comisión Electoral de Maryland rechazó la solicitud de inscripción de Murray Hill en el registro de votantes, porque «no reúne los requisitos mínimos», según aseguró Kevin Karpinski, un abogado de la comisión.
Conflicto de intereses corporativos
Murray Hill Inc quiere lograr la postulación republicana para octavo distrito de Maryland, porque, según dijo Hansel, siente «que los republicanos son más abiertos a nuestra plataforma de libre mercado y gobierno reducido».
La compañía también podría lanzarse como independiente y sortear el requisito de la inscripción electoral presentando la firma de 4.500 votantes del distrito.
En su sitio de Facebook, Murray Hill sobrepasaba el miércoles en la tarde los 6.000 seguidores, pero no necesariamente son todos ciudadanos de Maryland, ni todos son votantes inscritos.
Para muchos una corporación elegida a un cargo público sería en sí mismo un conflicto de interés, pero para Hansel podría hacer de la política un espacio «más honesto».
«Para qué mantener esa pantomima de un congresista con supuesta libre voluntad cuando claramente sabemos que trabajan en función del financiamiento de sus campañas».
Exceso de realismo o broma, logre o no su aspiración al Congreso, el caso de Murray Hill promete convertirse en un buen caso de debate en las academias de leyes.
Fuente original: http://www.bbc.co.uk/mundo/internacional/2010/03/100317_1752_congreso_candidato_gtg.shtml